Chihuahua, Chih.
En plena «época« de las encuestas que el partido gubernamental Morena lleva al cabo para designar a sus candidatos, como método sustituto de las elecciones internas, saltan a borbotones las manifestaciones, de sus más destacados militantes, que nos muestran haber aprendido muy prontamente las más emblemáticas prácticas del viejo PRI.
Hace unos días, con motivo de su registro ‘digital’ como aspirante a la candidatura a la senaduría local, la diputada Rosana Díaz, celebró un acto público en la capital chihuahuense, como culminación al grosero despliegue de algunas decenas de espectaculares, en la réplica local de lo efectuado por Claudia Sheinbaum.
Hasta ahí no hay novedad alguna.
¡Ah, pero había que detenerse en la composición del presidium del acto para percatarse de algo sorprendente!
¿Cuál es el factor que llevó a todos ellos a pronunciarse por la ex periodista juarense?
¿Qué fue los que llevó a coincidir en esa aspiración senatorial, si en el período previo a la designación de Claudia Sheinbaum, se habían decantado por alguno de las ex corcholatas?
Como muy pocas veces la fotografía de un evento -o la composición de un presidium- ha ilustrado tanto acerca de los más inextricables misterios de la clase política, miren si no:
Ahí estaban prácticamente todos los diputados locales que apoyaron a Claudia en el descorcholatazo: Leticia Ortega, María Antonieta Pérez, Magdalena Rentería Pérez, América García, Oscar Castrejón; además de los regidores capitalinos, Eliel García e Ishtar Ibarra, todos ellos, incluido Benjamín Carrera (ausente), formaron parte del comité que impulsó a la ex jefa de gobierno de la CdMx.
Además, ahí estuvieron una de las más recientes ‘adquisiciones’ de Claudia en Chihuahua, la ex dirigente del Partido Verde, Brenda Ríos, que es el enlace de Sheinbaum ante el sector empresarial que, a su vez, ya trajo a su esposo, el exdiputado priista y ex delegado de Conagua con Peña Nieto, Alex LeBarón.
También estuvo el ex dirigente estatal, Víctor Quintana, vituperado por López Obrador cuando se decantó por Javier Corral en 2016; y el ex diputado local del PAN, Miguel La Torre, otra de las adquisiciones más recientes.
Pero si faltaran elementos para deducir que todos ellos coincidieron en sus ‘presagios’, o que alguien, muy «bien conectado», les informó que la ‘línea’ era apoyar a Rosana, la presencia en ese acto del vocero de Claudia Sheinbaum en Chihuahua, Pedro Torres, no deja margen a la duda.
Si todos los principales impulsores de la candidatura, de quien ocupará ese cargo en la elección presidencial, declaran su simpatía por una aspirante al senado, quiere decir, sin lugar a dudas, de que «la encuesta» dirá que la ‘buena’ para esa candidatura es Rosana Díaz.
N’ombre sí que salieron duchos los ‘morenos’ en eso de enviar ‘señales’: La regidora Ishtar Ibarra es comadre de la secretaria del Bienestar Ariadna Montiel, quien tiene el ‘encargo’ presidencial de ‘conducir’ a Morena en Chihuahua, independientemente de la dirigencia local.
¿Habrá alguien, en Morena, que dude que llegado el momento le digan a los favorecidos -po’s la encuesta te favoreció- y a los que no, po’s no; a lo mejor, cuando mucho les dirán, como se hacía en algún tiempo en el PRI -po’s fíjate que la encuesta no te favoreció?
Así, los morenos de Chihuahua siguen siendo la prueba viviente de que el levantamiento de encuestas para designar a sus candidatos no es más que la máscara encubridora del verdadero método, el mismo de antes, el del «dedazo».
Para acreditarlo ahí están las declaraciones del ahora alcalde juarense y precandidato a gobernador en 2021, Cruz Pérez Cuéllar, quien dijo que «… aceptar los resultados sería una falta de respeto para mi persona y para mi familia, además de un insulto a la inteligencia de los ciudadanos, porque no hay una sola encuesta en Chihuahua que se parezca o por lo menos se acerque a lo que presentaron en la sede nacional de Morena, señaló». (Nota de Jesús Estrada, El Diario, 23/12/23).
O las de Víctor Quintana, también aspirante a la gubernatura, a quien Mario Delgado, dirigente nacional de MORENA, le dijo no haberlo incluido en la encuesta, «porque encuestar a ocho era más difícil que a siete precandidatos». Quintana denunció que «no nos enseñaron las encuestas, sólo nos hablaron de la batería de preguntas que se hicieron». (Nota de Pavel Juárez, El Diario, 22/12/23).
Años después, en una gira por el antiguo Paso del Norte, el entonces secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, inusitadamente, afirmó que «A mí me hubiera gustado verlo (a Cruz Pérez Cuéllar) como gobernador de Chihuahua; se la robaron sus compañeros a la mala». (La columna de El Diario, 29/7/22).
¿Pa’ qué más evidencias?
Está claro, los morenistas son clarividentes.
Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023
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