Chihuahua, Chih.
“Trabajaban bajo un sistema algo así como feudal, se los trataba como a parias, como a esclavos. Nada de educación, limitadísimo el saber(…) Las condiciones eran terribles; ventilación inadecuada, accidentes por la negativa de los propietarios de tomar precauciones contra el gas grisú…”: A.J. Cronin, “Las estrellas miran hacia abajo”, fragmento.
El epígrafe del presente artículo pareciera referirse a las dramáticas condiciones en las cuales se desarrolla la minería a lo largo y ancho de la geografía nacional.
Empero, no es así: ¡es un fragmento de un texto de hace 87 años! redactado por el finado y relumbrado escritor inglés, A.J. Cronin, en su célebre texto “Las Estrellas miran hacia abajo”.
En la trama de la novela, uno de los personajes –un chico oriundo de un mineral inglés, quien tiene la fortuna de salir de su pueblo para estudiar el equivalente a una licenciatura en pedagogía-, tras realizar diversas lecturas, critica la dura situación en la cual se encontraban, la víspera, los mineros del carbón británicos, los cuales fueron célebres durante decenios: desde la Revolución Industrial, en el siglo XIX; hasta la década de 1980, cuando la minería del carbón fue paulatinamente desarticulada desde el gobierno de Margaret Thatcher (1979-1990); más aún, en el siglo XXI, con el advenimiento de las energías limpias.
Pues resulta que las duras condiciones de los mineros del carbón ingleses, descritas a la perfección por Cronin, siguen siendo una realidad para sus pares mexicanos ¡en pleno siglo XXI!
Mientras en Reino Unido y España, la extracción del carbón está siendo parada, de cara al futuro, en México sigue funcionando, en parte subsidiada por el Estado (que la compra para echar a andar la carboeléctrica de dicha región).
A pesar de que la contaminación que produce al ambiente –en parte por eso ha sido amainada por los países desarrollados-, la extracción carbonífera encierra otro drama humano: la falta de seguridad en diversos ámbitos, destacadamente el laboral, jurídico y el personal.
Cabe destacar que esta problemática no es actual.
Tiene cuando menos, seis sexenios, pues desde el gobierno de Miguel de la Madrid, se comenzaron a dar concesiones mineras al por mayor, zonificando el país de cabo a rabo.
Esto lo establece el periodista J. Jesús Lemus (2018), quien, hace cuatro años, documentó el drama humano que ha generado la minería a cielo abierto en diversas entidades de nuestra nación. De tal suerte que, al inicio del sexenio, el Presidente Andrés Manuel López Obrador sí hubiera podido alegar que el gravísimo problema de la minería había sido una herencia del período neoliberal.
No obstante, a cuatro años de aquel episodio, decir algo así resulta inadmisible. Si bien se han realizado acciones importantes en la materia, destacando el hecho que este gobierno no ha otorgado concesiones minerías (a contrapelo de sus antecesores) y que promulgó un decreto para hacer del Litio un mineral estratégico de la nación (como lo ha sido el Uranio históricamente), las condiciones de los mineros del carbón siguen siendo tan dramáticas como hace 15 años (cuando sucedió el accidente de Pasta de Conchos), y las mejoras han sido pocas.
En este sentido, las entrevistas realizadas por diversos medios nacionales (Milenio, MVS Noticias, Denise Maerker) a los lugareños de la región, documentan el hecho ¡los lugareños se juegan la vida por unos cuantos pesos, debido a que, prácticamente, la gente vive del carbón y lo sigue viendo como el oro negro! ¡Las palabras de Cronin parecen resonar en Nueva Rosita!
Bajo esta tesitura, quizá de los pocos cambios que ha realizado el presente gobierno (de la 4T) en la materia, es que ha continuado comprando el carbón de la región, para mantener operando la central eléctrica regional, que opera con dicho material.
Empero, los críticos de esta acción han resaltado lo altamente contaminante que resulta esta acción, incumpliendo, incluso, con compromisos internacionales en materia ecológica ¡Pareciera una pugna entre lo económico y lo ambiental, como se ha presentado tantas veces en el derrotero de la historia!
No obstante, creo que nunca es tarde para buscar soluciones adecuadas. Considero que el gobierno federal, por medio de las instancias competentes (Secretarías de Economía y Trabajo, destacadamente), debería regularizar la situación de los mineros a la brevedad; así como la de las concesiones realizadas en la materia.
No es posible que, mientras en Pasta de Conchos se escuchaba con fuerza el nombre de Germán Larrea (a la sazón, dueño de Grupo México y magnate nacional), en esta ocasión sólo hay especulaciones acerca del concesionario del pozo de Sabinas, resonando únicamente políticos coahuilenses de la región, y si, acaso, algunos prestanombres de los mismos ¡Inaudito!
Sin embargo, celebro que tanto el gobierno de Coahuila como el de la República hayan hecho causa en común para rescatar a los mineros.
En tiempos de desastre, lo que menos debe importar son los colores partidarios y las ideologías; por algo dice el consabido refrán “la unión hace la fuerza”.
Aquí, por fortuna, parece ser así. Tanto el gobernador Riquelme, como el Presidente López Obrador, han cerrado filas para resolver tan dramático asunto. El propio Presidente de la República ya estuvo en la región, acompañando a las familias de los mineros, supervisando el avance y el alcance de las obras.
Debo señalar, que tanto las Secretarías de la Defensa, Marina, así como la Coordinación Nacional de Protección Civil, han estado a la altura de las circunstancias, buscando resolver con éxito tan complicada y difícil tarea.
Se aprecia que las Fuerzas Armadas contribuyan con su sofisticado equipo y con su personal especializado (buzos) para buscar e intentar rescatar a los mineros atrapados. Sin embargo, creo que la Secretaria de Economía (Tatiana Clouthier), así como la del Trabajo (Luisa María Alcalde) debieron haber hecho presencia en el lugar, pues sus dependencias son las directamente responsables del estado de las cosas actual ¡Mejor vimos a Alejandro Encinas (subsecretario de Gobernación) dar declaraciones a los noticieros en lugar de a ellas! ¡Hubiera sido como si Laurence Golborne (ex Ministro de Minería chileno, en tiempos del primer gobierno de Sebastián Piñera (2011) que logró la proeza de rescatar a los 33) hubiera tirado la toalla al ver la compleja encomienda a la cual se enfrentaba, increíble!
Aun así, concluiré esta colaboración con un dejo de esperanza: Piñera y Golborne lograron rescatar a los 33, incluso con los pronósticos en contra ¿Podrán AMLO, Riquelme, y las FF.AA. lograr algo similar con los mineros de Sabinas?
Es complejo, pero también es posible. Esperemos que haya una luz al final del túnel (literalmente).