Moral y Política

Moral y Política 28 de enero de 2019

Gerardo Cortinas Murra

Chihuahua, Chih.

AMLO nos invita “a compartir con la familia estos pensamientos y a dialogar entre sus integrantes acerca de la moral, la ética y los valores que necesitamos para construir entre todos una sociedad mejor... la difusión de la Cartilla Moral de Alfonso Reyes es un primer paso para iniciar una reflexión nacional sobre los principios y valores que pueden contribuir a que en nuestras comunidades, en nuestro país, haya una convivencia armónica y respeto a la pluralidad y a la diversidad”.

Con gusto acepto la invitación del Presidente de la República, con la firme convicción de señalar las tantas incongruencias entre los actos del actual Gobierno de la República y los logros de todo gobierno democrático. A mi parecer, a López Obrador podría endilgársele el apodo el “Catón Presidente”; en especial, por aquella frase de que la sociedad mexicana es, en esencia, “un pueblo bueno y sabio”.

Porque, tratar de resolver la grave problemática interna del Estado Mexicano, bajo cánones moralistas es un despropósito político mayúsculo. Lo anterior, porque criticar las acciones de gobierno, así como sus eventuales soluciones, apelando a un decálogo moralista, no resuelve, en forma alguna, las consecuencias negativas y/o impopulares del ejercicio del poder.

Así, por ejemplo, en el capítulo de la ‘Ley y el Derecho’ de la “Cartilla Moral” lopezobradorista se vierten las siguientes consideraciones moralistas: “El sistema legal es inevitable y benéfico porque constituye el armazón que sostiene a la comunidad. Gracias a él se asegura la equidad en las relaciones y se resuelve el conflicto de los egoísmos”.

“Cuando el gobierno (que no es lo mismo que la ley) comienza a contravenir las leyes, o a desoír los anhelos de reforma que el pueblo expresa, sobrevienen las revoluciones. Estos hechos históricos no son delitos en sí mismos, aun cuando en la práctica se los trate como tales cuando las revoluciones son vencidas”.

Resulta evidente que para AMLO su asunción al poder es sinónimo del triunfo de una revolución pacífica; y que por ello, pretende que la sociedad lo equipare a los grandes personajes de la historia patria. La propia “Cartilla Moral” está plagada de imágenes de grandes héroes de México. Y el color del fondo es, ¿por coincidencia?, el color oficial del partido político de Morena.

En estos días, en que está de moda la estrategia para erradicar el ‘huachicoleo’, las declaraciones de AMLO han sido sumamente cuestionadas. Algunas de ellas, han sido consideradas como ‘tendenciosas y falsas’; como la declaración de que el expresidente Vicente Fox “no sólo no combatió el robo de combustible de Pemex, sino que actuó para que se eliminara un artículo transitorio que preveía la compra de una sustancia que serviría para identificar la gasolina robada de la legal”.

La respuesta del panista fue contundente: “Es un pinche cuento chino… AMLO pretende justificar su falta de resultados acusando a los que estuvieron antes que él… Es puro bla-bla-bla. Yo le pido menos (conferencias) mañaneras y más trabajo, menos calumnias y más resultados”.

Ahora bien, en los términos de la “Cartilla Moral”, resulta evidente “que los actos de violencia con que se hacen las guerras civiles son, en sí mismos, indeseables en estricta moral, censurables en unos casos y delictuosos en otros, ora provengan de la revolución o del gobierno”.

Sin embargo en los casos de robo de combustible y de energía eléctrica, no solo son censurables moralmente, sino además resultan ser hechos delictivos que rayan en el delito de terrorismo (por tratarse de bienes de la Nación) que son cometidos por cientos de ciudadanos, cuya responsabilidad penal nadie quiere asumir.

Yo me pregunto: ¿La decisión del Gobierno de la República para erradicar los delitos cometidos en perjuicio de bienes de la Nación, se traduce en una especie de guerra civil? O bien, ¿La estricta aplicación de la ley penal, deja de ser una garantía de libertad, tal y como se pregona en la mentada “Cartilla Moral”?