Chihuahua, Chih.
Dedicado hoy a esas mujeres, que han sido capaces de llevar su vida al umbral mismo de la muerte, para con ello abrir paso a la vida a sus criaturas, que les otorgan en esa dual graduación de vida del nacer y el parir, el trascendente título de Madre: G.A.L.D.
REALIDAD Y TRAGEDIA
Reflexionar en dos letras y realidades de tragedia hoy es obligado ellas son:
A. de Absurdo lo realizado por los candidatos de apellidos Riggs y Lozoya, imposible no señalar y documentar aquí que nadie, no importa quién sea, puede arrogarse la facultad de dictaminar, “que hay un picadero” que huele a fentanillo o la droga X, que sea y que una casa habitación ha de ser derruida solo por su interés cualquiera que este sea el de aquí al parecer era como mucho hoy y siempre ni la política, la propaganda que no vale mucho y en este caso nada, esperamos que las autoridades que retiran candidaturas por no presentar cuentas, llamen a cuentas a esos demoledores.
C. de Colombia que hoy nos duele porque vemos cómo se masacra a su gente, a jóvenes indefensos cazados cual conejos en plazas y parques públicos, nadie puede mantenerse ajeno a esta tragedia que a todos duele, si alguien no lo comprende aun solo recuerde la frase citada por Hemingway en su obra “Por quién doblan las campanas”, que a la letra dice así:
“Nadie es una isla, completo en sí mismo; cada hombre es un pedazo del continente, una parte de la masa. Si el mar se lleva un terrón, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa señorial de uno de tus amigos, o la tuya propia. La muerte de cualquier hombre me disminuye porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por ti”.
UN REGALO
No deseo agotar este espacio solo en la tragedia y lo negativo va aquí para las mujeres que amamos donde quiera que estén un regalo, es un cuento oriental anónimo que encontré en mis lecturas y lo comparto con cariño por el 10 de Mayo, su título es:
“El espejo de Matsuyama.
En Matsuyama, lugar remoto de la provincia japonesa de Echigo, vivía un matrimonio de jóvenes campesinos que tenían como centro y alegría de sus vidas a su pequeña hija. Un día, el marido tuvo que viajar a la capital para resolver unos asuntos y, ante el temor de su mujer por viaje tan largo y a un mundo tan desconocido, la consoló con la promesa de regresar lo antes posible y de traerle, a ella y a su hijita, hermosos regalos.
Después de una larga temporada, que a la esposa se le hizo eterna, vio por fin a su esposo de vuelta a casa y pudo oír de sus labios lo que le había sucedido y las cosas extraordinarias que había visto, mientras que la niña jugaba feliz con los juguetes que su padre le había comprado.
-Para ti -le dijo el marido a su mujer- te he traído un regalo muy extraño que sé que te va a sorprender. Míralo y dime qué ves dentro.
Era un objeto redondo, blanco por un lado, con adornos de pájaros y flores, y, por el otro, muy brillante y terso. Al mirarlo, la mujer, que nunca había visto un espejo, quedó fascinada y sorprendida al contemplar a una joven y alegre muchacha a la que no conocía. El marido se echó a reír al ver la cara de sorpresa de su esposa.
-¿Qué ves? -le preguntó con guasa.
-Veo a una hermosa joven que me mira y mueve los labios como si quisiera hablarme.
-Querida -le dijo el marido-, lo que ves es tu propia cara reflejada en esa lámina de cristal. Se llama espejo y en la ciudad es un objeto muy corriente.
La mujer quedó encantada con aquel maravilloso regalo; lo guardó con sumo cuidado en una cajita y sólo, de vez en cuando, lo sacaba para contemplarse.
Pasaba el tiempo y aquella familia vivía cada día más feliz. La niña se había convertido en una linda muchacha, buena y cariñosa, que cada vez se parecía más a su madre; pero ella nunca le enseñó ni le habló del espejo para que no se vanagloriase de su propia hermosura. De esta manera, hasta el padre se olvidó de aquel espejo tan bien guardado y escondido.
Un día, la madre enfermó y, a pesar de los cuidados de padre e hija, fue empeorando, de manera que ella misma comprendió que la muerte se le acercaba. Entonces, llamó a su hija, le pidió que le trajera la caja en donde guardaba el espejo, y le dijo:
-Hija mía, sé que pronto voy a morir, pero no te entristezcas. Cuando ya no esté con ustedes, prométeme que mirarás en este espejo todos los días. Me verás en él y te darás cuenta de que, aunque desde muy lejos, siempre estaré velando por ti.
Al morir la madre, la muchacha abrió la caja del espejo y cada día, como se lo había prometido, lo miraba y en él veía la cara de su madre, tan hermosa y sonriente como antes de la enfermedad. Con ella hablaba y a ella le confiaba sus penas y sus alegrías; y, aunque su madre no le decía ni una palabra, siempre le parecía que estaba cercana, atenta y comprensiva.
Un día el padre la vio delante del espejo, como si conversara con él. Y, ante su sorpresa, la muchacha contestó:
-Padre, todos los días miro en este espejo y veo a mi querida madre y hablo con ella.
Y le contó el regalo y el ruego que su madre la había hecho antes de morir, lo que ella no había dejado de cumplir ni un solo día.
El padre quedó tan impresionado y emocionado que nunca se atrevió a decirle que lo que contemplaba todos los días en el espejo era ella misma y que, tal vez por la fuerza del amor, se había convertido en la fiel imagen del hermoso rostro de su madre-
COROLARIO
FELIZ DIA DE LAS MADRES A TODOS Y TODAS DISFRUTEN DE ESE REGALO QUE NOS DIO LA CRIANZA DE MUJERES NOBLES, QUE EN VIDA O EN AUSENCIA EDIFICARON Y AUN MANTIENEN NUESTA TEMPLANZA CON LA MEORIA QUE MARCO NUESTRAS VIDAS.