Chihuahua, Chih.
A mi parecer, la degradación de la política en México tiene cuatro etapas: inicia con los gobiernos priistas del siglo pasado hasta el ‘salinato’. Continúa durante la ‘docena perdida’ de los dos presidentes panistas. Resurge con la corrupción de los gobernadores del ‘nuevo PRI’. Y al inicio del gobierno ‘amoroso’ de López Obrador, se hace presente de nueva cuenta.
Algo parecido acontece con las fraudes a la ley en materia electoral: de la ilícita trasferencia de votos utilizada por el PRI a través de convenios de coaliciones; con la coalición ‘Juntos haremos historia’ pasamos a la trasferencia de candidatos. Hoy, con la instalación del Congreso de la Unión, los legisladores de MORENA instituyen una nueva modalidad: la ‘transfusión’ de diputados.
Con estos antecedentes, será fácil entender las ‘artimañas’ legislativas utilizadas por la mayoría de los senadores de todos los partidos que convalidaron la licencia del senador verdolaga Manuel ‘Del-Asco’; quien gracias a ello, le es posible ostentar tres calidades: gobernador con licencia, gobernador sustituto y senador con licencia.
Al respecto, diversos analistas políticos señalan: “el gobernador de Chiapaneco se convertirá en interino de su propio interino... ¡con el beneplácito de MORENA!... y poder erigirse -de manera tramposa- en el primer senador-gobernador de la historia…luego, claro, de convertirse en el suplente de sí mismo”.
La estrategia de Manuel “Del-Asco” para lograr este objetivo, reúne todas las características de un acto impúdico, doloso y premeditado. Para ello, logra que el Constituyente Local de Chiapas reforme -a la fast-track- la Constitución del Estado para anular la imposibilidad de ser gobernador en dos ocasiones. Acreditémoslo:
En todas las constituciones locales, existe el principio de no-reelección de los gobernadores, así como de la duplicidad de su ejercicio mediante el acceso por otras figuras diferentes al sufragio popular. Con redacción variada, pero con la misma finalidad, se establece este requisito negativo para ser electo gobernador.
La Constitución de Chihuahua, es clara y precisa al respecto: “Nunca podrá ser electo para el período inmediato el ciudadano que haya desempeñado el cargo de Gobernador Provisional, el de Gobernador Sustituto o el que haya sido designado para concluir el período en caso de falta absoluta del Gobernador Constitucional cualquiera que sea el nombre con que se le designe. Tampoco podrá ser electo para el período inmediato, el ciudadano que haya desempeñado el cargo de Gobernador con el carácter de Interino, o el que lo haya asumido por ministerio de ley, o con cualquiera otra denominación, durante los dos últimos años del período que precede al nuevo período constitucional”.
En cambio, la Constitución de Chiapas (antes de la reforma del 30 de agosto del 2018), establecía la siguiente prohibición: “No haber ocupado anteriormente el cargo de Gobernador por elección popular”.
Con motivo de la reforma constitucional, dicha prohibición fue derogada, en los términos siguientes:
“No haber ocupado anteriormente el cargo de Gobernador por elección popular; lo anterior se exceptúa, cuando se trate del mismo periodo por el cual ejerció el cargo, en cuyo caso, no tendrá que rendir la protesta a que se refiere el artículo 54 de esta constitución”.
A simple vista, Usted amable lector, podrá percatarse de esta burda y perversa maniobra política: primero, una previa reforma a la Constitución local con dedicatoria especial para un personaje; segundo, la violación al procedimiento legislativo, por los senadores de MORENA (avalado por el resto de los grupos parlamentarios); y, tercero, la convalidación -tácita- de esta infamia política, por parte del Presidente electo López Obrador’.
Me queda claro que en México, políticamente, todo es posible: Tan fácil que es reformar la Constitución Federal y las de los Estados.
Lo peor del caso, es que MORENA y sus ‘aliados’ políticos utilicen las mismas mañas del ‘PRI-AN’.