La llegada de Javier Corral al gobierno de Chihuahua despertó -entre otras- la expectativa de un notable desempeño en dos de los aspectos que más ha lucido a lo largo de su vida política: Uno, su actuación al frente del Poder Ejecutivo en el diseño y elaboración del entramado jurídico, a través de la propuesta legislativa y, dos, la promoción de un gran debate sobre los temas centrales en la vida de los chihuahuenses, o en los momentos de conflicto, como requisitos fundamentales para la elaboración de las reformas jurídicas y la puesta en vigor de las acciones de gobierno.
Hasta ahora son temas pendientes.
Podríamos agregarle uno más. El del establecimiento de un muy comprometido diálogo con todos los sectores de la población, en particular con aquellos cuyas exigencias y reclamos hicieran necesaria la presencia y acompañamiento del gobernador, entre ellos, por supuesto, de los integrantes del Poder Legislativo, sin que ello significara, obviamente, la subordinación de éste.
Tampoco se dió.
Y no se dará, los tiempos, por lo menos con los actuales diputados, se les vino encima, sólo les quedará la discusión y aprobación del presupuesto para el próximo año, y ya, lo siguiente será la campaña electoral.
Pero queda en el aire el evidente desinterés por llevar al cabo un adecuado trabajo en materia legislativa. Hubo hasta reclamos en la Cámara de Diputados por la falta de la adecuación local al tema de los feminicidios; igual ocurrió con el sistema estatal anticorrupción y con la reforma electoral.
El gobierno de Corral presentó, una vez vencidos los tiempos legislativos, su propia propuesta, innovadora o, por lo menos, potencialmente receptora de un muy necesario debate, en la que proponía la realización de una nueva forma de las elecciones “primarias” y la realización de una segunda vuelta electoral, en la que, si ninguno de los candidatos obtuviera más del 50% de la votación, participaran los candidatos que hubiesen terminado en los dos primeros lugares de la votación.
¿Con quien discutió tales propuestas el gobernador Corral?
Con nadie. Bueno, sí, allá en la ciudad de México, en algún foro sobre temas electorales, pero aquí, en donde tiene la responsabilidad de impulsar un verdadero debate sobre la reforma política que se necesita, no.
Algo de todo lo anterior influyó en el lamentable espectáculo ofrecido por la actual legislatura en la elaboración de la reforma electoral.
Incapaces de ofrecernos un auténtico debate -abierto a la ciudadanía- y no solamente en la tibia realización de eventos en los que algunos diputados escucharon a los pocos ciudadanos que se atrevieron a exponerles algunas propuestas.
No, lo que se necesitaba escuchar -además de los ciudadanos- era a los partidos y sus pretensiones en materia político-electoral.
A cambio, lo que ofrecieron fue un lamentable espectáculo que escondió el verdadero debate existente al interior del Congreso del Estado.
El resultado -previsible hasta el momento- es que desaparecerá la denominada transferencia de votos, que se hacía al momento de pactarse las coaliciones entre dos o más partidos, y mediante la cual acordaban la forma del reparto, auténtico reparto, de votos, antes de la elección.
Mecanismo que les sirvió para disfrutar de no pocas canonjías -a la sombra del PRI- a lo largo de varios sexenios, los diputados del PRD, PT, PANAL y PVEM se opusieron hasta el último minuto a esa reforma, en la que coincidieron PRI, PAN, PES, Movimiento Ciudadano y Morena, en este planteamiento.
La otra modificación por la que están verdaderamente molestos es con el incremento a los porcentajes para acceder a las diputaciones plurinominales, se elevaron al 3% para el primer diputado y al 6% para el segundo. Su problema es llegar al primero.
Dichas así las cosas, se explica la actitud de los diputados Alejandro Gloria, del Verde, Crystal Tovar, del PRD y de Rubén Aguilar, del PT, cuyas familias son de las principales receptoras de las canonjías aquí rememoradas.
La reacción de los diputados del Verde Ecologista -Alejandro Gloria- y del PT -Rubén Aguilar- es de antología: Amenazaron a los diputados de Morena con informarle a López Obrador que sus legisladores pactaron con los partidos de ¡¡¡“la mafia del poder”!!!!
¡Y que lo hicieron para afectar los intereses de tan nobles partidos y sus legisladores!
Pero si esas son las modificaciones plausibles del accionar de PAN-PRI-Morena, PES y MC, en las otras reformas, en las que no estuvo Morena, que aprobaron tienen un indiscutible tufo anti candidatos independientes, al establecer un claro panorama de auténticas ventajas para los partidos con el fin de obstaculizar el ascenso de los candidatos no propuestos por los partidos, que en realidad así deberían denominarse los “independientes”.
Por un lado establecen la obligación -para los funcionarios emergidos de candidaturas independientes-, si desean reelegirse, de retirarse del cargo, ir a buscar las firmas de los ciudadanos que respalden su pretensión, obtenerlas, regresar al cargo y luego solicitar una nueva licencia para ir a la campaña electoral.
¡Ah, pero los funcionarios postulados por los partidos no deberán hacer nada de lo anterior, basta con que sus partidos los postulen y ellos pedirán licencia, un día antes del inicio de las campañas!
No es lo único, los regidores y los diputados de los partidos que busquen la reelección no deberán separarse de sus cargos, los independientes no, cuando los haya, deberá ir a buscar, nuevamente, las firmas.
Pueden, alegremente, los de los partidos, buscar la postulación, participar en cuanta actividad sea necesaria con ese fin, incluida la campaña electoral y ellos seguirán cobrando las dietas y compensaciones de su cargo, que al cabo para eso les pagamos.
¡Válgame, no puede creerse tremenda desfachatez!
No sólo no se disminuyó el financiamiento público a los partidos políticos, sino que ahora se legisla para que les financiemos las campañas electorales a regidores y diputados, bajo el sacrosanto argumento de que “no ejercen funciones de dirección o atribuciones de mando”.
Tema aparte son los candados impuestos a los independientes que pretendan reelegirse.
¿Acaso no era el argumento central, de quienes impulsaban la aprobación de la reelección inmediata de diputados y alcaldes, que fuera la ciudadanía la que calificara la gestión de los funcionarios y que el mejor mecanismo era el de ofrecerles a ambos, sociedad y funcionarios, la oportunidad de que fueran los votos los que calificaran el desempeño de los últimos?
Quienes así argumentaban eran, sobre todo, los funcionarios y dirigentes del PAN (aunque los priistas y los perredistas no mostraban desagrado, de ahí su aprobación), bueno, pues tales argumentos no sirven en el caso de los independientes en busca de la reelección, a estos los obligarán a ir nuevamente a buscar firmas y, además, al unísono, priistas, panista y morenos, dicen que con esta reglamentación habrá “piso parejo”.
Bueno, pues habrá que esperar lo que aprueben en materia de financiamiento a los independientes, los que alegan el hecho de que los topes de campaña impuestos a ellos son de la mitad de los asignados a los candidatos de los partidos.
Es totalmente incomprensible que los obliguen, de nuevo, al cumplimiento de ese requisito, si ya lo superaron en la elección previa y, además, ganaron la elección constitucional ¿Qué más prueba se necesita de que cuentan con el respaldo de una parte de la población?
Mientras la discusión parlamentaria se daba en esos términos, el gobierno de Javier Corral daba a conocer la autorización de nuevas tarifas para el transporte urbano, con un incremento de hasta el 50%.
Tan deplorable medida fue tomada justamente cuando una buena parte de la población afronta una de las temporadas más difíciles, la del inicio del ciclo escolar, que representa una muy pesada carga económica para la mayoría de los chihuahuenses que costean los gastos escolares de sus niños y jóvenes.
Así, en unos cuantos días, el grueso de la población tendrá oportunidad de confrontar su difícil realidad económica, con las promesas del ahora gobernante en dos de los temas centrales para muchas familias: Las cuotas de inscripción a las escuelas (además del resto de los gastos) y el costo del transporte.
En ambos temas ha fallado el gobernador Corral.
Y también en que habría una permanente consulta a los chihuahuenses, de ahí la extendida molestia los chihuahuenses más interesados en la vida pública por la celebración del Encuentro Chihuahua, promovido entusiastamente por el gobernador Corral, sin que exista, hasta hora, un evento que pudiera ser la versión local, de los temas locales, con la participación de los actores locales.
¿O será que somos muy aldeanos, como dijo Corral en ese evento que, gracias a ello “hemos perdido el aldeanismo político”?
Quizá ese sea uno de nuestros problemas ¿Por qué no? pero de ninguna manera justifica la conducta del gobernante en su trato hacia los reporteros locales que, en su afán por evadirlos, los atropella, -cosa que hizo con nuestra compañera Itzel Ramírez, de El Diario de Juárez, la que, incluso, lo acusa de haberle dado un manotazo en el abdomen- luego de no aceptar ser entrevistado por ellos, en una improvisada entrevista -“banquetera”- a la salida de un evento, pero que, en cambio, ante la sola mención de una cadena televisiva, de las más importantes en el mundo, -CNN- acceda de inmediato a responder y a los reporteros locales ni siquiera los mira.
Sólo falta que tampoco los oiga.
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