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Líbano/Cuba... la hora de la Luz

Líbano/Cuba... la hora de la Luz 23 de agosto de 2020

Gerardo Arturo Limón Domínguez

Chihuahua., Chih

A Leticia con mi cariño y pesar, ante la  partida de nuestro apreciado Demetrio, que como un enorme gladiador, luchó gallardamente por su vida -por  más de un mes- ante la bestia que alguien, no sabemos aún, ¿quién, por qué y para qué? desató y nos flagela a todos como humanidad,  bajo la careta y  nombre  del Covid-19. 

 


LIBANO, UN DOLOR QUE NO CESA 

Se dice ahora ya después de tres semanas que Líbano ha de ser refundado por la enorme tragedia a que le sometieron manos e intereses que prohijaron esa terrible explosión que en Beirut afectó a 600 mil niños y algunos siguen en shock: "No es algo que un ser humano debiera vivir".  Así lo informó esta semana  el director para Oriente Medio y el Norte de África del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ted Chaiban.

En una visita al Hospital Infantil de Karantina, Chaiban afirmó a los medios que se estima que "cerca de 600 mil niños podrían estar en estado de shock, vivir con miedo o tener flashback".

El representante de esta agencia de Naciones Unidas cifró en 100 mil los infantes que han sufrido directamente la explosión, sea por daños personales o por la destrucción de sus hogares.

"Lo que sucedió el 4 de agosto no es algo que un ser humano debiera vivir y muchos menos un niño", consideró Chaiban. Al respecto, señaló que "se puede decir con seguridad que todos los niños que estaban en un radio de 20 kilómetros (del epicentro de la explosión) sufren algún tipo de conmoción o trauma".

Este sanatorio se encuentra en uno de los barrios más afectados por la explosión de casi 3 mil toneladas de nitrato de amonio que llevaban seis años en un almacén del vecino puerto de Beirut sin custodiar. (N.A. esta información se maneja hasta ahora como la causa “oficial”, la real está por dilucidarse a mi parecer).

Según las autoridades, casi 300 mil personas se han quedado sin hogar, mientras que más de 6 mil están heridas.

 Estos son datos duros que  nos dan el balance con el que se cierra esta trilogía de artículos en que hemos abordado aquí este tema, debo señalar que reiteramos estos   datos porque así lo expresan las autoridades y así lo hacemos aquí constar, en este espacio, dado que se estima es una obligación moral, no olvidar lo que le hicieron a esta nación hermana. 

 


CUBA LA ESPERANZA, QUE NO CESA

Cuba tiene mucha experiencia con vacunas. La isla caribeña trabaja ahora en el desarrollo de su propia vacuna para combatir el coronavirus y el COVID-19. Además, Rusia quiere que su vacuna se produzca en Cuba. Con esta entrada, hace 4 días se ha dado a conocer que esta pequeña isla de poco menos del 40% del territorio chihuahuense para contrastarlo y menos de una  décima parte de la población de México como nación.  

Cuba está en la lucha por acabar el flagelo de nombre Covid-19. Nunca como hoy aplica la frase de Martí “Es la hora de los Hornos y no se ha de ver más que la luz”.

Con este preludio y contrapunto quiero traer aquí un breve relato que se titula  “Mi raza” del mismo  José Martí; que a la letra expresa:

“Esa de racista está siendo una palabra confusa y hay que ponerla en claro. El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza o a otra: dígase hombre, y ya se dicen todos los derechos. 

El negro, por negro, no es inferior ni superior a ningún otro hombre; peca por redundante el blanco que dice: “Mi raza”; peca por redundante el negro que dice: “Mi raza”. Todo lo que divide a los hombres, todo lo que especifica, aparta o acorrala es un pecado contra la humanidad. ¿A qué blanco sensato le ocurre envanecerse de ser blanco, y qué piensan los negros del blanco que se envanece de serlo y cree que tiene derechos especiales por serlo? ¿Qué han de pensar los blancos del negro que se envanece de su color? 

Insistir en las divisiones de raza, en las diferencias de raza, de un pueblo naturalmente dividido, es dificultar la ventura pública y la individual, que están en el mayor acercamiento de los factores que han de vivir en común. 

Si se dice que en el negro no hay culpa aborigen ni virus que lo inhabilite para desenvolver toda su alma de hombre, se dice la verdad, y ha de decirse y demostrarse, porque la injusticia de este mundo es mucha, y es mucha la ignorancia que pasa por sabiduría, y aún hay quien crea de buena fe al negro incapaz de la inteligencia y corazón del blanco; y si a esa defensa de la naturaleza se la llama racismo, no importa que se la llame así, porque no es más que decoro natural y voz que clama del pecho del hombre por la paz y la vida del país. 

Si se aleja de la condición de esclavitud, no acusa inferioridad la raza esclava, puesto que los galos blancos, de ojos azules y cabellos de oro, se vendieron como siervos, con la argolla al cuello, en los mercados de Roma; eso es racismo bueno, porque es pura justicia y ayuda a quitar prejuicios al blanco ignorante. Pero ahí acaba el racismo justo, que es el derecho del negro a mantener y a probar que su color no le priva de ninguna de las capacidades y derechos de la especie humana.

El racista blanco, que le cree a su raza derechos superiores, ¿qué derechos tiene para quejarse del racista negro que también le vea especialidad a su raza? El racista negro, que ve en la raza un carácter especial, ¿qué derecho tiene para quejarse del racista blanco? El hombre blanco que, por razón de su raza, se cree superior al hombre negro, admite la idea de la raza y autoriza y provoca al racista negro. El hombre negro que proclama su raza, cuando lo que acaso proclama únicamente en esta forma errónea es la identidad espiritual de todas las razas, autoriza y provoca al racista blanco. La paz pide los derechos comunes de la naturaleza; los derechos diferenciales, contrarios a la naturaleza, son enemigos de la paz. El blanco que se aísla, aísla al negro. El negro que se aísla, provoca a aislarse al blanco.

En Cuba no hay temor a la guerra de razas. Hombre es más que blanco, más que mulato, más que negro. En los campos de batalla murieron por Cuba, han subido juntas por los aires, las almas de los blancos y de los negros. En la vida diaria de defensa, de lealtad, de hermandad, de astucia, al lado de cada blanco hubo siempre un negro. 

Los negros, como los blancos, se dividen por sus caracteres, tímidos o valerosos, abnegados o egoístas, en los partidos diversos en que se agrupan los hombres. Los partidos políticos son agregados de preocupaciones, de aspiraciones, de intereses y de caracteres. Lo semejante esencial se busca y halla por sobre las diferencias de detalle; y lo fundamental de los caracteres análogos se funde en los partidos, aunque en lo incidental o en lo postergable al móvil común difieran.

 Pero en suma, la semejanza de los caracteres, superior como factor de unión a las relaciones internas de un color de hombres graduado y en su grado a veces opuesto, decide e impera en la formación de los partidos. La afinidad de los caracteres es más poderosa entre los hombres que la afinidad del color. Los negros, distribuidos en las especialidades diversas u hostiles del espíritu humano, jamás se podrán ligar, ni desearán ligarse, contra el blanco, distribuido en las mismas especialidades. 

Los negros están demasiado cansados de la esclavitud para entrar voluntariamente en la esclavitud del color. Los hombres de pompa e interés se irán de un lado, blancos o negros; y los hombres generosos y desinteresados se irán de otro.

 Los hombres verdaderos, negros o blancos, se tratarán con lealtad y ternura, por el gusto del mérito y el orgullo de todo lo que honre la tierra en que nacimos, negro o blanco. La palabra racista caerá de los labios de los negros que la usan hoy de buena fe, cuando entiendan que ella es el único argumento de apariencia válida y de validez en hombres sinceros y asustadizos, para negar al negro la plenitud de sus derechos de hombre. Dos racistas serían igualmente culpables: el racista blanco y el racista negro. Muchos blancos se han olvidado ya de su color, y muchos negros. Juntos trabajan, blancos y negros, por el cultivo de la mente, por la propagación de la virtud, por el triunfo del trabajo creador y de la caridad sublime.

En Cuba no hay nunca guerra de razas. La República no se puede volver atrás; y la República, desde el día único de redención del negro en Cuba, desde la primera constitución de la independencia el 10 de abril en Guáimaro, no habló nunca de blancos ni de negros. Los derechos públicos, concedidos ya de pura astucia por el Gobierno español e iniciados en las costumbres antes de la independencia de la Isla, no podrán ya ser negados, ni por el español que los mantendrá mientras aliente en Cuba para seguir dividiendo al cubano negro del cubano blanco, ni por la independencia. Que no podría negar en la libertad los derechos que el español reconoció en la servidumbre.

Y en lo demás, cada cual será libre en lo sagrado de la casa. El mérito, la prueba patente y continua de cultura y el comercio inexorable acabarán de unir a los hombres. En Cuba hay mucha grandeza en negros y blancos.

COROLARIO 

Ojalá leyésemos más a Martí y escucháramos menos a Trump en este tiempo, ojalá, la lucha de colores que vive Norteamérica  abiertamente en un proceso electoral abigarrado no se desborde y el fondo que generó ese caos llamado COVID -20 se aclare, es necesario.

Ojalá también que en Chihuahua el nivel del entendimiento y la concordia social sobre el AGUA retomen  su rumbo, es muy raro este movimiento que aun cuando justo y legítimo en la demanda por el vital líquido, ha sido por lo menos manipulado con tintes electorales a todas luces visibles, no puede usarse el agua en Chihuahua como ariete político por ningún bando, quede claro que la vida, la salud, el trabajo y la sustentabilidad es prioridad y en eso todos debemos comprometernos, en la  manipulación, no hay cabida para la razón.