Llamado a la muerte
Sin Retorno

Llamado a la muerte 20 de agosto de 2020

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

Un vendaval de activismo social inunda a Chihuahua. 

En tanto que cientos de tractores, traídos por sus propietarios, se apostaron en Palacio hasta que cierren las compuertas de las presas; algunas centenas de trabajadores de la salud, catalogados como personal en riesgo son presionados a regresar a laborar, a pesar de ese factor, incluso en las secciones COVID 19.

Contra esa determinación se han alzado varias voces, en primer lugar las de los mismos trabajadores.

Para acallarlas, el vocero del gobierno de Chihuahua en ese ramo, Arturo Valenzuela, lanzó una salvaje, grosera acusación al sostener que “hay muchos que simularon padecer una enfermedad para no presentarse a trabajar”.

Si ambos conflictos sociales evolucionan a mayores, no hay vuelta de hoja, ambas obedecen a muy erráticas determinaciones, una del presidente López Obrador, y la otra, del gobernador Javier Corral.

En tanto discurríamos estas líneas, llegaban los tractoristas a Palacio, al tiempo que las esposas de algunos de ellos eran bloqueadas en las calles del centro de San Luis Potosí, a fin de evitar que accedieran al lugar en el que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reuniera con los gobernadores. Llegaron al extremo de incautarles temporalmente los vehículos usados para trasladarse.

Pero en el otro tema -también en el problema del agua-, el del regreso a laborar, el riesgo es aún mayor. No es una frase, está en juego la vida de los trabajadores de la salud que enfrentan directamente la epidemia.

Es un llamado a la muerte, y no es una frase.

Basta usar la “Calculadora de Complicación de salud por COVID-19” del IMSS, para percatarse del enorme peligro que arrostran quienes, de contagiarse con el COVID 19, podrían presentar complicaciones graves.

De acuerdo con las investigaciones realizadas en todo el mundo,  aceptadas por la Organización Mundial de la Salud, presentan más riesgos los hombres que las mujeres al contraer la enfermedad. 

Pero en ambos sexos el riesgo se eleva considerablemente a mayor edad y, como ya es del conocimiento generalizado, crece cuando se acompaña de alguna otra enfermedad.

Así, si un hombre de 45 años, con sobrepeso, sin ninguna otra enfermedad, sufrirá un riesgo alto en caso de caer enfermo de la pandemia.

En cambio, una mujer sólo tendrá un riesgo medio. Basta agregar cualquier otra comorbilidad (Hipertensión, diabetes, o cualquier enfermedad crónica renal o respiratoria) para que ambos pasen a un riesgo mayor (hombres, alrededor del 65-70% y las mujeres, 55).

Pero si la calculadora se le aplica a una persona de 60 años, con sobrepeso (porque la absoluta mayoría lo padece a esa edad en México), en ambos géneros el riesgo pasa a alto, más elevado en los hombres, pero si se acompaña de otra enfermedad, el riesgo es muy alto.

Bastaría con lo anterior para que ordenamientos tan absurdos como el de la Secretaría de Salud, de llamar al personal vulnerable a laborar, en lo que es, además, una flagrante violación a las regulaciones sanitarias que ordenan que el personal vulnerable se mantenga resguardado, hasta en tanto no nos ubiquemos en el semáforo naranja, fuera desechado.

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Más aún, cuando el médico Valenzuela señala la existencia de personal que simuló una situación de vulnerabilidad, razón esgrimida para justificar el llamado a todos a laborar, es, además de insultante, una falta, por lo menos administrativa por omisión, pues su declaración devela que, de existir el hecho señalado, tenía conocimiento de ello ¿Por qué no lo denunció?

¡Ah, es que ante la llegada del nuevo Secretario, sólo hasta entonces se dieron cuenta del enorme desbarajuste en el sector salud y llegaron a poner orden, exactamente en lo más álgido de la pandemia! ¡Y cuando eso pasa, se les ocurre llamar al trabajo a los vulnerables!

 Y los llaman a todos a trabajar, a más tardar este día y los convocan a que inicien los trámites que les permitan demostrar su estatus de vulnerabilidad.

¿O sea, regresen, pónganse en riesgo y luego demuestren que son vulnerables?

A lo anterior se suma un factor más de riesgo, la cercanía de la temporada de la influenza que, como lo sostienen los trabajadores de la salud, podría detonar los contagios del COVID 19.

Bien se ve que quien llegó a la secretaría no es un médico, o alguien con los necesarios conocimientos médicos.

¿A quién se le ocurrió semejante despropósito, de llamara a los vulnerables, en lo que es una verdadera llamada a la muerte?

[email protected]; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario