La militancia de la izquierda y el nombramiento de la dirigencia en Morena

La militancia de la izquierda y el nombramiento de la dirigencia en Morena 28 de julio de 2022

Leonardo Meza Jara

Chihuahua, Chih.

I.- La escritura de este artículo parte de un argumento en el que se sustenta que Morena y la 4T, son un proyecto de izquierda. Hay quienes han llegado a afirmar, que Morena y la 4T no son de izquierda. A este respecto, el historiador de la izquierda mexicana Carlos Illades refiere: 

“Ahora bien, ¿el proyecto de López Obrador es de izquierda? En un sentido amplio, sí. El énfasis en la desigualdad, los apoyos a los sectores desfavorecidos y las políticas sociales en general embonan con la perspectiva redistributiva e igualitaria históricamente identificada con la izquierda. Pero la suya es una izquierda desprovista del progresismo que ha acompañado la trayectoria de esta fuerza política, la cual demandó derechos sociales e individuales que beneficiaron al conjunto de la sociedad (el sufragio universal, la regulación del trabajo, la igualdad de género, etc.)… [“Vuelta a la izquierda. La cuarta transformación en México…”, 2019].

El problema de concebir a Morena y la 4T como una fuerza de la izquierda, está relacionado con las transformaciones históricas de esta fuerza política en las últimas décadas. Lo que define a la izquierda y la militancia partidista en México son las transformaciones históricas que llegaron a un momento clave en 2018, con el triunfo del lópezobradorismo. 

Al analizar la militancia de la izquierda partidista en México en el siglo XXI, se requiere enfocarse en las transformaciones históricas de esta fuerza política, que han dado lugar a transformaciones ideológicas y políticas. 

En las décadas recientes la militancia de la izquierda partidista ha quedado atravesada por una serie de transformaciones históricas (como la fundación de Morena y el proceso electoral del 2018) que han dado lugar a transformaciones ideológicas (como los 100 puntos del programa de gobierno de López Obrador) y transformaciones políticas (como el aliancismo que es la base del programa electoral de Morena). 

Al analizar la historia de la militancia de la izquierda partidista en México, se requiere entonces analizar una serie de transformaciones que son históricas, ideológicas y políticas a la vez. 

II.- Queda claro que no es lo mismo definir la militancia en la izquierda partidista desde afuera del poder (la oposición, la disidencia), que desde adentro del poder (asumir espacios de gobierno que implican compromisos inmediatos). 

Nunca antes la izquierda partidista en México había accedido a los espacios de poder que actualmente tiene. Morena y sus aliados tienen la presidencia de la república, la mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado y el gobierno de 21 estados en el país. El poder político y económico que actualmente tiene a su disposición la izquierda partidista en México, está atravesado por una serie de problemas y contradicciones que son ineludibles. 

Las formas de construir militancia en la izquierda partidista en México en el siglo XXI, se definen por una variedad de problemas, que se han intensificado desde el 2018 hasta la fecha. 

Por ejemplo, el problema del aliancismo pragmático o el problema de la institucionalización de un movimiento político que no ha llegado a constituirse como partido. 

A su vez, la militancia en la izquierda partidista está relacionada con una serie de contradicciones que se relacionan con el arribo al poder. 

Por ejemplo, Ricardo Salinas Pliego y Carlos Slim han pasado de ser integrantes de la mafia del poder, a convertirse en aliados de Morena y la 4T. A su vez, hay militantes de la derecha, como Cruz Pérez Cuéllar, que son militantes de primera fila en Morena. 

Quienes militan en Morena viven una serie de problemas y contradicciones internas, que por momentos parecen irresolubles.

III.- El problema actual de la militancia en la izquierda de Morena, tiene lugar a partir de una dialéctica que oscila entre la idealización (una concepción que tiende hacia lo abstracto, hacia lo utópico) y la realización histórica (una concepción que se enraíza en lo real de la historia inmediata). 

Puede existir una militancia idealizada, que es concebida en abstracto y que traza un distanciamiento de lo real, que desde luego tiene implicaciones utópicas. Pero de una o de otra forma, esta idealización utópica de la militancia entrará en contradicción con los hechos históricos. 

La historia de la militancia en la izquierda forma parte de una dialéctica conflictiva, entre una idealización que tiende hacia lo abstracto y lo utópico y, una concreción que se resuelve a partir de la ineludible realidad histórica del presente. 

En las últimas décadas en México, las estructuras de la militancia en la izquierda partidista han quedado sujetas, más de lo real (lo histórico-concreto del presente) que de lo abstracto (lo idealizado utópicamente a futuro). 

A manera de tesis, puede admitirse que la historia reciente de la militancia en la izquierda partidista ha sido determinada en gran medida por una inercia realista que se enraíza en el presente, que va a contracorriente de una inercia idealista de implicaciones utópicas a futuro. Lo que ha tenido lugar, es una des-idealización o des-utopización de la militancia de la izquierda partidista en México.

IV.- Ya no existe una estructura de larga duración histórica que sea determinante para la militancia de la izquierda partidista. 

Queda claro que las luchas utópicas se inscriben en procesos de larga duración histórica. Pero las luchas actuales de la izquierda que ha llegado al poder en México, se inscriben fundamentalmente en procesos de corta duración histórica. 

Ante el concepto de “utopía”, Immanuel Wallerstein ha planteado el concepto de lo “posible” (“Utopística o las opciones históricas del siglo XXI”, 2003). 

A diferencia de lo “utópico” que se inscribe en luchas de larga duración histórica, lo “posibilístico” forma parte de luchas de corta duración histórica, es decir, luchas coyunturales, que tienen lugar en el presente. 

Desde el 2018 hasta la fecha –y aún antes– las formas de militancia en la izquierda han quedado determinadas por luchas que se inscriben en la corta duración histórica (lo “posibilístico”), más que por luchas de larga duración histórica (lo “utópico).

En síntesis, desde la militancia de la izquierda se ha comenzado a luchar por lo “posible” (lo determinado por los acontecimientos históricos presentes) y se han puesto en suspensión las luchas por lo “utópico” (lo idealizado por las luchas que se inscriben en un futuro lejano).

V.- Estamos hablando de una acontecimentalidad de la militancia en la izquierda, que en la era posmoderna ha quedado sujeta de una serie de jugadas pos-estructurales. 

Ya no son las grandes estructuras ideológicas y políticas (de cualidades utópicas, que se inscriben en una larga temporalidad histórica) las que definen de manera determinante la militancia en la izquierda. Aunque estas macro-estructuras utópicas y/o temporales, no han dejado de funcionar ideológica y políticamente. 

Las utopías de la izquierda, por las que se lucha en el marco de una larga duración histórica (por ejemplo, la lucha de clases, los reclamos feministas, las luchas decoloniales de los pueblos indígenas, etc.), siguen presentes en la agenda de la izquierda partidista, aunque han sido desplazadas por luchas cuya lógica es acontecimental, coyuntural (por ejemplo, las luchas por el poder al interior de Morena, como los procesos electivos del 31 de julio y el 14 de agosto de 2022).

Se identifica entonces un desplazamiento en las formas de militar en la izquierda, que va de lo “utópico” a lo “posibilístico”, de las estructuras de larga duración histórica a las estructuras de corta duración histórica, de lo macro-estructural a lo micro-estructural. 

Es aquí, que se hace presente una condición pos-estructuralista de la militancia en la izquierda. Las grandes estructuras históricas de la militancia en la izquierda partidista en México (macro-estructuras utópicas y/o de larga temporalidad histórica) han comenzado a ser desplazadas por factores acontecimentales y coyunturales (micro-estructuras que están determinadas por una lógica “posibilística”, anclada en el presente). 

La militancia en la izquierda ha quedado atravesada por variables acontecimentales, coyunturales, que son problemáticas. Si no hay una estructuración fija, ni estable de la militancia en la izquierda partidista, que quede sujeta a una serie de macro-estructuras (utópicas, de larga duración histórica). 

Si lo que comienza a determinar la militancia en la izquierda partidista en México, son micro-estructuras que están definidas por acontecimientos o coyunturas que son variables. Entonces, esta militancia queda sujeta a una variabilidad y una indeterminación histórica que resultan problemáticas. 

Desde la perspectiva de Bauman, estaríamos hablando de una militancia “líquida” (“Modernidad líquida”, 2004), de una militancia que ha perdido solidez ideológica y política, que en el río de la historia navega problemática adaptándose a las circunstancias históricas en las luchas de la izquierda. 

Pero más allá de Bauman, aquí se sostiene que después del 2018, la militancia en la izquierda partidista en México ha comenzado a ser reconfigurada ideológica y políticamente por una serie de acontecimientos y de coyunturas, que requieren ser analizadas en su especificidad y su variabilidad. 

La militancia en la izquierda partidista ha comenzado a ser definida por una variabilidad que está sujeta de una serie de acontecimientos que resultan históricamente ineludibles, pero ideológica y políticamente problemáticos. 

Cada acontecimiento, cada coyuntura que se ha vivido después del 2018 en México, ha dado lugar a una serie de variaciones de la militancia. 

Hay una transformabilidad histórica de la militancia en la izquierda que ha quedado sujeta de acontecimientos y coyunturas específicas, como la que se vive en el proceso interno mediante el cual se estarán nombrando las dirigencias estatales de Morena, entre los meses de julio y agosto de 2022. 

En las votaciones del 31 de julio y el 14 de agosto de este año, la militancia en Morena estará sumando un conjunto de nuevos integrantes. 

La votación para nombrar las dirigencias estatales de Morena es abierta, y estarán participando ciudadanos que todavía no militan en este partido. Habrá entonces, un aumento cuantitativo de la militancia en Morena. 

Esta es una jugada acontecimental (coyuntural) y pragmática que estará beneficiando a determinados(s) grupo(s) de poder en Morena. En la actual coyuntura, Morena suma militancia. Pero, a su vez, esta suma es problemática respecto a la configuración ideológica y política, de una militancia que acontecimentalmente queda sujeta de lo azaroso y lo indeterminado de la historia.

VI.- En la historia inmediata de Morena y la 4T, la problematicidad de una militancia que se define por lo acontecimental, lo azaroso y lo indeterminado de la historia, estará pasando de un momento lopezobradorista a un momento post-lopezobradorista. 

La militancia de la izquierda partidista en México dará un vuelco rotundo cuando López Obrador deje el poder, y otros(as) actores(as) ocupen este espacio desde los puestos de gobierno o la dirigencia partidista.