Juárez tirasup
La estafa maestra del Queso

La estafa maestra del Queso 26 de agosto de 2019

Francisco Flores Legarda

Chihuahua, Chih.

La vida….bendice

Jodorowsky

No es mi deseo entrar a detalle sobre la funcionaria judicial acusada de haber robado diversos artículos del STJ. La llevaron a juicio, policía procesal, ministerio público, defensores, esto ante el gran robo cometido en contra del Estado, y lo mas seguro es que la corran, seguirá el juicio laboral.

No tengo mas que decir, solo insultar a todo el sistema de justicia del país.

El otro lado de la moneda:

Hace cinco años, en Italia, Roman Ostriakov cogió dos porciones de queso y unas salchichas de las estanterías de un supermercado en Génova y se los metió al bolsillo. Se acercó a la caja a pagar unos palitos de pan. De camino, una clienta suspicaz se dio cuenta del robo y lo denunció a la cajera.

A Ostriakov le encontraron los objetos sustraídos, valorados en poco más de 4 euros. Las autoridades detuvieron y procesaron a este hombre, pese a no tener antecedentes penales.

Ostriakov fue condenado en primera y segunda instancia a pagar cien euros de multa y a pasar seis meses encerrado en una cárcel por “tentativa de hurto leve”. Ahora, la Corte de Casación italiana —el equivalente al Tribunal Supremo español—  ha determinado que este hombre sin hogar no es culpable del robo, ya que lo hizo víctima del hambre y por pura necesidad.

El Tribunal Supremo en Italia determina que Roman Ostriakov, un hombre sin hogar, no cometió ningún crimen cuando robó alimentos de un supermercado por necesidad

“La condición del imputado y las circunstancias en las que ha sucedido la apropiación de la mercancía demuestran que él se hizo con un poco de alimento para afrontar una inmediata e imprescindible exigencia de alimentarse, actuando por lo tanto en estado de necesidad”, dice la resolución judicial. Por lo tanto, los fallos de las instancias anteriores han sido anulados y el hombre absuelto sin cargos.

Ostriakov no había presentado un recurso a las dos instancias anteriores, pero sí lo hizo el fiscal general de Génova, que solicitó que la condena fuera por tentativa de hurto, ya que el hombre no llegó a salir del supermercado. Esto habría rebajado la pena a un tercio, pero no fue necesario llegar a este extremo al llegar antes la decisión del Supremo.

La decisión del juez ha provocado reacciones favorables en Italia. Por ejemplo, el periódico La Stampa escribía en su editorial: “la decisión del tribunal nos recuerda que en un país civilizado no se debería permitir que nadie muriera de hambre”. Por su parte, el Corriere della Sera se quejaba de que hubieran pasado cinco años de costosos procesos hasta que la justicia italiana tomara una decisión por un robo de menos de cinco euros.

Carlo Rienzi, presidente de la asociación de consumidores Codacons, celebró el fallo positivo del Tribunal y alertó en un comunicado de que en los últimos años ha aumentado considerablemente el número de ciudadanos que se ven en la obligación de robar para llegar a fin de mes.

“El Supremo ha establecido un principio sacrosanto: un pequeño robo por hambre no es en modo alguno equiparable a un gesto de delincuencia porque la exigencia de alimentarse justifica el hecho”. 

“En estos casos el delito no es cometido por el ladrón sino por el Estado que abandona a los más débiles a su destino, llevándoles a cumplir gestos como el robo de alimentos”, denunciaba Rienzi.

“En estos casos el delito no es cometido por el ladrón sino por el Estado que abandona a los más débiles a su destino, llevándoles a cumplir gestos como el robo de alimentos”

Esta decisión de la justicia italiana entronca con las campañas puestas en marcha por gobiernos y ciudadanos para reducir el despilfarro de alimentos y conseguir una redistribución más justa de la comida. 

También en Italia, el gobierno pondrá muy pronto en marcha una ley que incentiva a los supermercados a donar la comida sobrante a la caridad. En Francia tirar comida está penado por ley y no son pocas las iniciativas ciudadanas que se suman a la lucha contra el despilfarro de comida. 

En España, sin ir más lejos, hemos visto iniciativas como la que de una madre lanzó una petición para evitar que los comedores escolares tiren la comida sobrante o la que apuesta por la creación de una red de neveras solidarias. 

Actualmente, sigue en marcha una campaña dirigida directamente a la Comisión Europea con el objetivo de que a nivel europeo se apruebe una ley que penalice a los comercios que tiren la comida que ya no pueden vender en vez de donarla.

El sistema penal en nuestro país solo aplica la ley a quien tiene y puede.

Disculpen la grosería.

Salud y larga

@profesor_F

Profesor por oposición de la Facultad de Derecho de la UACH.

Francisco Flores Legarda

Analista. Profesor por Oposición de la Facultad de Derecho de UACH

@profesor_F