Luz, Azar y Azoro

Luz, Azar y Azoro 16 de octubre de 2023

Alfredo Espinosa

Chihuahua, Chih.

Palabras para la inauguración de mi Expo de Pintura y Escultura

En el antiguo Cidech (Los Laureles). Estará abierta todo en mes de Octubre 23

Yo persigo la luz 

Soy hijo del desierto y mi padre es el sol; pero tengo mis raíces en la luna.

La luz y sus instantes me deslumbran, me encandilan. 

Amo el Sol Girasol que gira con pétalos de incandescencia.

O la luz de la Creación que se derrama como una bendición, y alumbra

O ese puñado de color que se arroja contra el vacío, y al azar colorea nuevas perplejidades, y asombra

Soy un escritor veterano y un joven vanguardista en el arte. 

Trabajo todos los días, y a veces vuelo.

He viajado por varios libros  

He leído algunos mundos

He subido al sótano  

Cavé en los infiernos

Llegué a las nubes

Y también hago sillas. Sillas con arte. EspinoSillas.

He pasado mucho tiempo de mi vida sentado. Estudio, escribo, escucho historias, o las pinto, o las vivo, sentado

Las sillas son seres de cuatro alas    

Cuando están solas hablan    

De cuando eran árboles

Y para escucharlas  

Hago sillas

Busco en el arte, belleza y libertad. Una fuerza que conmueva. Una pregunta o una perplejidad.

El arte es todo aquello donde se concrete la libertad 

Luz, Azar y azoro

2.- Mi literatura ha asumido riesgos, no porque yo los haya esbozado en estrategias, sino porque mis intereses se sitúan irremisiblemente en el lado marginal de la vida. En los sótanos, tras bambalinas, en el lado oscuro de la luna, más allá de las apariencias. No en la piel suave sino en la herida, no en el dogma sino en la trasgresión. No en la hipocresía sino en una verdad dispuesta a mostrarse tan humana como es.

Mis libros no son edificantes. Mis libros, son demoledores.

Desde hace quince años, además, pinto arrebatos, diseño sillas mágicas, crío una parvada de jaulas, lamino caprichos y otras criaturas, y mantengo el azoro frente a otras apariciones que me posibiliten expresarme con la fuerza del arte. Y hablo con los pájaros.

Cierto: cavé infiernos para hallarle las raíces al Mal; pero también la libertad con la que ha trabajado me ha lleva a otras partes del cosmos, y en la imaginación me di cuenta que los límites no existen. 

Lo que imagines puedes llegar a crearlo.

Y esto es el arte: Algo que sólo estaba en la imaginación, con magia y trabajo, el artista lo aparece en la realidad.

La atmósfera artística, donde la encuentres, expresa por sí misma, salud social y una comunidad que tiene ganas de florecer. Y esa maravilla la hacen los artistas. 

3.- Yo no sigo los caminos de los grandes Maestros a los que admiro; yo intento desaprender todos los días, y aspiro a pintar como los niños o como los locos.

Mi primera lección de pintura artística la tuve en el Hospital Psiquiátrico. Y me la dieron los enfermos mentales. Delia Adame y yo fundamos el Taller Van Gogh en el manicomio. Los pacientes pintaban a lo loco y aprendí que el gran ingrediente para el arte, no eran las clases, las técnicas, sino la libertad.

Aunque pintaba como ellos, jamás me imaginé que me convertiría en un artista plástico. Hasta que mi hijo, Alfy, pintando un mural de cinco metros, me invitó a que le ayudara con los cielos. Me subí a la escalera y anduve en las nubes me dije de aquí soy. Cuando me bajé, llegué convencido que había nacido en mí, un pintor.

¿Quién soy yo para contradecir al destino?

Los locos y mi hijo fueron mis maestros.

4.- Lo que reúno aquí es el resultado de los últimos quince años, una muestra generosa de mi trabajo como artista plástico.

Arte urbano, contemporáneo, a la vez utilitario y ornamental así como objeto  artístico y mágico. 

Voy de la chatarra al arte: la chatarra es extenso camposanto de almas insepultas,  un mundo derrotado, una muestra contundente de que la vida es efímera, y de que lo que un día brilló, aquí se oxida

Muertos olvidados que antes de ser polvo, son chatarra

Montañas de fierros, láminas, metales que antes tuvieron forma de autos, bicicletas, ferrocarriles, o simples relojes, tornillos viejos, milagritos, anillos de compromiso, alambres…

Algunas piezas desechadas me guiñen, o en lo alto algo ejerce sobre mí su magnetismo. Y al recolectarla me confundo con ella. Con esas piezas busco las piezas que le faltan al rompecabezas cuyas formas y resultados ignoro, 

Las piezas se reencuentran y conviven. Se resignifican: Quieren ser otra vez, y van del óxido de la chatarra al vuelo del arte. Y de pronto se levantan y son seres de azar y azoro

Me pierdo entre los seres que imagino y creo. 

Entre chatarra busco lo que me busca

5.- A eso le tiro: quiero sacar mi casa de mi casa, los museos de los museos, y exhibirlos en la calle, para que esos objetos artísticos, los toquen y los utilicen, y para que transformen atmósferas, y pintar un rasgo luminoso en el rostro habitualmente sombrío de las ciudades.

El arte callejero es un buen monitor que determina el grado de civilización que poseen los ciudadanos. Es mayor cuando, en vez de vandalizarlo, lo respetan, lo cuidan y lo disfrutan.

6.- Yo soy un artista local. No sólo estoy conforme con eso; incluso me siento orgulloso de serlo. Que otros sean los artistas universales.

Pero quiero asegurarles algo: soy un artista no por propia voluntad, sino por cumplir un destino. Yo no decido mis expresiones, sólo agradezco los dones. Y trabajo mucho para que la inspiración, algún día, me visite.

Yo lucho porque la cultura esté entre los productos de la canasta básica

Yo lo aposté todo por arte. Todo lo que tenía, toda la vida y todo lo que soy 

Yo creo el arte como un antídoto contra la violencia y, sobre todo, un vehículo de la felicidad

Estar loco por el arte, es mi receta para mantenerse lejos de la cordura

La literatura me desengaña y la pintura me hechiza. 

Voy entre la biografía y la imaginación. 

Vivo donde el arte me llama 

y en el corazón que me ama.

Y gozo de cabal locura.