Chihuahua, Chih.
“Más importante que lo que se cree o se dice, es lo que se hace”
John Ruskin – Escritor, Artista, Sociólogo(1819-1900)
Comentaré un artículo: 4 meses de gobierno de AMLO: cambio real o cambio simbólico, del economista filósofo ensayista y poeta Dr. Carlos Herrera de la Fuente, profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, facultad en que estudió Andrés Manuel su carrera profesional.
Me fue enviado por mi estimado amigo: Luis Javier Valero, de Aserto Radio TV, programa al cual me invita y me honra en participar, en mesa de análisis político, con el Coco Reyes, Francisco Javier Pizarro, Pepe López y Oscar Castrejón, con la conducción de Valero, todos los lunes de 6 a 7 por Aserto Radio 102.5 FM.
Es cierto que 4 meses de un gobierno de 6 años, es muy poco tiempo para tener una evaluación integral, tendrá que pasar mínimo 1 año para tener más elementos de juicio. Sí tenemos ya algunas pistas claras, de acuerdo a la opinión del Dr. Herrera, expresada en el artículo mencionado, resumo y destaco algunas ideas:
Hay una discrepancia entre lo que el presidente considera esencial, en su lucha contra la herencia neoliberal y lo que en términos reales significaría un desmantelamiento efectivo de dicho modelo económico y político.
Para acabar con el neoliberalismo (capitalismo salvaje) no es suficiente crear un Estado honesto, libre de corrupción, democrático.
De lo que se trata es de crear un nuevo Estado, de tal forma que la economía deje de girar en torno a los intereses de la empresa privada y sus agentes trasnacionales, y comience a establecer cada vez con mayor énfasis: espacios de economía pública, que estén bajo el control del gobierno federal.
El mito de que el Estado es mal administrador lo inventaron las trasnacionales, para apoderarse en su beneficio exclusivo de amplios negocios públicos.
¿Qué hacer?, Herrera de la Fuente afirma que si queremos pasar de lo simbólico a lo real en el desmantelamiento del sistema capitalista, es necesario llamar a: “un nuevo proceso constituyente, que finalmente reconozca como principios máximos del desarrollo económico y la justicia social y el bienestar nacional, por encima de los intereses del mercado nacional e internacional”.
En una conferencia mañanera, hace unos días, Andrés Manuel destacó este punto en cuanto a la necesidad de crecimiento de la economía nacional, aterrizado en una distribución más justa del ingreso.
Un ejemplo: Andrés Manuel ha informado: 1. Que existe gran corrupción en la compra de medicamentos y desabasto en el mismo, 2. Que las compras anuales del Gobierno Federal, de medicamentos y materiales de curación, equivalen a 80 mil millones de pesos, 3. que solo 15 empresas concentran el 80% de las compras de insumos médicos, 4. ha dado ejemplos de cómo 1 medicina que cuesta producirla x cantidad, el gobierno la compra 500% más cara.
Si el gobierno tiene un mercado cautivo anual para colocar 80 mil millones de pesos en medicinas, en los sistemas públicos de salud, ¿Qué le impide al gobierno federal asociarse con empresas nacionales o trasnacionales para fabricar estas medicinas en México?
El Presidente del Consejo Coordinador Empresarial Carlos Salazar, afirmó en una entrevista del 29 de Marzo del presente año que: “en México hay dinero pero faltan proyectos para hacer inversiones, si no llegamos a cumplir la meta de crecimiento del 4% anual, vamos a estar en un desastre como sociedad”, “nos faltan ideas, nos falta una política industrial agresiva, nos falta la capacidad de hacer que esto opere para todos”.
El gobierno de Andrés Manuel está licitando internacionalmente la compra de medicamentos, ya es un avance que se termine con la corrupción en la compra, hace falta dar el siguiente paso: constituir empresas de producción de medicamentos y materiales de curación, en las cuales el gobierno federal tenga el control accionario mayoritario, en sociedad con empresas nacionales y/o trasnacionales con amplia experiencia en la producción de estos insumos indispensables para la salud del pueblo de México.
¿Qué se ganaría?:
1. Combatir la corrupción en el sector salud,
2. Terminar con el desabasto de medicinas en el sector público,
3. Fortalecer la soberanía en la producción de medicamentos y materiales de curación para el sistema nacional de salud pública,
4. Ahorro sustancial en cuanto al costo de adquisición,
5. Generar decenas de miles de empleos formales, bien pagados en un sector estratégico para el bienestar de la población.
¿Cuántas más empresas y trabajos bien pagados se pueden crear a partir de estos esquemas, en los cuales se cuenta con un mercado cautivo asegurado por el gobierno federal?
La soberanía en la producción de medicamentos para satisfacer las necesidades del sistema nacional de salud pública, es tan importante como la soberanía energética y alimentaria que tampoco tenemos.
Si Cuba, con 12 millones de habitantes, bloqueada internacionalmente en inversiones y comercio, fue capaz de construir una poderosa industria farmacéutica nacional, que se ha convertido junto con servicios de salud en su principal fuente de ingresos, ¿Por qué nosotros no?, si tenemos 130 millones de habitantes y una economía que es la número 15 del mundo de 200 países.
Si se quiere se puede.