La pandemia del Covid vista desde el budismo

La pandemia del Covid vista desde el budismo 7 de agosto de 2020

Francisco Javier Pizarro Chávez

Chihuahua, Chih.

“La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose”

Julio Cortázar (1914-1984) Escritor Argentino. 

No soy religioso, pero respeto todas las religiones, en particular las que fomentan el amor, no el odio. Una hija mía me envió el texto de un dialogo entre un maestro budista y su discípulo en torno al coronavirus, que una de sus compañeras, María Cristina Da Silva, integrante del Grupo El Mundo de la Yoga, le compartió.

Me pareció sumamente interesante. La conversación aborda con sencillez, pero con gran profundidad la visión que el budismo tiene del coronavirus y la concepción de la vida, el respeto a la naturaleza, el bien y el mal, el amor, la paciencia, la tolerancia y el respeto.

Me queda en claro que el budismo, además de ser una religión, es también una doctrina filosófica y espiritual.

Espero que esta reflexión en voz alta que les comparto, sea de su agrado y contribuya a fortalecer la conciencia social de la especie humana, que tanto falta nos hace. Sale.

“Discípulo:

 Maestro, me cuesta tanto comprender que el Padre nos haya mandado un virus tan agresivo. ¿Cuál es el propósito?

Maestro:   

El Padre no lo mandó. Lo permite, que es diferente. La pandemia la generó el hombre a través de la violación constante de las leyes universales.

Discípulo: 

Pero algo tan malo va a generar mucha destrucción.

Maestro:

El coronavirus no es malo. Tampoco es bueno. Es necesario, que es diferente. No existe nada malo para el universo. Si el coronavirus está presente es porque está permitido por la Divinidad, o no podría existir.

La idea del bien y el mal se genera en tu mente que juzga desde su archivo de ignorancia un suceso que en sí es neutro.

Discípulo:

Pero son tantas las personas que se están contagiando en el mundo, o se van a quedar sin tener ni qué comer. Tanto niños, ancianos, hombres y mujeres. Es muy injusto.

Maestro:

Lo injusto no existe dentro del amor universal. Eso existe solo en tu mente que no comprende el propósito que hay en lo profundo.

Lo que sí existe es lo justo, lo preciso, lo exacto, lo correspondiente. 

Existe un proceso evolutivo necesario que consiste en una toma constante de información. Un ir aprendiendo a través de enfrentar las dificultades que la vida nos presenta, para que en medio del caos y del sufrimiento que se genera, descubramos el principio del amor que se encuentra en la vida misma. 

Y éste principio de amor es el que nos irá liberando de las limitaciones humanas, y no hará correspondientes con experiencias de mucha más satisfacción y armonía. 

Tienes que comprender que a nadie le sucede una experiencia que no le corresponda. Y si le corresponde la vivirá, aun cuando luche o se resista. 

El coronavirus no es malo. Es muy bueno, ya que de él están aprendiendo muchísimas personas. Se está elevando el nivel de conciencia del planeta, al vernos en la necesidad de desarrollar grandes herramientas de amor como son la aceptación, la valoración y la adaptación. La paciencia, la tolerancia, y el respeto.

Podrá ser una prueba difícil, pero mala no es. Tú estás creciendo gracias a ella. Si dejas de ver el coronavirus desde tus miedos, y lo empiezas a verlo desde tu comprensión, podrás reconocer el valor que hay en él. Así podrás pasar esta prueba que la vida te está presentando.

La decisión está en ti, y para eso la vida te dio un Libre Albedrío.

Se te concedió la facultad de tomar decisiones, y estas serán respetadas por el universo completo. Puedes darle la opción al miedo, al orgullo y al ego.

O puedes dárselas al amor. La decisión es tuya. ¡Está en ti!

¿Qué decisión estás tomando? ¿Optaste por el miedo, o por el amor?

La decisión es tuya, pero tendrá un resultado, que también es tuyo, y tendrás que asumir.

Si te decidiste por el miedo, generarás destrucción en tu paz, en tu energía vital, en tus relaciones y en tu salud.

Si te decidiste por el amor pasarás la prueba que la vida te está presentando, y ya no necesitarás volver a sufrir más.

Dale la opción al amor. El camino siempre es el amor.

Discípulo:

¿Y qué es darle la opción al amor?

Maestro:

Conviértete en un ser imperturbable: Invulnerable. Trabaja en ti para que la paz y tu felicidad no dependan de lo externo.
Deja de ver problemas, y empieza a ver oportunidades que puedes aprovechar para hacer un crecimiento interior.
Desarrolla la aceptación. “Todo lo que sucede es perfecto, y si existe y sucede es porque tiene un propósito” “Padre, que se haga tu voluntad y no la mía”. “Muéstrame cómo te puedo servir mejor”
Aprende a fluir y a adaptarte. Actúa con sabiduría en lugar de reaccionar desde el miedo.
Vigila tu pensamiento para que solo vibre en la frecuencia del amor. Esto te llevará a tener claridad en la mente.
No compartas tus miedos con los demás. Comparte solamente tu entusiasmo y alegría.
Vigila tu verbo.
Que tu palabra genere armonía, y haga sentir confiados y seguros a los demás.
Las dificultades no se solucionan luchando contra ellas. Hazte amigo del coronavirus. No lo veas como algo malo, sino como algo necesario.

Y háblale: “tú me estas enseñando”. “Eres valioso para mí y estoy dispuesto a aprender lo que me puedas enseñar”

“En cuanto aprenda te puedes ir porque ya no te necesitaré”

Aprovecha la oportunidad que en este momento la vida te está presentando, para hacer un trabajo interior”.

Este diálogo, desde mi punto de vista, indudablemente forma parte de la filosofía. 

Es un fundamento teórico de una determinada concepción del mundo, cualquiera que sea su tipo y carácter religioso y, por tanto, de la conciencia social, que desafortunadamente la humanidad ha desdeñado y suplido con su creciente individualismo, egoísmo y ambición.