Los debates de acá
Sin Retorno

Los debates de acá 11 de abril de 2024

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

No termina aún el post debate del celebrado el domingo anterior y las fuerzas políticas, en el ámbito nacional, discuten afiebradamente sobre el formato del discutido por Xóchitl Gálvez, Jorge Alvarez y Claudia Sheinbaum y la urgente necesidad de cambiarlo.

Y si allá llevan discutiendo tal asunto más de medio año, se antoja correcto que en el ámbito local, en el órgano electoral chihuahuense, se esté discutiendo el formato de los debates municipales, especialmente los que habrán de efectuarse en Juárez y Chihuahua, que concitarán el mayor interés en el estado.

No por ello los de las ciudades medianas (Delicias, Cuauhtémoc, Camargo, Jiménez, Nuevo Casas Grandes y Parral) despertarán menor interés, máxime que de los resultados de éstos (por el peso del total de su padrón electoral) dependerá en buena medida a quien le corresponderá el triunfo en la única contienda estatal, rumbo a la gubernatura en 2027, la del senado.

Al mismo tiempo, así no sea estrictamente una contienda estatal, los resultados en la entidad serán de la mayor importancia en la elección presidencial y ahí sí las fuerzas políticas deberán poner su principal empeño en obtener, a como dé lugar, cifras triunfadoras por encima de sus más fuertes contendientes en esa disputa.

Probablemente, luego del estrepitoso fracaso del formato del debate presidencial, en los debates municipales pueda presentarse una importante disminución en las audiencias de las dos urbes chihuahuenses.

Precisamente por eso, y a pesar de ello, tanto las fuerzas políticas, como los consejeros ciudadanos están obligados a establecer un antes y un después en el formato de los debates chihuahuenses organizados por el organismo electoral.

O diseñan una forma en la que los participantes discutan sobre el mismo tema -obviamente sobre los asuntos de mayor interés para el electorado- y que todos estén obligados a hacerlo, para lo cual los conductores deberán tener la libertad de reconducir el debate y llamar al candidato (a) a responder lo preguntado, a no evadir la discusión y llevar a que los debates se conviertan en el mecanismo que siempre se pensó que debieran ser: 

El escaparate que le permitiera a la ciudadanía acceder a la forma de pensar de los participantes de la elección, de tener una idea, lo más cercana posible, del grado de conocimientos de cada uno de ellos sobre las materias objeto del gobierno.

Y, asunto esencial, escucharlos cuando efectúen las múltiples promesas propias de las campañas electorales y reclamarles su pleno cumplimiento, una vez en los cargos a los que quisieron acceder mediante el voto solicitado a los ciudadanos.

Porque esa es una de las razones centrales del enorme grado de desilusión, del desapego de la mayoría de los ciudadanos por la actividad política, porque, se sabe y se dice, no sin razón, que los políticos  solo prometen y prometen, pero nada cumplen.

Y luego éstos se atienen a la desmemoria colectiva y 3, 4 o 6 años más tarde, y ahora con el añadido de que lo hacen desde muy distintos partidos, que en nada se parecen al precedente, regresan a pedir nuevamente el voto de quienes se los entregaron, henchidos de ilusión.

Pareciera ser un paso menor, esto de cambiar el formato de los debates; no lo es, la cifra (13.8 millones, sumando los usuarios de todas las plataformas, Tv y radio) de quienes siguieron -en algún momento- el debate presidencial del domingo anterior, hace pensar, con ilusión, que más ciudadanos podrían interesarse en las definiciones político-electorales.

Veremos.

Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario