Chihuahua, Chih.

Además de la derrota, histórica, del PRI en el EdoMex, que no la impidió que participara coaligado con PAN y PRD, ocurrió otro fenómeno, por muchos aspectos, inesperado: La muy baja votación obtenida por el PAN, en ambas entidades.

Sorprende no solo por su pasado electoral, sino porque aparecía, previamente, como el partido que captaría el rechazo de la sociedad que califica mal al gobierno de AMLO.

Puede que así suceda en las elecciones presidenciales, pero ahora, tanto en Coahuila, como en EdoMex, no lo fue.

En la primera sólo alcanzó ¡El 6.86% de los votos (89 mil 473, con el 98% de las casillas capturadas por el PREP)!

A su vez, en el Estado de México, el panismo fue avasallado al obtener solamente el 11.29%, con 701 mil 116 votos, mismo porcentaje obtenido en 2017, en el que alcanzó el 11.27.

El PRI llegó al 28.16%, no muy lejos del 33.5% del 2017 y Morena pasó del 30% de ese año, al 35.19 del domingo anterior, aunque por el acuerdo de la coalición con el Verde y PT, mediante el cual se repartieron anticipadamente los votos a obtener, seguramente su real votación podrá llegar a más del 40%.

Por ese acuerdo, los dos “socios” del partido gobernante, obtuvieron, no sólo “respiración artificial”, sino sendas cifras millonarias, fruto de las prerrogativas a las que tendrán acceso en 2024, localmente.

De las muchas lecturas generadas por los resultados, hay una probablemente incuestionable y es que los sectores sociales más críticos al gobierno de la 4T no salieron masivamente, en las cantidades que esperaba la oposición, a votar por el bloque opositor.

 De ahí la disminución, en términos reales, dado el crecimiento del padrón electoral, de la votación del PRI y del PAN, ya no se diga del PRD, que cayó del 17.84% de 2017, al 2.89 de este año.

Vistos los resultados de este modo, a la luz de una serie de expresiones y sucesos, que perfilaban la elevación de la participación de sectores de las capas medias más críticas del gobierno de López Obrador, y que habían encontrado correlación con lo sucedido en las elecciones del 2021 y las inmediatamente anteriores y posteriores en las elecciones estatales, en las que aparecieron resultados favorables a la oposición, sobre todo en los medianos y grandes centros urbanos, se esperaba que en las elecciones de Coahuila, pero especialmente en las del EdoMex, se repitiera.

No fue así.

Más aún, se esperaba que el panismo se fortaleciera como la principal fuerza de la oposición; podrá serlo en las elecciones presidenciales, pero ahora no.

Todo ello deberá llevar a que la oposición, en las entidades que aún gobierna, como Chihuahua, a analizar seriamente, no sólo sus políticas de gobierno -que es muy importante- sino especialmente la manera en que la mayoría de los votantes perciben a los partidos y los balances positivos de su obra de gobierno, algo que empieza a percibirse como ausente.

Por otra parte, se esperaba que el PRI se desplomaría electoralmente pues es el partido al que la mayoría de los encuestados decía que nunca votarían por él.

Los resultados del domingo arrojan, por lo menos en estas elecciones, otra realidad.

¿Será la que prevalezca en un año?

En tanto, en la suma de los votos obtenidos en ambas elecciones (sabemos que es totalmente hipotético, pero podría servir de alguna referencia) Morena aventaja en más de 200 mil votos al bloque opositor, aunque, como lo anotamos arriba, repartió una tajada importante de ellos a PVEM y PT, con lo que, en realidad, estamos hablando que, a pesar del descalabro en Coahuila y la enorme ventaja obtenida por PRI-PAN-PRD ahí, de casi 300 mil votos, sumando los del PT y PVEM, que casi seguramente en 2024 acompañarán a Morena. 

Amaneció el lunes, esta coalición, como la lideresa en el país.

*Columna de Plata-APCJ: 2008, 2015, 2017, 2022 y 2023

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