Chihuahua, Chih.
Lo ocurrido en los últimos días, alrededor del asesinato de la periodista Miroslava Breach Velducea, es un compendio de todo lo que ha rodeado prácticamente a todos los homicidios de alto impacto.
El gobernador Javier Corral, desde los primeros momentos del asesinato, habló de la realización de una investigación “ejemplar” en el esclarecimiento.
“… hemos creado un modelo de investigación de homicidios que impactará al país por la calidad y la profundidad con la que la hemos hechos, pero no vamos a sucumbir a una exigencia legítima”, reiteradamente ha afirmado el gobernador Corral.
Nada de ello ha ocurrido, al contrario, al estilo de los más rancios gobiernos de la época del autoritarismo, las “filtraciones” oportunas a la prensa, de “información” de las investigaciones, justamente cuando se presentan hechos que develan aspectos negativos de la actuación gubernamental, es verdaderamente deplorable.
Le ha merecido, al gobernador Javier Corral, una de las críticas más severas de uno de los medios de comunicación de la Ciudad de México que mejor lo habían tratado a lo largo de su dilatada carrera política.
La Jornada le dedicó el jueves anterior el editorial “Miroslava, filtrar en lugar de investigar”, en el que deplora la “filtración” de información “sensible” a El Heraldo de Chihuahua mediante la cual señalan a “integrantes de la organización delictiva Gente Nueva, presunto brazo armado del cártel de Sinaloa en el municipio de Chínipas” de ser los presuntos responsables del asesinato de la periodista y califica de “rebuscado y poco verosímil” el relato de los hechos de aquella mañana en la que Miroslava cayó abatida.
Luego, el viernes, el mismo periódico chihuahuense “devela” la posible participación de “narcopolíticos” en el crimen, que robustecen la aseveración de La Jornada acerca de las inconsistencias de la información que pudiera tener como objetivo “descartar líneas de investigación acerca de la posible gestación del asesinato en círculos político-empresariales con intereses extractivos y terrritoriales en Chihuahua”, las filtraciones, dice, exhiben “la ineficacia y la falta de profesionalismo de la fiscalía y del gobierno estatales, que ofrecieron identificar y capturar a los responsables de la muerte de Miroslava en cuestión de días y que, no han sido capaces de presentar a la opinión pública una versión convincente y rigurosa… ”.
Y, al igual que centenas de periodistas de la entidad y del país, exige que al tener “conclusiones firmes y sólidas”, la Fiscalía General del Estado informe “de frente” a la opinión pública “y no en la forma de una filtración elusiva e indemostrable”.
¿Qué motivó tal “filtración”?
Probablemente la decisión de atenuar el impacto provocado por la decisión de un juez federal, al otorgarle un amparo a la hermana más cercana a Miroslava, Rosa María, quien ha protagonizado el reclamo familiar por el esclarecimiento del asesinato de su hermana y a la cual la Fiscalía le ha negado el acceso a los expedientes de la investigación, bajo el argumento, así lo dijo el Fiscal Peniche, que la información se estaba otorgando a los hijos de Miroslava.
La hija de Miroslava, mayor de edad, decidió no tener una actitud activa frente a la ejecución de su madre, y el hijo, es menor de edad.
Más aún, si como se ha dicho, o se cree, de la “estrecha” amistad de Miroslava y el gobernador Corral, éste debería saber que Rosa María era la pariente más cercana a Miroslava.
Pero lo informado en las “filtraciones”, no es el único episodio execrable de las instituciones encargadas de la procuración de justicia en Chihuahua.
Meses atrás, ante la ejecución de Gabriel Ochoa Cárdenas, en la ciudad de Chihuahua, la Fiscalía reportó haber encontrado la pistola calibre .38 con la que, dijo, fue asesinada la periodista, en lo que fue un auténtico montaje, pues “sembraron” esa arma, la que, dijo el Fiscal Peniche, “técnicamente sí hay coincidencias” entre esa arma y la utilizada el 23 de marzo en contra de Miroslava, amén del hallazgo de una manta, en la que se acusaba a Arturo Quintana, el “80”, el líder de un grupo criminal asentado en el occidente de Chihuahua, de haber sido el autor intelectual del crimen.
Tales informaciones fueron ásperamente rechazadas por los familiares de Ochoa Cárdenas quien, además, tenía un padecimiento que le impedía ejercer su profesión de psicólogo así como la enseñanza de las artes marciales “que era su pasión”, según informara su hermano, Carlos, un hermano Doctor en Ciencias, ex catedrático de la Uach en Parral, quien deplorara “La canallada que nos hicieron, a toda la familia, (que) va más allá de cualquier raciocinio, no sabemos qué quisieron hacer con eso (el asesinato de su hermano) y lo más indignante es que quisieron incriminarlo con el asesinato de Miroslava Breach. El show mediático, la manipulación y filtración amarillista a los medios por parte de la Fiscalía es reprochable, todas las mentiras, los mismos agentes que posaron para la foto del cártel”. (Nota de El Heraldo de Chihuahua, 17/V/17).
Incluso, el doctor Ochoa Cárdenas, acusó a los agentes del Ministerio Público de haberlos hostigado (a los familiares) a fin de que reconocieran, por la fuerza, que su hermano era la persona que asesinó a la periodista “y se ve en un video de una cámara de seguridad”. (Ibídem).
Por doquier aparecen las pifias de la Fiscalía.
A un mes del asesinato de Gabriel Ochoa, afirmó su hermano, ni siquiera se habían puesto en contacto con él los investigadores, siendo “uno de los únicos 5 números (el del Doctor) que tenía el sicólogo en su celular.
Y expresó sus dudas sobre quien “plantó” el arma cerca del cuerpo de Ochoa “si los criminales que lo mataron o los que llegaron después (los agentes de seguridad)”. (Ibídem).
Su conclusión es tajante: “El gobernador Javier Corral es soberbio, pues no quiere aceptar que hay gente inocente involucrada en cosas como el caso de su hermano, de quien, indicó, pensaron que por estar solo no iba a haber nadie que lo fuera a reclamar, ‘lo raro es que el asesinato pasa al día siguiente, o dos, cuando el Gobernador declara que ya saben quiénes son los culpables, y luego, luego, van y ejecutan a un inocente”. (ibídem).
¿Es la única pifia?
Con toda seguridad, no, pero lo informado en los días inmediatamente precedentes no es distinto a lo “filtrado” en los días posteriores al crimen, y que fue ampliamente conocido, merced a las investigaciones periodísticas sobre los trabajos publicados por Miroslava en los meses previos, en los que ya se señalaba, por la Fiscalía, la posible participación de familiares de un detenido, Adán Salazar Zamorano (preso) y su hermano Crispín Salazar Zamorano, supuestos líderes de “Gente Nueva”.
No son los únicos episodios de supuestos hechos relacionados con el asesinato de Miroslava que tienen como fuente las filtraciones, como la informada por El Diario de Chihuahua (12/X/17), en la que se informa de la supuesta escapatoria del “presunto asesino”, quien “logró escapar de un operativo conjunto entre elementos estatales y federales en los límites de Chihuahua y Sonora, informó un funcionario de la Secretaría de Gobernación Federal quien pidió mantener su nombre bajo reserva”.
Pero tales filtraciones sólo denotan gravísimas deficiencias en el aparato de justicia.
La más grave, el asesinato del sociólogo Ochoa, que evidencia la extrema vulnerabilidad de la Fiscalía General del Estado, de ser cierta la versión que son “filtraciones” ajenas a los funcionarios de los primeros niveles de la dependencia, y si son operadas por éstos, peor, pues hablaría de la malsana intención de mitigar, a como diera lugar, el impacto negativo en la imagen del gobierno por los nulos resultados de la investigación, aspecto que se ha incrementado conforme pasan los días.
La “Red Libre Periodismo” condenó las filtraciones hechas a la prensa por parte del Gobierno del Estado y consideró “extraño” que la información “surja días después de que la hermana de la víctima haya ganado un amparo para acceder a la carpeta de investigación”. (Nota de J. Armendáriz/O. Chávez/El Diario de Chihuahua, 12/X/17).
“A escasos días, la FGE filtra información sobre el rastreo que se hizo de los asesinos a través de videos, ligando a los autores materiales e intelectuales con el cártel de Sinaloa que opera y controla parte de la sierra, para el cultivo, trasiego y venta de drogas, así como lavado de dinero”, condenó la Red. (Ibídem).
Y le exigió al gobernador Corral que “demuestre los resultados obtenidos al momento y se siga la línea de investigación que vincula al crimen organizado con políticos de varios partidos, como lo denunció Miroslava en varias ocasiones”. (Ibídem).
Por si fuera poco, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, José Luis Armendáriz, criticó que el fiscal general del Estado, César Peniche, haya “desdeñado las invitaciones que se le han hecho en dos ocasiones para que acuda a una reunión con el Comité de Riesgos para Periodistas”.
Tal Comité fue creado para que los periodistas pudieran tener un acercamiento con las autoridades, con el respaldo de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
El Fiscal ni los ve, ni los escucha.
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