Chihuahua, Chih.
I.- Plagiar es una forma de apropiarse de las ideas de otros autores, sin darles el reconocimiento correspondiente. El plagio intelectual es un robo, que es éticamente cuestionable y legalmente juzgable. Todo plagiador sabe perfectamente lo que está haciendo al momento de tomar los textos de otros autores, y firmarlos con su propio nombre.
El plagio es un mecanismo cuyo uso suele ser común en los campos de la literatura, la academia universitaria y el periodismo. Sin lugar a dudas, la publicación de textos en internet y los mecanismos de la escritura electrónica, entre los que destaca el “copy page” (copiar y pegar), han desatado la proliferación del plagio.
En Chihuahua, los plagios del maestro universitario y analista político, Francisco Flores Legarda, son bastante singulares.
De los artículos que este autor ha publicado en el periódico El Diario de Chihuahua en los últimos meses, al menos tres son producto del plagio.
Recientemente, Flores Legarda publicó el artículo “Violencia institucional” (14 de junio de 2022).
Este texto es un plagio de un artículo escrito por la Doctora en Antropología María Victoria Pita, que lleva por título: “Pensar la violencia institucional. Vox populi y categoría política local” (Revista Espacios de crítica y producción, 2017, Universidad de Buenos Aires, en: http://revistascientificas.filo.uba.ar/index.php/espacios/article/view/3757).
Flores Legarda copia completo el artículo de Pita, incluso el título es plagiado. Los dieciocho párrafos del artículo que fue publicado por El Diario de Chihuahua en su edición digital, inician y terminan con las mismas palabras con las que está escrito el artículo de la académica argentina.
Más que evidente, el plagio es descarado. Entre los usurpadores de las ideas de otros, es posible plagiar un enunciado, un párrafo, un fragmento de un texto. Pero el hecho de plagiar un artículo completo, es un robo intelectual que deja ver una temeridad bastante arrojada.
En otros artículos publicados por el mismo autor en El Diario de Chihuahua se identifica el mecanismo del plagio.
El 1 de febrero de 2022, la sección de Opinión del periódico referido publicó el artículo “La historia del pueblo mexicano”. Este segundo artículo es un plagio del texto “Épica del pueblo mexicano”, que fue publicado en el blog Antropología Mexicana por el politólogo Jorge Rodríguez Inzunza (27 de enero de 2022, en: https://tonalpohualli-rodmigster.blogspot.com/2022_01_23_archive.html?m=0).
Al final de la escritura de este artículo publicado en El Diario de Chihuahua, Flores Legarda anota: “El escritor fantasma”, y de esta forma trata de jugar con el mecanismo mediante el cual se apropia del texto de otro autor. Este segundo artículo plagiado está firmado por Flores Legarda, y en ningún momento se aclara que es un texto escrito por otro autor, otorgando el crédito correspondiente.
Habría que preguntarse: ¿Cuántos de los artículos publicados por Flores Legarda llevan la anotación de: “El escritor fantasma”?
Hay que dejar en claro que ni los textos, ni los autores plagiados por el analista político y maestro de la Facultad de Derecho de la UACH, tienen la cualidad de ser “fantasmas”.
Los textos plagiados tienen una autoría que se materializa en personas de carne y hueso, que deben ser reconocidos como autores con los derechos respectivos. El recurso de lo “fantasmal” que Flores Legarda usa para disimular su plagio, es el anzuelo de un engaño que está destinado a los lectores.
El miércoles 20 de octubre de 2021, El Diario de Chihuahua publicó el artículo “La justicia en tiempos de cólera”, cuya autoría se atribuye al “Profesor por oposición de la Facultad de Derecho de la UACH”, Francisco Flores Legarda.
Este tercer texto plagiado fue originalmente escrito por el juez José Igreja Matos y fue publicado en el portal de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (en: https://www.unodc.org/dohadeclaration/es/news/2020/03/access-to-justice-in-times-of-judicial-lockdown.html).
Es notoria la versatilidad de los plagios realizados por Flores Legarda.
El primer artículo fue plagiado de una revista científica, el segundo fue tomado de un blog y el tercero proviene de una página oficial de la Organización de las Naciones Unidas.
En términos de la institucionalidad y los derechos de autor, el asunto no es menor y pudiera ser materia de una demanda legal en la que se podría ver afectado El Diario de Chihuahua.
En el marco de los derechos de autor, tanto la persona que se adjudica la autoría de un artículo mediante el mecanismo del plagio como la empresa o institución que lo publica, son corresponsables del respeto a las leyes en la materia.
¿Cómo es posible que los encargados de la sección de Opinión de El Diario de Chihuahua no se hayan dado cuenta que varios de los artículos publicados por Francisco Flores Legarda son producto del plagio?
Por las consecuencias éticas y legales que puedan derivarse del caso, la omisión en el trabajo de quienes dirigen y editan este periódico es mayúscula.
No amplío los análisis sobre los plagios cometidos por Flores Legarda, que han sido acompañados por su publicación en El Diario de Chihuahua desde hace meses –o años-.
Aunque habría que contabilizar con detenimiento los plagios que fueron cometidos por este autor y que fueron publicados por el medio referido. Aquí se requiere hablar no de plagio en singular, sino de plagios en plural. En este caso, hay una reiteración del plagio.
II.- La historia reciente de los plagios en México y América Latina es abultada. Los plagiarios de la literatura y la academia universitaria abundan. Hay casos emblemáticos y plagiarios distinguidos, que sobresalen por su atrevimiento. Uno de los casos más comentados al respecto es el del escritor peruano Bryce Echenique, quien fue sancionado por plagiar dieciséis textos (“Perú sanciona Bryce Echenique por plagio de diversos artículos”, El País, 9 de enero de 2009).
El escándalo de los plagios de Echenique se desató en México, cuando los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara decidieron entregarle el premio de este evento al escritor peruano en 2012.
Los debates en la prensa sobre este caso fueron ríspidos. Un grupo de doce intelectuales, entre los que destacan los nombres de Soledad Loaeza, Fernando Escalante y Gerardo Esquivel, manifestaron su inconformidad en la revista Nexos por la entrega de este premio al plagiador peruano (“De Guadalajara a París: el premio FIL 2012 a Bryce Echenique”, 21 de octubre de 2012).
Otro de los plagiarios ilustres en México es Sealtiel Alatriste, en cuyos libros “Ensayo de la ilusión” (2011) y “Geografía de la ilusión” (2011) está presente el robo intelectual.
Alatriste fue reconocido con la entrega del premio Javier Villaurrutia en 2012, en medio de un escándalo que lo señaló como plagiario.
Uno de los efectos derivados de este caso, fue el despido de Alatriste de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM (“Tras escándalo por plagios literarios, renuncia Sealtiel Alatriste”, Proceso, 14 de febrero de 2012).
El narrador y ensayista mexicano es un plagiador confeso y arrepentido que ha tratado de reivindicarse (“Me ayudaron los que señalaron el plagio. Mi vida y el ego requerían esa expiación: Sealtiel Alatriste”, Sin Embargo, 6 de julio de 2019).
En la academia universitaria uno de los casos más escandalosos es el de Rodrigo Núñez Arancibia, quien logró ocultar su condición de plagiario durante diez años ante los académicos del Colmex. La tesis plagiada de Núñez Arancibia fue presentada el año 2004 y el plagio fue descubierto hasta el año 2015.
«El Colegio de México (Colmex) retiró… el grado de doctor en Sociología a Rodrigo Núñez Arancibia, ex alumno de esta institución, luego de comprobar que su tesis para obtener este grado académico es una copia casi íntegra del libro “La revolución empresarial chilena”, publicado originalmente en Santiago de Chile en 1997 por la socióloga Cecilia Montero» (“Colmex retira grado a doctor por plagio”, El Universal, 10 de julio de 2015).
En la academia universitaria el caso de Núñez Arancibia dio mucho de que hablar, y dejó en claro la necesidad de fortalecer los mecanismos para identificar y sancionar el plagio.
Otro caso bastante sonado de plagio en México es el cometido por el actual Fiscal, Alejandro Gertz Manero.
En un artículo publicado por Guillermo Sheridan se demostró que uno de los libros que avalaron la entrega del tercer nivel del SNI (Sistema Nacional de Investigadores) a Gertz Manero, es producto del plagio (“Gertz Manero, a la sombra del plagio”, El Universal, 6 de julio de 2021).
Más de doscientos investigadores reclamaron ante el Conacyt que le fuese retirado el tercer nivel del SNI a Gertz Manero. Con una argucia argumentativa esta institución desechó la denuncia (“Conacyt desecha la denuncia de plagio contra Gertz; investigadores condenan la resolución”, Sin Embargo, 10 de marzo de 2022).
En los casos de Bryce Echenique, Sealtiel Alatriste y Alejandro Gertz Manero, se hacen notar dos cuestiones: la repetición del mecanismo del plagio y, la conexión entre el plagio y la entrega de premios y/o reconocimientos.
A Echenique le fue entregado el premio de la FIL en 2012, ese mismo año le fue otorgado el premio Javier Villaurrutia a Alatriste y, en 2021 el CONACYT reconoció con el nivel III del SNI a Gertz Manero.
Estamos hablando de tres plagiarios premiados y/o reconocidos, que dejan ver una ominosa impunidad en la materia de los derechos de autor.