Chihuahua, Chih.
I.- En un artículo de mi autoría publicado la semana pasada ("Morena y la estrategia política de la guerra") sostengo que la 4T y Morena han usado sistemáticamente la estrategia de la guerra como forma de hacer política.
Cuando se enfrenta a los enemigos políticos con las herramientas de la guerra es común que se use el mecanismo del disparo. Se trata de disparar contra los adversarios para hacer el mayor daño posible. Hay veces en que los disparos se atinan o se erran. Hay veces en que estos disparos pueden causar un mayor o menor daño. La consulta del pasado domingo fue un disparo, o mejor dicho, un conjunto de disparos en contra del cuerpo político de los panistas y los priistas.
Una pregunta clave sobre la consulta es: ¿Cuánto daño causaron los disparos que la 4T y Morena lanzaron en contra del panismo y el priismo? Las imágenes subjetivadas sobre los daños causados a los panistas y priistas a partir de la consulta que funcionó como un conjunto de disparos (un acto de artillería), suelen ser relativas. Puede observarse un mayor o menor daño, según la postura ideológica y política que se tenga en el contexto de polarización que vive el país.
Desde mi punto de vista, sí hay un daño causado. Pero no es un daño que en lo cercano pueda ser significativo. Los disparos de la consulta fueron realizados con escopeta y no se hicieron a corta distancia, sino que se hicieron a larga distancia de los enemigos. Los perdigones de plomo disparados, dieron en el blanco. Era difícil, prácticamente imposible, fallar los disparos de escopeta en contra de las parvadas de corruptos del PRIAN. Pero esos perdigones apenas se introdujeron en los músculos del cuerpo político del PAN y del PRI. Lo que se escuchó con fuerza fue el estruendo de los disparos. Pero el ruido combativo de esos disparos suele diluirse con rapidez.
En la estrategia de guerra contra el PRIAN, lo que se requiere son disparos de precisión que impacten los órganos vitales. Se necesita disparar sobre el corazón de la corrupción y la injusticia panista y priista que convirtió al país en un cementerio y en un nido de buitres carroñeros en la era del neoliberalismo. Un disparo, uno solo tal vez, que dé en el blanco, que haga estallar los órganos vitales del panismo y el priismo. Se necesita un disparo que ponga en jaque los latidos del corazón de la corrupción y la injusticia en México.
II.- A partir de la consulta realizada, hay preguntas que quedan flotando en el aire. ¿Qué es y cómo funciona la justicia en México? ¿Qué es y cómo funciona la política en México? Hay muchos indicios que nos dicen que ambas preguntas se responden paralelamente. Esto significa, que para contestar la primera pregunta se requiere contestar la segunda. Esto último se relaciona directamente con los conceptos de "politización de la justicia" y de "judicialización” de la política". En las formas de funcionamiento de la justicia y/o de la política hay correlatos y traslapes que requieren ser analizados empíricamente. Para dejar en claro la manera en que funcionan la justicia y/o la política en México, se requiere analizar casos concretos, donde ambas se correlacionen y/o se traslapen.
En este artículo no se pretende analizar puntualmente las formas de funcionamiento de la justicia y/o de la política, donde se "politiza la justicia" y/o se "judicializa la política".
Un análisis serio de esta naturaleza amerita una investigación de mayor alcance. Tan solo se admite una hipótesis para desarrollar reflexiones posteriores: En los últimos años vivimos una etapa histórica en la cual las formas de "politización de la justicia" y de "judicialización” de la política" destacan sobremanera. Vivimos un momento histórico de condensación respecto a las formas de "politizar la justicia" y "judicializar la política". En este plano se identifican cuatro acontecimientos históricos que coinciden en una misma coyuntura política:
A) El caso de María Eugenia Campos que fue electa gobernadora de Chihuahua, estando sujeta a procesos penales que la señalan como indiciada en la comisión de delitos de corrupción.
B) La extradición del exgobernador de Chihuahua César Duarte, que se observa cercana. Pero que está fuera del alcance del gobierno de Javier Corral, quien basó de forma vehemente su gobierno en la persecución de Duarte y del duartismo. Parece haber un retorno encubierto del duartismo entre las filas de operadores políticos del gobierno de María Eugenia Campos.
C) El caso del gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier Cabeza de Vaca, que camina a tumbos sobre el filo de la navaja del desafuero.
D) La consulta del domingo pasado, que forma parte de la narrativa de la 4T y de Morena en la lucha contra la corrupción y la injusticia.
En los cuatro casos se identifican mecanismos en los que las formas de ejercer la justicia se politizan o en los que las formas de hacer política se judicializan. Esto no es una coincidencia. La coyuntura del 2021 es un momento histórico clave para analizar las formas de aplicar la justicia y las formas de operar en la política, que se entrecruzan conflictivamente. En estos cuatro acontecimientos se pueden ver luces y sombras. Ni todo es totalmente luminoso, ni todo es totalmente oscuro, sino que hay espacios claroscuros. Es esto claroscuro lo que caracteriza la coyuntura actual, lo que deja abiertos escenarios de incertidumbre. Una pregunta que surge en estos días es la siguiente: ¿Qué sigue más allá de las orillas de la consulta del pasado domingo, respecto a las formas de ejercer la justicia y de hacer política?
Ojalá que la consulta sea parte de una narrativa de mayor alcance en la lucha contra la corrupción y a favor de los afectados y las víctimas. Ojalá que esta consulta sea el primer episodio histórico de una lucha contra la corrupción y la injusticia que se concrete en detenciones y encarcelamientos de peces gordos. De no ser así, se estarán alimentando el desencanto y la desesperanza.