La ciudad que cuida a sus niños

La ciudad que cuida a sus niños 29 de mayo de 2017

Hugo Almada





Hugo Almada Mireles



Hace unas semanas el Gobierno del Estado anunció el destino de una inversión de 30 millones de pesos para la ampliación del cuidado infantil en nuestra ciudad, para la construcción, ampliación o remodelación de viviendas en las que pudieran albergarse casas de cuidado infantil. A pesar de la trascendencia de la noticia creo que no fue suficientemente apreciada.



Juárez es una ciudad con muchos rezagos sociales. Durante muchos años se priorizó un modelo económico que dio facilidades a la industria y la generación de empleos, y que favoreció el destino de los recursos para la introducción de los servicios básicos a la vivienda (agua, luz, drenaje), la construcción de vivienda “de interés social” y de vialidades grandes. De lo demás, nada que ver. A pesar de que Juárez es una ciudad en la que la población, y en particular las mujeres, trabajan mucho, la atención de las necesidades sociales fueron dejadas sobre la espalda de sus habitantes, sin un mayor compromiso de la política social (Jusidman y Almada 2008), lo que se recrudeció también como consecuencia del centralismo y la discriminación de los gobiernos nacionales y de la ciudad de Chihuahua.



Esto ha afectado a toda la población, pero sobre todo a las posibilidades de desarrollo de las niñas y niños y de los jóvenes y las mujeres pobres, lo que se encuentra en la raíz de gran parte de nuestros problemas sociales. Hemos sido, por decirlo de algún modo, la ciudad de la desatención. La falta de cuidado infantil ha sido un tema lacerante: mientras existen en la ciudad unos 100,000 niñas y niños menores a 4 años, y otros 55,000 de 4 y 5, los cupos entre los diferentes modelos de cuidado (guarderías, estancias, centros de bienestar y casas de cuidado diario) apenas alcanzan unos 10,000 cupos, y esto además las necesidades de cuidado de los niños mayores a 6 años. Y hasta ahora, a pesar de los esfuerzos encomiables de diferentes grupos y organizaciones de la sociedad civil, el tema no había tenido prioridad para ninguno de los gobiernos.



Si bien se expresa de manera particular en las niñas/os, el tema del cuidado es sin duda más amplio, y está en el centro si queremos construir una ciudad distinta. Se trata no sólo de construir o de ampliar algunos espacios, sino de un cambio en la manera de ver las cosas, de un verdadero cambio de paradigma, o si se prefiere de un cambio de cultura. De pasar de la cultura de la desatención, o del no me importa, a la economía del cuidado.



Sigo en esto al teólogo brasileño Leonardo Boff, quien plantea incluso que las posibilidades de sobrevivencia de nuestro planeta se encuentran en que podamos juntos asumir una ética y una economía del cuidado:



"En todo lo que hacemos está involucrado el cuidado. Cuidamos lo que amamos. Amamos lo que cuidamos… (Encuentro) cuatro sentidos del término cuidado, todos ellos con múltiples implicaciones:



Primero: cuidado es una actitud, es decir, una relación amorosa, suave, amigable, armoniosa y protectora de la realidad personal, social y ambiental. Hablando metafóricamente, podemos decir que el cuidado es la mano abierta que se extiende a la caricia esencial, al apretón de manos, para entrelazar los dedos de unos y otros a fin de formar una alianza de cooperación y unión de fuerzas, todo lo cual es propio del nuevo paradigma de civilidad. Es lo contrario a la mano contraída y al puño cerrado para someter y dominar al otro, gestos característicos del paradigma de la modernidad.



Segundo: cuidado es todo tipo de preocupación, inquietud, desasosiego, malestar, estrés y temor provocados por personas y realidades con las cuales estamos afectivamente relacionados y que, por eso mismo, nos son preciosas. Este tipo de cuidado nos acompaña en todo momento y en cada fase de nuestra vida. Ocurre cuando nos involucramos con personas que nos son queridas o con situaciones que apreciamos. En ambos casos el cuidado se hace presente, llevándonos a vivirlo existencialmente.



Tercero: cuidado es experimentar la relación entre la necesidad de ser cuidado y el deseo de cuidar, creando un conjunto de apoyos y protecciones que posibilita esa relación indisociable a nivel personal, social y con todos los seres vivos.



Cuarto: el cuidado-prevención exige que evitemos acciones y comportamientos cuyos efectos, casi siempre negativos, son previsibles… El cuidado prevención nace de nuestra misión de cuidadores de todo ser. Somos seres éticos y responsables, es decir, nos damos cuenta de las consecuencias benéficas o perniciosas de nuestros actos, actitudes y comportamientos.



Como vemos, el cuidado está ligado a cuestiones vitales que pueden implicar la destrucción de nuestro futuro o el mantenimiento de nuestra vida sobre este pequeño y bello planeta… (Boff 2015)



Asumir la actitud y la economía del cuidado implica diversas acciones. Implica prioridades a la hora de discutir el presupuesto del gobierno, por supuesto, pero el tema es más de fondo, e implica también como ciudad un cambio en nuestra cultura y en nuestras actitudes, que quizá no se den rápidamente pero en las que es necesario ir avanzado…



Decía Clara Jusidman −en los tiempos que de pronto ahora parecen lejanos en los que no podíamos sino proponer, y que nadie nos pelaba−, que había que empezar por la infancia. Que si una intervención podía tener el consenso de los distintos sectores de la ciudad, ésta tendría que ser con las niñas y los niños. Y si bien el tema del cuidado es más amplio e incluye a todos los sectores de la población, necesitamos empezar por la infancia. Por un esfuerzo por ampliar la infraestructura de atención, a través de la construcción o ampliación de casas de cuidado infantil, y del apoyo a los centros de bienestar y a los distintos modelos que la ciudadanía ha venido desarrollando, que ya viene. Y como decía un cambio de prioridades y de paradigma, de la forma como nos relacionamos con las personas y con nuestra ciudad.



Por eso son tan relevantes esfuerzos como el que coordinaron Ofelia Mijares, el profe. Limón, Javier Meléndez y casi todo el equipo del gobierno del Estado para celebrar y hacerles a las niñas y los niños un gran festejo, con mucha alegría ahora para el día del niño. Y por eso este año la Feria del Libro en la que trabajamos junto a la Secretaría de Cultura, la UACJ y la Dirección de Cultura del Municipio se va a celebrar en el Parque Central, y va a tener como tema a la infancia, lo que aprovecharemos para contar con la participación de los autores más relevantes en el tema infantil y con la presencia de grupos como los Patita de Perro, los hermanos Rincón o el Itacate de Cuentos. Y mucho más de fondo, hemos iniciado un proceso para llevar terapeutas y un programa de prevención y de atención a la niñez en situación de abuso, de maltrato o de riesgo a las colonias pobres y a las comunidades, que nunca se había hecho.



Podemos discutir las formas o los modelos. Pero más allá de lo que se diga, en Juárez un gobierno que invierte en la infancia es una buena noticia. Y tenemos mucho qué hacer, mucho que promover, mucho que divulgar, para que nuestra ciudad pueda ser efectivamente conocida como La ciudad que cuida a las niñas y a los niños. Es ésta una tarea de todas/os, no nada más del gobierno, y yo quiero pedirles ayuda. Ayuda para sensibilizar, para concientizar, para generar la participación ciudadana que se necesita para este cambio de paradigma. Que por lo pronto un espectacular a la entrada de la ciudad o en alguna vía importante pueda decir sencillamente: Juárez, la ciudad que cuida a los niños. Y que esto se vaya haciendo vida.