Chihuahua, Chih.
“ Hay grandes libertades que censura esconden, y disfraces que te desnudan
(…) Es siempre la misma ironía, tiene dos puntas la flecha.
Hay verdades que son mentiras, y hay mentiras sinceras”
Alex Ubago.
Este gobierno, de la 4T, se ha caracterizado por tener una compleja relación con los hechos que se presentan a su derredor. Lo que se ha observado, es que si algunas fuentes reafirman el discurso gubernamental, los personeros de la administración (muchas veces, por propia enunciación presidencial) suelen dar luz a la nota. Sin embargo, cuando existe alguna crítica, algunas veces no tiene una buena recepción, y el propio Primer Mandatario descalifica al emisor, en una suerte de falacia ad hominem.
Este estrambótico ejercicio de cuentas, ha imperado a lo largo de la 4T.
Por ejemplo, una nota que circuló por las redes, donde se decía que el subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, sería contemplado por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) para ser integrado dentro de un grupo de expertos mundiales que coadyuvarían en la prevención y tratamiento del coronavirus, la noticia se granjeó el aplauso de los adeptos gubernamentales.
Empero, cuando el periódico Reforma otorga notas adversas, recibe el consabido coscorrón, mismo que ya ha sido brindado en diversas ocasiones. No sólo la denominada prensa fifí ha sido blanco de estos jaloneos, sino que hasta algunos medios cercanos a la 4T han salido raspados, destacando al Proceso, semanario que, durante largo tiempo, acompañó la lucha social y política de AMLO.
Siendo opositor, el hoy Presidente aplaudía las críticas precisas y puntilludas de la revista en mención. Empero, ahora que los roles han cambiado, se le ha concedido el reclamo gubernamental en más de una ocasión, no obstante sus viejas cercanías, pues Proceso continúa realizando el periodismo crítico que siempre ha realizado; pero ahora el blanco no es un gobierno neoliberal, sino la izquierda arribada a Palacio Nacional, bajo el membrete de MORENA y aliados.
Ello viene a cuento porque, el día de ayer, el periodista Carlos Pozos (mejor conocido como Lord Molécula), conocido simpatizante de la 4T, y a quien se le distingue por el tono obsequioso de su discurso (mismo que, en ocasiones raya en lo zalamero, huelga aclarar), acusó a los también comunicadores, Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga, de urdir mentiras falsas (sic) y hasta llegó a deslizar una sutil sugerencia, de que la Secretaría de Gobernación realizase una intervención. alegando que las notas falsarias podían ser peligrosas para el derrotero gubernamental.
Debo decir, lo que opina el señor Pozos me parece peligroso. Aunque, en estos días, se presenta un grandísimo debate acerca de hasta dónde debe llegar la libertad de expresión (sobre todo por las campañas de odio vertidas por Donald Trump en las principales redes sociales, mismas que no habían sido correctamente atajadas y le han valido señeros reclamos), la propuesta de Molécula sí la considero peligrosa.
Esto, porque, aun y cuando la Constitución de 1917 garantiza la libre manifestación de ideas, para que este precepto pudiera llevarse a cabo, fue necesario un largo y sinuoso tránsito que encontró un asidero regular hasta la larga transición democrática. Proponer que Gobernación acalle comunicadores, es volver a los tiempos en los cuales, el ex Presidente Luis Echeverría tomaba el teléfono para sacar a Julio Scherer de la dirección de Excélsior ¡No podemos permitirnos eso!
La Cuarta Transformación ha tenido notables claroscuros en su año y medio de sendero recorrido. Es necesario que, para lograr un desempeño exitoso, los comunicadores (ya sean adeptos al gobierno o no) señalen los aciertos, pero también las fallas ¡esto es parte del quehacer periodístico y del ejercicio democrático ¡y no puede cancelarse por decreto!
Con respecto a lo que enuncié alguna vez, cuando me manifesté a favor de lo expresado en las Mañaneras, sigo manteniendo mi punto de vista: creo que son un excelente vehículo para expresar cercanía con la gente, y sostener el diálogo circular que tanto gusta al Presidente. El reto es mejorar en estos aspectos; en lugar de caer en retrocesos que pudieran ser peligrosos.
Es mi humilde opinión. Buenas tardes.
INTELECTUALES ORGÁNICOS.
En todo régimen han existido los denominados Intelectuales Orgánicos.
Si, en anteriores administraciones, Denise Dresser, Enrique Krauze o Héctor Aguilar Camín eran los prosélitos, hoy día, esa labor la están llevando a cabo -en diversas magnitudes- gente como John M. Ackerman, Lorenzo Meyer y Gibrán Ramírez.
Al parecer, don Carlos Pozos quiere colgarse la medalla y pasar por periodista oficial. Pero, no obstante su picardía, creo que personajes como el pretendido noble (Lord Molécula) resultan lesivos para el régimen, en lugar de parecer convincentes.
A este respecto, suena elocuente una cita de Pascal Beltrán del Río en Twitter: comentó que, cuando el ex Presidente Luis Echeverría requería un defensor, contaba con los buenos oficios de Carlos Fuentes; por el contrario, subraya, AMLO cuenta con Lord Molécula para realizar la misma labor (desde su perspectiva).
Sin duda las comparaciones son odiosas; pero sirven para repensar el actuar de las administraciones, mismo que no terminará de finiquitarse hasta que el sexenio concluya. Tan sólo es mi perspectiva, recalco.