Los modos de hacer política son mucho más que una disputa por el agua

Los modos de hacer política son mucho más que una disputa por el agua 11 de septiembre de 2020

Leonardo Meza Jara

Chihuahua, Chih.

I.-  En un artículo publicado recientemente, el historiador Víctor Orozco analiza desde diferentes ángulos, el actual conflicto del agua en el estado de Chihuahua. El argumento inicial de Orozco, menciona la postura “precautoria” de los agricultores de la cuenca del Conchos, cuyo objetivo es resguardar el agua de las presas para solventar los ciclos de riego del año 2021. 

En este punto en específico, habría que aplicar la categoría analítica de “lo precautorio” al problema del agua en su conjunto. ¿Qué es específicamente “lo precautorio” y, cómo se ha hecho presente este comportamiento humano en torno al conflicto del agua de las presas en Chihuahua? 

En la política y en otros territorios humanos, hay un cúmulo de acciones que tienen la cualidad de ser precautorias. De hecho, puede conceptualizarse al ser humano como un animal de lo precautorio. 

En el actual contexto de la pandemia por el Covid-19 y de la crisis económica que resulta amenazante, las acciones precautorias han tomado la forma de un apoyo, como si fueran un bastón que nos permite avanzar a lo largo de días aciagos. Pero, a su vez, las acciones precautorias traen una carga de afectación y de negatividad. 

Lo que puede ser una acción precautoria positiva para evitar el contagio por Covid-19, como la limitación del número de trabajadores en una empresa, ha traído consigo costos negativos para la economía y para la vida de las familias.  En todo caso, habría que analizar lo que se refiere como “acciones precautorias” desde sus varias aristas. 

Las acciones precautorias tienen múltiples causas y tienen múltiples efectos, que deben ser considerados en toda su complejidad. 

En los tiempos pre-electorales, los partidos políticos y los grupos que actúan al interior de los mismos, desarrollan acciones precautorias para garantizar en lo más posible, el acceso o la continuidad en el poder. En el terreno de la estrategia política, desde el punto de vista del “Arte de la guerra” de Sun Tzu, lo que hacen los actores políticos en los tiempos pre-electorales, puede ser analizado bajo una lógica precautoria respecto al poder.  

De inicio, en torno al conflicto por el agua de las presas en Chihuahua, se identifican cuatro acciones precautorias: 

A) Los agricultores de la cuenca del Conchos pretenden garantizar de manera precautoria el ciclo de riego 2021, con el agua que actualmente tienen las presas. Con los niveles actuales de las presas y en un contexto climático de sequía, los mismos agricultores han argumentado que el agua almacenada será insuficiente para cubrir el ciclo de riego del año entrante.  

B) De manera también precautoria, el gobierno federal pretende entregar a los Estados Unidos el total de agua del ciclo 35, que está establecido en el tratado internacional de 1944. La acción precautoria del gobierno federal tiene por objetivo evitar un posible conflicto diplomático. Se ha afirmado en múltiples ocasiones que lo establecido en el tratado internacional de 1944 resulta desventajoso para Chihuahua y ventajoso para otros estados del norte del país. 

C) En el caso específico de Morena y de la 4T, las acciones precautorias para asegurarse en lo más posible el acceso o la continuidad del poder hacia el 2021, han recurrido a una estrategia de la polarización creciente que, por lo menos, resulta cuestionable. 

D) En el caso específico de los panistas, los priistas y otros actores partidistas en Chihuahua, las acciones precautorias para acceder al poder hacia el 2021, han recurrido al usufructo del movimiento del agua. Panistas, priistas y otros actores se han montado en el movimiento del agua con fines electorales.

Hasta aquí se identifican cuatro acciones precautorias, y no una. 

¿En la actual coyuntura de escalada del conflicto, alguna de estas acciones precautorias posee una mayor importancia que las otras? ¿De qué forma y por qué, una de estas acciones precautorias tendría más importancia que las otras? ¿Hay condiciones de gobernabilidad para construir un orden y una jerarquización a partir de estas cuatro acciones precautorias, sin generar conflicto alguno? ¿O más bien, estas cuatro acciones precautorias han entrado en un terreno político irresoluble y trágico?

Se puede afirmar que estas acciones precautorias poseen una configuración diferente, es decir, son distintas. No es lo mismo una acción precautoria atravesada por variables climáticas como la sequía y la lluvia (A), que una acción precautoria que se relaciona con variables jurídicas, diplomáticas y con las elecciones en Estados Unidos (B). 

Sin embargo, las cuatro acciones precautorias referidas coinciden en el terreno de lo político. Los hilos precautorios de A, B C y D, están en este momento enredados unos con otros, de tal forma que el asunto se ha vuelto una maraña política. ¿Quiénes son los responsables de que el conflicto haya escalado hasta este punto tan complicado y álgido? 

En su artículo, Víctor Orozco, afirma que “sorprende el encono”, con el cual los agricultores han defendido el agua de las presas. Este encono se debe fundamentalmente a cuatro razones que son evidentemente políticas: 

- La cerrazón y el empecinamiento del gobierno federal al imponer una decisión que pudo ser diferente. 

- Un pésimo manejo estratégico por parte de los operadores del gobierno federal, que acumularon error tras error en el tratamiento del problema. 

- Una postura de menosprecio por parte del mismo presidente, que terminó subestimando la fuerza política y la capacidad organizativa de los agricultores de la cuenca del Conchos.  

- Una postura de frialdad por parte del gobierno estatal, que en todo momento se ha mantenido a distancia del conflicto, sin generar compromiso alguno. 

En este momento, los hilos de las acciones precautorias de A, B, C y D, se siguen enredando. ¿Hay alguien que sea capaz de desenredarlos y poner orden? El asunto precautorio, que merece ser atendido de manera prioritaria para resolver el problema del agua en el estado, es el término del conflicto. Se requiere ser lo suficientemente precautorios, para evitar que el conflicto se mantenga en estado de tensión y/o crezca.

 


II.- En la actual coyuntura, el problema por el agua de las presas en Chihuahua ha tomado una forma fatídica. Se identifican dos cuerpos de argumentos que han sido llevado al extremo y que se han asumido de manera fatídica. Estos cuerpos de argumentos están polarizados. 

El primer cuerpo de argumentos se ha formado en torno al punto A (Los agricultores de la cuenca del Conchos pretenden garantizar de manera precautoria el ciclo de riego 2021, con el agua que actualmente tienen las presas). 

El segundo cuerpo de argumentos se ha formado en torno a B (De forma precautoria, el gobierno federal pretende entregar a los Estados Unidos el total de agua del tratado de 1944, con la finalidad de evitar un posible conflicto diplomático). 

Desde una lógica precautoria y probabilística puede afirmarse que:

- Es posible que llueva o que no llueva lo suficiente. A partir de ello, el agua almacenada en las presas de Chihuahua, garantizaría o no garantizaría los ciclos de riego del 2021. Estas serían las posibilidades en torno al punto A, que tendrían que analizarse en el contexto actual de la sequía.

Es posible que, de no pagarse completa la cantidad de agua a los Estados Unidos en lo que compete al tratado de 1944, se pudiera o no se pudiera generar un conflicto diplomático en lo futuro. Hasta el momento no queda claro si se generaría o no un conflicto diplomático de esta forma. 
Tampoco queda claro cuáles serían los alcances de un conflicto de esta naturaleza. A su vez, habría que considerar, que aun quedando faltantes de agua por pagar a los Estados Unidos, este conflicto sería evitable en los términos de una posible negociación diplomática. 

No tiene caso entrar en el terreno de la guerra de cifras en torno al agua, que se ha generado entre la postura de los usuarios de los distritos de riego en Chihuahua y la CONAGUA. 

El manejo político y mediático de esta guerra de cifras ha quedado convertido en un territorio minado, muy difícil de transitar. 

Tampoco tiene sentido defender a ultranza la postura precautoria de A o la postura precautoria de B. Hay una inercia fatídica que se ha formado en los cuerpos de argumentación en torno a las posturas precautorias de A y B. 

En este plano, el debate es una encrucijada que tiene la forma de un callejón sin salida. Para enrumbar una posibilidad de salida al problema, los operadores políticos del gobierno federal, del gobierno del estado y de los agricultores de la cuenca del Conchos, tendrían que dejar a un lado las inercias fatídicas que arrastran el conflicto hacia lo irresoluble. 

Lo que se requiere en este momento es política, política y más política. ¿Qué no hay operadores de la política federal o local que sean capaces de tratar el conflicto, tomando una distancia de las posturas fatídicas y construyendo acuerdos políticos desde abajo, junto con los agricultores? ¿Es mucho pedirle a los políticos, que hagan el trabajo que les corresponde?

 


III.- Hay una postura precautoria que tendría que ser colocada por encima de lo que se ha analizado hasta esta parte. Se requiere tomar las precauciones necesarias antes de que los conflictos por el agua en el norte de México se conviertan en un problema mucho mayor. No faltan muchos años para que se agote el agua subterránea que permite abastecer a la ciudad de Chihuahua. Hace algunas semanas se publicó un artículo de Alejandro Toledo que resulta señero respecto al problema mencionado: “Agua para la vida” (La Jornada, 25 de agosto de 2020).

Si hay un uso indebido del agua, al que se le ha referido como “huachicoleo del agua” que se aplique la ley y que se lleven a cabo las reformas correspondientes en la materia. No basta, que las denuncias de los usos indebidos del agua sean usadas como bombas molotov que se lanzan desde el pódium de las conferencias mañaneras del presidente.

Si hay formas de desarrollar la agricultura que resultan problemáticas en los distritos de riego en Chihuahua, respecto a los usos desmesurados del agua, que las instancias de los gobiernos federal y estatal construyan proyectos para generar alternativas. 

No basta que el superdelegado federal en Chihuahua levante una cartulina en forma de protesta denunciado a los productores de nuez y de alfalfa, mientras desfila ante la pasarela de los medios. 

Si hay un uso industrial, que también resulta problemático por la demasía del agua que se usa en la fabricación de cerveza en la planta Heineken en Chihuahua, que se le dé un tratamiento político y legislativo al problema. 

Si Morena tiene mayoría legislativa en el poder legislativo federal, que se aproveche el momento para reordenar los usos industriales del agua. 

Resulta necesario que a nivel nacional se construya una estrategia integral para darle tratamiento al problema del agua, antes de que los conflictos sean llevados a una cuenta regresiva que se aproxime al cero…

Leonardo Meza Jara

Maestro, analista político.