Chihuahua, Chih.
A unas horas de iniciar los procesos internos para elegir a su candidato a gobernador, los partidos políticos se encuentran en plena efervescencia, son un volcán y mientras ello sucede en su interior, la población vive más preocupada por otros menesteres: la cena de navidad, el semáforo epidemiológico, los proyectos para el próximo año y, sobre todo, la esperanza de que “acabe la pandemia” casi por un acto de magia.
Por su parte, el gobierno federal apuesta a que un milagro le salve del desastre que está por venir y ante el cual poco se hace: declaraciones, manejo engañoso de cifras y datos, planes sin sustento y medidas desesperadas para detener el avance de una “tercera oleada” del temido virus SARS-CoV2.
Lo único real es el interés desmedido por conservar la mayoría en la Cámara de Diputados y acrecentar su presencia en las gubernaturas en juego.
En tanto que el gobierno estatal parece más preocupado por terminar cuanto antes la gran carrera de desatinos, la fiscalía con sus “expedientes X” parece su única arma electoral, despachando investigaciones a diestra y siniestra, incluso mordiendo a los de casa, en el afán de parecer creíble, nadie está salvo, todos son sospechosos y susceptibles de una acusación y volverse víctimas de una “orden de tacos”, el fiscal amenaza una y otra vez sobre la acción de la justicia que cada día suena más a venganza personal.
No son pocos los ayuntamientos que han visto, o pronto verán, a sus presidentes saltar del barco en busca de otro puesto público: Juárez con Cabada en busca de ser candidato a gobernador por Morena o el partido que sea; en Chihuahua, Maru Campos se registró por el PAN para el mismo puesto; pero también lo hicieron los alcaldes de Hidalgo del Parral, Alfredo “Caballo“ Lozoya, que se coló como aspirante en MC; y el de Guachochi, Hugo Aguirre, que pretende hacerlo por el PRI.
Los senadores por Morena que participaron en el proceso interno de su partido y que al parecer no tenían mucha esperanza en abanderarlo –ya que nunca solicitaron licencia-, Cruz Pérez Cuellar y Bertha Caraveo; en cambio, Gustavo Madero por el PAN sí lo hizo; de nuestros ilustres diputados federales solamente Mario Mata del PAN, por Morena Sebastián Aguilera, Efraín Rocha y, –por obvias razones- Juan Carlos Loera, no pretenden la reelección, los nueve restantes están apuntados y hasta se pondrán a trabajar para que no digamos que nadie los conoce, aunque esa es la realidad.
Las alianzas electorales se siguen cocinando, aunque la única con impacto a nivel local es la de Morena-PT-PNA; la anunciada “Va por México” de PAN-PRI-PRD, va solamente para los 177 distritos federales en que no ganan solos, en los otros 133 se sienten competitivos por separado, para Chihuahua son tres distritos: dos en Juárez y el que tiene cabecera en Cuauhtémoc y comprende otros 18 municipios del noroeste. Se menciona la posibilidad de que PRI-PRD formen una coalición que tendría solamente impacto en los municipios en que el PRI gobierna. Los que el PRD había ganado, ya se fueron a MC.
Las circunstancias y vericuetos de los últimos días hacen, para pocos, más interesante lo que sucede, para la mayoría carecen de importancia y cada día se alejan más “de la política”, una actividad que ven con recelo, sin trascendencia y motivada por la pillería de unos y otros, no hay quien haga la diferencia.
Existen estudios que concluyen que más de la mitad de los mexicanos no se identifican con ningún partido, que 9 de cada 10 mexicanos creen que los partidos son deshonestos, y sólo 1 de cada 8 confía en los partidos políticos, todos los partidos analizados tienen más del 50% de opiniones adversas –excepto MC-, el PVEM es el amo del repudio, el 84.5% de los mexicanos tiene una mala referencia del Verde.
El 95.5% de los ciudadanos creemos que los partidos dividen a los mexicanos, que no se preocupan en preparar buenos gobernantes, que solamente trabajan para sus intereses; 3 de cada 4 pensamos que los partidos se están debilitando y que no escuchan a la gente, creo que estas cifras serán confirmadas por los hechos actuales, Morena que es el partido gobernante no se salva de estas apreciaciones, si acaso no es tan castigado por las críticas, tampoco es muy favorecido.
En este contexto enrarecido, ante un pueblo que poco le interesa la vida pública, con partidos devaluados, gobernantes mal calificados y alianzas electorales que no cuajan ante el interés de los actores políticos, inician los rounds de sombra. No se espera nada bueno, la participación ciudadana será baja, apenas superior al 50%, la disputa de las diputaciones federales es más importante para los partidos y para el gobierno federal, para la gente lo será la elección de gobernador y ayuntamientos, a casi nadie le interesan las elecciones de síndicos y diputados locales.
De los poco más de 2 millones 800 mil electores, votarán casi 1 millón y medio, esta será la gran bolsa en disputa.
En el municipio de Juárez se concentra el 40% de la lista nominal, pero equivale al 30 o 35% de los votos, en cambio, en Chihuahua con el 25% del padrón, se concentra del 27 al 30%, los restantes 65 municipios agrupan el 35% de la lista y agrupan entre el 35 y 38% de los votos, la visión simplista de que Juárez y Chihuahua deciden el resultado es inviable, en el resto del estado vive 1 millón de electores y para muchos de ellos, incluidos muchos votantes de Juárez, es más importante la elección del ayuntamiento o presidente municipal como se le conoce comúnmente.
El más reciente ejercicio de prospectiva electoral, considerando las coaliciones anunciadas de morena-PT-PNA y la casi amarrada entre PRI-PRD, la definición de las candidaturas de MC, FxM y Morena, la exigua tradición de voto duro, la amenaza de averiguaciones y detenciones, establece un empate técnico en la intención de votantes, el PAN como partido en solitario está en el 25%, la coalición de Morena parte del 26%, la coalición PRI-PRD no harían ningún cambio a favor, difícilmente podrán superar el 15% de las intenciones y MC no superará el 10%.
Entre el PVEM, RSP, PES y FxM se repartirán entre el 10 y el 12% de los votos, lo que se vuelve improbable la sobrevivencia de todos ellos.
Los restantes 18-20% corresponden a los indecisos, ellos esperarán las campañas para analizar a los candidatos y las propuestas y tomar una definición, esta cantidad no es menor, son de 250 a 280 mil electores, sin duda, entre estos y los que en el camino decidan cambiar de opción harán la diferencia.
La meta mínima para formar parte de los primeros lugares es de 300 mil. Para ganar, cualquier partido tendrá que sumar de 450 a 500 mil votos, el que ya los tenga, que levante la mano.
Sobre todo se debe tomar en cuenta que en 164 días pueden pasar muchas cosas, quien hable de sorpresas, posiblemente salga sorprendido, el que piense que ya las tiene todas consigo, recordarle que solamente se puede cantar el triunfo con las actas en la mano.
Al día de hoy hay tres aspirantes casi con la puerta abierta en su partido, el PAN tiene su proceso abierto, el PRI ni convocatoria ha presentado, el Verde, RSP y el PES tendrán que buscar candidato y García Chávez a recabar las firmas para lograr su intención como candidato independiente.