Chihuahua, Chih.
“El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos”
Antonio Gramsci
Contingencia: Suceso que puede suceder o no, especialmente un problema que se plantea de forma imprevista.
La cuarentena enclavada en un momento histórico como este, en una suerte de crisol donde convergen los peores males de la humanidad combinados con gobiernos poco representativos que en conjunto enfrentan a la sociedad a las consecuencias de modelos económicos catastróficos, además de los múltiples análisis en toda materia, resulta propicia para dilucidar que eso que nos llevó a la tragedia debe cambiarse de inmediato.
Mucho se anhela volver a nuestras vidas como las conocíamos, pero ¿en realidad deseamos hacerlo? ¿así, sin revisarnos nada? Diversos teóricos, personas comunes e intelectuales hemos llegado a conclusión que el coronavirus en efecto es el virus, pero la verdadera pandemia es el capitalismo.
Por primera vez, de manera generalizada casi se logra un consenso en el cual nos planteamos que nuestros hábitos de consumo debes cambiar, que el nivel de vida debe dejar de medirse por la capacidad de consumo porque está directamente asociada a nuestra capacidad de producir y eso, nos absorbe la vida de manera impresionante.
Hoy estamos frente a un umbral que eventualmente permitiría mutar a una sociedad de autoconsumo y autocuidado que genere condiciones a través del comercio justo y otras formas de economía solidaria y así impida que se sigan depredando recursos naturales sin ninguna ética destruyendo al planeta y las personas.
El momento en que fue escrito el epígrafe de esta colaboración tiene similitud con los tiempos que corren.
Antonio Gramsci fue encarcelado por el régimen de Mussolini, un año antes el crack de la bolsa de Nueva York había detonado una profunda crisis al boyante sistema capitalista que habilitó el ascenso de la ultraderecha al poder.
La cita textual de “Los Cuadernos de la Cárcel” es: “La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer: en este interregno se verifican los fenómenos morbosos más variados”, contradictoriamente, lo que se percibió como una esperanza en el nuevo gobierno para nuestro país se ha convertido en una paradoja porque esa misma ultraderecha se ha empoderado como nunca y fortalecida, se ha permitido exponer su peor cara y traducirla en violencia de forma atrabiliaria.
Los monstruos son innumerables, perversos y se pueden perfectamente enumerar.
El peor es el aumento de la violencia de género; “durante marzo, sumaron 5 mil 786 carpetas de investigación por violación, en el mismo periodo de 2019 no se llegó a las 5 mil denuncias en un mes… en acoso sexual, el año pasado se recibieron en promedio 351 denuncias mensuales, este año empezó con 363 en enero, 565 en febrero y 688 en marzo, es decir, un pico de 96% si se compara con 2019.
Por hostigamiento sexual el aumento es de 67%, al registrarse 228 denuncias en marzo.
Encabezan la lista, por tasa de incidencia, Tabasco, Baja California y Chihuahua. De abuso sexual hubo 30% más denuncias que lo registrado comúnmente el año pasado, al llegar a 2 mil 520.
En este delito, los estados que tienen mayor tasa por cada 100 mil mujeres son la Ciudad de México, Quintana Roo, nuevamente Chihuahua, Colima y Baja California. Estos aumentos de delitos sexuales se dieron en pleno mes de la Mujer, cuando en todo el país hubo marchas multitudinarias el 8 de marzo contra la violencia de género, y al iniciar las medidas de distanciamiento social para controlar la pandemia de COVID-19.” (Abuso, acoso y violación: Denuncias por delitos sexuales aumentan en el país. Itxaro Arteta. Sin Embargo, 23/IV/2020).
El feminicidio infantil va al alza, sobre todo el que está relacionado a la pederastia al interior de los hogares perpetrado por un familiar.
Otro, es la perversidad del sector empresarial al negar parar –hasta por cuestiones humanitarias- las operaciones de sus empresas, ya sea manufactureras o de servicios, como las del Grupo Salinas que incluso ha pretendido extorsionar al gobierno negándose al pago de sus impuestos y ha emprendiendo una campaña de desinformación en sus noticieros estelares o las grandes naves industriales maquiladoras de Ciudad Juárez, específicamente en Lear Río Bravo donde ya fallecieron 14 personas y es incuantificable el numero por contagios (De Europa a Juárez: el virus que desató contagios dentro de una maquiladora. Gabriela Minjáres, La Verdad).
Lo anterior comprueba lo siempre sabido, que, en aras del capital y la producción quienes menos importan son las y los trabajadores.
Los gobiernos insensibles son otro mal que no respalda a la clase trabajadora, la restricción de la movilidad en la ciudad ha dejado a cientos sin empleo por no poder cubrir los costos que implica poder regresar a casa luego de la jornada laboral; las rutas comienzan a cortarse a las 7 y hay gente que sale a las 8 o 9. No hay posibilidad de sostenerse así, no pagando uber o taxis.
Por último, escapa de toda lógica las agresiones al personal de salud.
La semana anterior la titular de la División de Programas de Enfermería de la Unidad de Atención Médica del IMSS, la Mtra. Fabiana Maribel Zepeda, desde su sentir, en la conferencia de prensa de las tardes, dio a conocer las cifras denunciadas ante CONAPRED y la forma en que las vive el personal sanitario.
Éstas han ocurrido en 8 estados, pero solo hizo referencia a las que fueron físicas y las sutiles que igual tienen efectos adversos en el ánimo y la moral de quien las recibe porque no dejan de ser discriminación, no fueron enunciadas específicamente; sin embargo, en Chihuahua sabemos de locales comerciales que se han negado a dar servicio de entrega a los hospitales, de establecimientos que han negado la entrada o pedido la retirada de personas que portan el uniforme a pesar de las múltiples medidas de seguridad que tienen que cursar al inicio y termino de su jornada precisamente para evitar la exportación de algún virus, bacteria o germen que pueda convertirse en foco de infección.
Y es que cuando se conjuga el miedo y la ignorancia, un violento fermento se consuma, a su vez azuzado por las fakes news y el odio de quienes son opositores (no críticos) del régimen y que prefieren ver enfermar y morir a cientos de personas con tal de definirse poseedores de la razón.
Son esos los que enferman.
Son ellos y la ultraderecha feliz que las mujeres hayan vuelto a casa a ser violentadas y asesinadas.
Son quienes no respetan las medidas de cuidado comunitario para mantener el cerco sanitario y así prevenir contagios quienes muestran abiertamente su individualismo y su desprecio por la vida.
Esos son los monstruos a los que se refiere Gramsci y que los vemos renovados en nuestra época.
@MarieLouSalomé