Chihuahua, Chih.
I.- Cuando Marisela Escobedo cayó muerta la noche del 16 de diciembre de 2010, lo que sucedía a su alrededor era una acumulación de la injusticia y de la muerte. Muchos años antes, desde los primeros feminicidios en la década de 1990, en Chihuahua y en México comenzaron a acumularse la injusticia y la muerte que se nos volvieron un nudo en la garganta.
Durante sus últimos años, Marisela Escobedo buscó romper ese nudo, y su vida entera se convirtió en un grito que todavía resuena. El de Marisela, es un grito que brota de lo más profundo del dolor, un grito que sale de una garganta rota de tanto gritar y de un corazón entero hasta su último latido. La vida de Marisela tiene un pulso que late todavía, un pulso que rebasa lo social y lo político, y que se instala de forma doliente en lo histórico del siglo XXI en Chihuahua.
II.- La muerte de Marisela Escobedo está llena de símbolos: la cruz de clavos que quedó a sus espaldas cuando corrió para escapar de su victimario; el Palacio de Gobierno en Chihuahua con sus puertas cerradas y el cuerpo muerto de Marisela en la banqueta; cientos de veladoras que se colocaron alrededor de este edificio en los días siguientes del asesinato; y una placa que fue instalada en la banqueta del Palacio de Gobierno, a contracorriente de la autorización del entonces gobernador, César Duarte.
Otro de los significados simbólicos en torno a la muerte de esta activista, se identifica en el nombre del documental que fue producido recientemente por Netfllix: “Las tres muertes de Marisela Escobedo”. La de Marisela no es una sola injusticia, ni una sola muerte, son un conjunto de injusticias y de muertes que se anudan entre sí en las últimas décadas.
El nombre del documental de Netflix significa la acumulación de la injusticia y de la muerte que se depositan simbólicamente en la figura de la activista social. Marisela Escobedo se ha convertido en símbolo de las injusticias y las muertes que se cuentan por miles. La configuración simbólica que se ha construido en torno a la vida y la muerte de la activista, tiene la forma de un martirio. Marisela Escobedo es la mártir de una historia inconclusa, en la que se entremezclan el dolor y la resistencia ante un agravio que no cesa.
III.- En el marxismo postestructuralista de Ernesto Laclau y Slavoj Žižek se le llama “point de caption” (punto de acolchado) a un contenido ideológico a partir del cual se anudan un conjunto de acontecimientos políticos que poseen significados en común. «El espacio ideológico está hecho de elementos sin ligar, sin amarrar, “significantes flotantes” cuya identidad está “abierta, sobredeterminada por la articulación de los mismos en una cadena con otros elementos… El “acolchamiento” realiza la totalización mediante la cual esta libre flotación de elementos ideológicos se detiene, se fija, -es decir, mediante la cual estos elementos se convierten en partes de la red estructurada de significado.” (Žižek, “El sublime objeto de la ideología”, 2012).
Como significante y como significado, la muerte de Marisela Escobedo se ha convertido en un “point de caption” en el que se anudan un conjunto de significados que resultan dolientes: A) las muertes a causa del feminicidio, B) las muertes cometidas durante las oleadas del crimen organizado, C) las injusticias que se repiten y se expanden y, D) una resistencia que tiene años ocupando el espacio social y político en Chihuahua.
En un “point de caption” los significados se anudan unos con otros, y desde ahí, toman un grosor y una consistencia que a veces se vuelven demasiado pesadas.
¿Cuántos son los feminicidios que se acumulan en el significado de las muertes de Rubí y de Marisela Escobedo?
¿Cuántos son los asesinatos del crimen organizado, que quedan representados en la muerte de la activista social?
¿Cuántas injusticias hierven a través de la ausencia de justicia en este caso?
¿Cuántos actos de resistencia se alzan a través de la bandera de lucha, sostenida todavía por el brazo alzado de Marisela Escobedo?