Mito o peso

Mito o peso 4 de agosto de 2025

Roberto Zamarripa Peña

Chihuahua, Chih.

 1. Las cifras son inequívocas: el ingreso por remuneración de trabajo fue el mayor afluente en los hogares. Constituyó el 65 por ciento del total. Para 2024 fue de 51 mil pesos en promedio trimestral, según el Inegi. Frente a unos 2 mil 500 pesos que llegaron de transferencias de distintos programas gubernamentales y 6 mil 244 pesos de jubilaciones y pensiones por retiros de trabajo, llegan a 9 por ciento.
La aportación promedio de las transferencias de la 4T tienen un impacto moderado frente a la aportación del trabajo. En los hogares pobres, desde luego es mayor pero aún así no definitivo, incluso con la caída de remesas del exterior.
Puede decirse que el peso que tiene el monto de transferencias gubernamentales para distintos sectores es importante en los hogares pero no con la densidad que representan en las finanzas públicas.
2. El reacomodo social, económico y laboral postpandemia obliga a repensar la ruta. Da una gran lección.
La informalidad no nació con la pandemia. Lleva muchas décadas entre nosotros. Se rehizo en el último lustro con diversidad de afluentes. El segmento de jóvenes subidos en bicis y motos para repartir y vender comida rápida; el ingreso básico de madres y mujeres obligadas a trabajar por su cuenta, sin prestaciones ni cuidados; empleados de talleres, comercios, tiendas no formalizadas ni dadas de alta ante la autoridad.
El coctel crece y se remueve. Un país con inversión estancada derrama el dinero por otras vías. Y no es el consabido debate de los informales que no pagan impuestos.
Al final sus contribuciones ocurren en consumos diversos.
Dos mundos laborales que parecen irreconciliables que parten en dos no únicamente al entorno del trabajo sino fundamentalmente al de la seguridad social, la inserción productiva y el enlace con la educación.
3. Hoy se vuelve a discutir lo evidente: fortalecer el mercado interno y activar mayor inversión privada y pública es una vía de crecimiento económico del país y de mejora de ingreso de la población. Es en todo caso, el segundo piso.
El piso actual es bueno con un dato irrefutable: en el último sexenio el ingreso de los mexicanos, principalmente de los más pobres, mejoró por el aumento en el salario mínimo y las reformas laborales.
Pero hay un saldo que acompaña y amenaza. El trabajo que aporta ese ingreso en amplios segmentos es precario, no digno. La educación que puede empoderar a los jóvenes para mejores empleos no responde a grandes retos de innovación tecnológica y recambios internacionales.
Sirve como propaganda pregonar que los programas sociales significan el bálsamo pero las cifras oficiales dicen que no es el factor clave de mejora de ingreso. En diversas zonas del país la atención de las causas sociales de la violencia no ha resultado en la disminución de las atrocidades y la muerte.
Grupos del narco enganchan a jóvenes de 16 años que quieran ganar cinco mil pesos semanales frente a los 8 mil mensuales de "Jóvenes Construyendo el Futuro". Devoran en zonas marginales la fuerza juvenil para el trabajo de la muerte.
4. Repensar el peso de los programas sociales es un imperativo. Para distintos gobiernos han sido instrumentos de operación política y pieza propagandística. Solidaridad con Salinas, Progresa con Zedillo, Oportunidades con Fox, Prospera con Peña, Bienestar con AMLO con efectos diferenciados.
No es cierto que los programas sociales generen dependencia. Al menos las cifras oficiales dicen otra cosa. Dan ingresos complementarios. Pero tampoco esos programas son la palanca de la transformación. Lo son de movilización. Más que de piso son escalón de los políticos.
El ingreso de los mexicanos deriva esencialmente del trabajo, en distintas y fracturadas modalidades. Se ha llegado hasta ahí con enormes retos por delante. Uno de ellos será quitarle la etiqueta a los programas sociales y dejarlos en el lugar correspondiente para, sin abandonarlos, atender necesidades estructurales. No hace daño derrumbar mitos. Es necesario reequilibrar pesos.
*Publicado por Reforma el 4 de agosto de 2025