Chihuahua, Chih.
Durante seis años, siendo Presidente de la República Miguel de la Madrid Hurtado, un político profesional ocupó la poderosa Secretaría de Gobernación, su nombre: Manuel Bartlett Díaz.
Eran épocas del Partido único. El poderoso Partido Revolucionario Institucional tenía gobernando al país 53 años. Ganaba casi todas las elecciones, gobernaba en todos los estados y salvo derrotas ocasionales, gobernaba todas la ciudades importantes.
Controlaba abrumadoramente la Cámara de Diputados y la de Senadores y los congresos de los Estados. La única oposición en los órganos del Estado Mexicano, era la que por vía de la legislación, se había dado una mínima representación en la Cámara de Diputados a algunos partidos de oposición.
Era la época en que la Secretaría de Gobernación no se veía, se sentía.
El autoritarismo y la represión como forma de gobierno, eran moneda de cuño corriente.
En este contexto actuó Manuel Bartlett Diaz. Durante su gestión, su actuación tuvo innumerables cuestionamientos.
Solo mencionaré algunos:
El homicidio del periodista Manuel Buendía Tellez Girón, que escribía la columna mas influyente de México, titulada Red Privada.
El homicidio lo cometió José Antonio Zorrilla Pérez, subordinado de Manuel Bartlett y titular de la Dirección Federal de Seguridad, policía política del gobierno Mexicano.
En su tiempo se dijo que el homicidio de Manuel Buendía se dió porque el periodista tenía información e investigaba temas relacionados con el narcotráfico en el que estaba implicado el Secretario de Gobernación.
Se le acusó de estar relacionado en los homicidios del agente de la DEA, Enrique "Kiki "Camarena Salazar y su piloto, Alfredo Zavala Avelar quienes fueron secuestrados por agentes de la Dirección Federal de Seguridad y entregados al narcotraficante Rafael Caro Quintero, quien los torturó hasta causarles la muerte.
Se le acusó de dar protección a narcotraficantes del cártel de Guadalajara, pues al detener a Rafael Caro Quintero y otros narcotraficantes, se les encontraron identificaciones expedidas por la Dirección Federal de Seguridad.
Días antes de la elección presidencial de 1988, de forma nunca aclarada, fueron asesinados Francisco Xavier Ovando Hernández y Román Gil Heraldez, los mas importantes operadores electorales del Frente Democrático Nacional, que postuló a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, como candidato presidencial.
También se acusó a Manuel Bartlett de estar implicado en el doble homicidio.
Hay un rosario de acusaciones en contra de Manuel Bartlett: Por abuso de poder, intimidación política y de ser el autor intelectual de delitos.
Hay testimonios de prestigiados periodistas, que fueron víctimas de amenazas expresas practicadas por agentes a la orden de Bartlett, para intimidarlos e impedir la publicación de notas periodísticas.
De todo lo anterior, Manuel Bartlett nunca fue tocado en un pelo, nadie lo acusó, ni denunció judicialmente.
Nunca se le probó nada.
Por tanto, ante la ley es inocente.
De lo siguiente tampoco hay pruebas, solo mi testimonio, las que había las quemaron.
Diego Fernandez de Ceballos fue el operador visible, los responsables, supongo, son algunos más.
Durante la campaña de Salinas de Gortari yo era un joven Secretario de Elecciones del Comité Directivo Estatal del PRI en el Estado de Chihuahua, no tenía experiencia alguna en elecciones, solo había sido, en 1986, Delegado Municipal en Madera, municipio que electoralmente no significa nada.
Fui convocado a la Secretaría de elecciones del CEN del PRI varias veces.
El Secretario de Elecciones del PRI era Patricio Chirinos Calero, hombre cercano a Carlos Salinas.
Yo lo había conocido en la Secretaría de Programación y Presupuesto, lugar donde él era alto funcionario y yo un modesto jefe de unidad del hoy INEGI, en esa época, parte de la SPP.
En la Secretaría de Elecciones el hombre con experiencia electoral, con carrera partidaria, el operador, era Fidel Herrera Beltrán, ambos veracruzanos, el primero, hombre inteligente, sereno, de perfil discreto, el segundo hiperactivo, simpático, dicharachero, de fácil trato.
Hacían buena mancuerna.
Fidel, mas o menos de mi edad, casado con una chihuahuense, rápido me tomó afecto, me invitaba a comer, me enseñó mundo en CDMX, me acercó a políticos que solo conocía de nombre, me invitó a su casa. Como dicen en mi barrio: un buen bato, pues.
En algunas de las idas a CDMX, por pura curiosidad asistí, solo y mi alma, a algunos de los actos de Cuauhtémoc Cardenas, recuerdo especialmente uno de la UNAM, eran miles y miles los asistentes.
Le comenté a Fidel y me dijo sonriendo:
-Coco, no te preocupes, los mexicanos saben que al PRI le deben casa, empleo, escuela, el IMSS y muchas cosas más; la UNAM la construyó el PRI, la estabilidad política, la permeabilidad social. Seguro los mexicanos votarán por el PRI.
Discreto, guardé silencio.
Llegó el día de la elección, yo estuve en Chihuahua, en una oficina que tenía en la calle Carlos Fuero y 16a, en el barrio de Bella Vista. Por ahí de las 11 P.M. sonó el teléfono… contestó Irene Hidalgo… me dijo: de parte de Fidel Herrera...
-Qué tal Coco, como vas?…
-Pues bien, tengo poca información, pero bien, solo de Juárez no tengo nada, yo creo que ahí las cosas están mal, si estuvieran bien ya me habrían dado datos, ustedes?
-…mal, muy mal, el D.F., perdido; Morelos, perdido; EDOMEX, perdido; Baja, perdido; Michoacán, perdido.
-Que puedes hacer?
-…guardé silencio...nada, contesté…
-haz lo que puedas…
Me doy cuenta que por mi inexperiencia, no sé hacer nada, pero también decido no intentar nada.
El PRI perdió con el PAN los tres distritos electorales federales que en esa elección tenía Juárez.
La misma orden que yo recibí en Chihuahua se dió en todo el país.
Eran otros tiempos, no existía el hoy INE, el gobierno, por medio de la Secretaría de Gobernación, organizaba las elecciones; la Comisión Federal Electoral centralizaba la entrega de las constancias de mayoría, el PRI controlaba la Comisión Federal Electoral, no existía el Tribunal Federal Electoral, la Cámara de Diputados, calificaba la elección, etc.
Se calló el sistema, se calló, de guardar silencio, no de no funcionar.
En esos días, de falta de información, los gobernadores de los estados, donde pudieron, de forma desordenada, de manera burda, dejando por todos lados huellas de su operación, alteraron la documentación de los paquetes electorales.
El PAN y el FDN no pudieron evitarlo, no tuvieron representación en las casillas. Los organismos electorales y el PRI, eran una y la misma cosa.
La informática estaba en pañales, no existía internet, tampoco había interconectividad, ni smartphones, ni redes sociales.
Toda esta etapa estuvo bajo control de la Secretaría de Gobernación, bajo el mando de Manuel Bartlett. Sus hombres de confianza fueron Fernando Elías Calles, entonces subsecretario de Gobernación, hoy prácticamente retirado de la política, José Newman Valenzuela, entonces jefe del Registro Nacional de Electores, hoy dedicado a atender su consultorio de Psicoanálisis, José María Morfín Patraca, hombre de las sombras y experto en temas electorales, (por cierto, su esposa es hermana del Subcomandante Marcos). Chema Morfín hace tiempo falleció, Oscar de la Ce, misterioso personaje, decían que "gurú" en temas de seguridad interior, espionaje y demás. Hace muchos años le perdí la huella.
De ahí el siguiente paso fue la entrega de constancias de mayoría.
Los paquetes de la elección de los trescientos Distritos Electorales Federales se trasladaron a la Secretaría de Gobernacion, sede de la Comisión Federal Electoral, ahí quedaron bajo el control del personal de la Secretaría de Gobernación, todos conocedores del manejo de la papelería electoral.
En ese entonces el líder de la CNC, Héctor Hugo Olivares Ventura y yo habíamos entablado relaciones políticas y de amistad; negoció con el CEN del PRI que dejaran bajo mi responsabilidad la defensa en la Comisión Federal Electoral Electoral de los distritos donde el candidato del PRI fuera militante de la CNC.
Ahí di un salto político cualitativo. De golpe y porrazo pasé a ser parte de la representación del PRI en la Comisión Federal Electoral.
Me relacioné con políticos de ligas mayores. Conocí y traté a Fernando Ortiz Arana, Santiago Oñate, César Augusto Santiago, que serían Presidentes del PRI y mis jefes, a Arturo Núñez y otros más.
En esos interminables días fui parte, o testigo, del proceso de examen de la documentación de cada uno de los 300 distritos electorales, para su dictamen y entrega de constancias de mayoría.
Miguel Etzel Maldonado me acompañó durante esa etapa, él fue en ese proceso el titular de la Comisión Estatal Electoral y, por tanto, la autoridad electoral federal en el estado de Chihuahua.
Miguel Etzel, mi gran amigo en los últimos años de su vida, estoy seguro, en público se negaría a platicar sobre el tema, el era priista genético.
Algunas veces me decía, escribe sobre esa etapa… yo respondía ¿Yo por que?….
-Coquito tú toda la vida has protestado, yo nunca he protestado contra nada… ¿Que no ves que soy estatólatra?
El PRI concentró a sus 300 candidatos, ganadores y perdedores en el recién inaugurado Hotel Sevilla Palace, ahí vivimos varios meses.
Miguel y yo día a día asistíamos a Gobernación a revisar expedientes, nos dimos cuenta de como se habían alterado las actas de escrutinio y cómputo, de que esas actas no tenían sustento con las boletas correspondientes; de las casillas donde la votación era superior al entonces padrón electoral; los innumerables casos donde la votación a presidente era inexplicablemente muy superior a la votación de diputado o senador, la única explicación lógica era que en la urgencia de inflar la votación de Presidente de la República, no se alteró la votación de diputado y senador.
Se dieron casos increíbles en que una máquina de escribir con un defecto en una de sus letras, que apareció en un distrito, el mismo defecto apareció en actas de otro distrito, por demás lejano.
Innumerables casillas zapato, también muchísimas donde los votos eran superior al padrón electoral.
Los estragos y tropelías se dieron en Chiapas, Tabasco, Yucatán, Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero, y otros que no recuerdo.
El PAN y el FDN nunca tuvieron en su poder las actas suficientes, ni los cuadros necesarios, ni con la experiencia necesaria para revisar exhaustivamente los paquetes electorales.
Cuando detectaban las anomalías, ganaban la discusión y perdían la votación.
En el seno de la CFE, Jorge Alcocer, por el FDN, y Diego Fernández de Cevallos y Juan de Dios Castro, por el PAN, y otros dieron excelentes y contundentes debates.
Pero nunca ganaron una votación.
Toda esa etapa estuvo bajo control del hoy converso Manuel Bartlett Díaz. En ese entonces no hubo fisura, ni diferencia política alguna entre Carlos Salinas de Gortari y Manuel Bartlett Díaz.
Salinas de Gortari le había ganado la candidatura presidencial.
Bartlett le sirvió bien a Salinas.
Salinas le pagó haciéndolo Secretario de Educación Pública en su gobierno durante 4 años, después lo nombró candidato y fue Gobernador por Puebla por 6 años sin mas mérito que haber nacido en Puebla.
10 años de poder por hacer el trabajo sucio de una elección presidencial.
No fue mal pago para Bartlett.
Uno de dos.