Chihuahua, Chih.
Julian Assange, de nuevo ante los tribunales británicos ante su posible extradición a Estados Unidos
En vísperas de la próxima vista de Julian Assange a los tribunales británicos ante su posible extradición a Estados Unidos, Amnistía Internacional reitera su preocupación por el riesgo que corre Assange de sufrir graves violaciones de derechos humanos si es extraditado y advierte de un profundo “efecto amedrentador” sobre la libertad de los medios de comunicación en todo el mundo.
“El riesgo que corren editores y periodistas de investigación de todo el mundo pende de un hilo. Si Julian Assange es enviado a Estados Unidos y procesado allí, las libertades de los medios de comunicación de todo el mundo también estarán a prueba”, declaró Julia Hall, experta de Amnistía Internacional en lucha contra el terrorismo y justicia penal en Europa.
“Assange sufrirá personalmente las consecuencias de estas acusaciones de motivación política y la comunidad de medios de comunicación de todo el mundo sabrá que ellos tampoco están a salvo. El derecho del público a la información sobre lo que sus gobiernos están haciendo en su nombre se verá profundamente socavado. Estados Unidos debe retirar los cargos en virtud de la ley de espionaje contra Assange y poner fin a su detención arbitraria en el Reino Unido”.
Si Julian Assange pierde el permiso para apelar, correrá el riesgo de ser extraditado a Estados Unidos y procesado en virtud de la Ley de Espionaje de 1917, una ley de tiempos de guerra que nunca tuvo como objetivo el trabajo legítimo de editores y periodistas. Assange podría ser condenado a 175 años de cárcel. Por el cargo menos grave de fraude informático, podría ser condenado a un máximo de cinco años.
Assange también correría un alto riesgo de sufrir un aislamiento prolongado en una prisión de máxima seguridad. Aunque Estados Unidos ha ofrecido “garantías diplomáticas” al Reino Unido, supuestamente garantizando su seguridad si es encarcelado, las garantías de las autoridades incluyen tantas salvedades que no pueden considerarse fiables.
“Las garantías de Estados Unidos no son de fiar. Las dudosas garantías de que será tratado bien en una prisión estadounidense suenan vacías si se tiene en cuenta que Assange se enfrenta potencialmente a decenas de años de encarcelamiento en un sistema bien conocido por sus abusos, incluido el aislamiento prolongado y los deficientes servicios de salud para los reclusos. Estados Unidos simplemente no puede garantizar su seguridad y bienestar, como tampoco lo ha hecho con los cientos de miles de personas actualmente encarceladas en Estados Unidos”, destacó Julia Hall.
Amenaza mundial para la libertad de prensa
La extradición de Julian Assange sentaría un peligroso precedente: el gobierno de Estados Unidos podría solicitar la extradición de editores y periodistas de todo el mundo. Otros países podrían seguir el ejemplo estadounidense.
“La publicación por parte de Julian Assange, de documentos que le fueron revelados por fuentes en el marco de su trabajo con Wikileaks, refleja la labor de los periodistas de investigación. Por lo regular realizan las actividades descritas en la acusación, es decir: hablar con fuentes confidenciales, buscan aclaraciones o documentación adicional, y reciben y difunden información oficial y a veces clasificada”, precisó Julia Hall.
Los medios informativos y editoriales publican a menudo y con razón información clasificada para informar sobre asuntos de la máxima importancia pública. Esta es una piedra angular de la libertad de los medios de comunicación y está protegida por la legislación internacional de derechos humanos y no debe criminalizarse.
“Los esfuerzos de Estados Unidos por intimidar y silenciar a los periodistas de investigación que sacan a la luz irregularidades gubernamentales, como la revelación de crímenes de guerra u otras infracciones del derecho internacional, deben detenerse de inmediato.
“Fuentes como los denunciantes legítimos de irregularidades gubernamentales a periodistas y editores también deben tener libertad para compartir información en aras del interés público. Serán mucho más reacios a hacerlo si Julian Assange es procesado por realizar una labor editorial legítima.
“Esta es una prueba para las autoridades estadounidenses y británicas sobre su compromiso con los principios fundamentales de la libertad de los medios de comunicación que sustentan los derechos a la libertad de expresión y el derecho del público a la información. No sólo Julian Assange está en el banquillo de los acusados. Si acallan a Assange otros serán amordazados”, concluyó Julia Hall.
Antecedentes:
El Tribunal Superior del Reino Unido ha confirmado una vista de dos días para el 20 y 21 de febrero de 2024. El resultado determinará si Julian Assange tendrá más oportunidades de defender su caso ante los tribunales británicos o si habrá agotado todos los recursos en el Reino Unido, lo que dará lugar al proceso de extradición o a una solicitud ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.