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Invaluable ayuda de Corral al Peje
Sin Retorno

Invaluable ayuda de Corral al Peje 17 de junio de 2018

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

La semana que termina la querrá olvidar el candidato de “Por México al frente” -PAN, MC y PRD-, Ricardo Anaya.

A diferencia de los anteriores, en el tercer debate no apareció como ganador y por primera ocasión, analistas y ciudadanos no identificados con la campaña de Andrés Manuel López Obrador lo percibieron como tal.

El debate realizado en Mérida, Yucatán, no modificó las preferencias electorales, a favor, ni de Anaya, ni de José Antonio Meade, el candidato de la alianza PRI-Panal-Pvem.

Quedará en el ámbito de lo hipotético saber si les hubiese ido mejor de no emplear todos sus esfuerzos, no sólo en el desarrollo de los debates, sino en el diseño de su campaña, en contra del candidato de Morena.

A cambio, éste logró penetrar grandemente con su lucha en contra de “la mafia del poder”, y de ganar al “PRIAN”.

Y en la semana recibió un inesperado apoyo, en la consolidación de tal aserto, por parte del mandatario chihuahuense, Javier Corral, cuando, a escasas dos semanas de las elecciones, afirmó que “apoyará” al candidato panista porque éste “rompió con el PRIAN”, con lo que ratificó, indirectamente, aquella famosa frase de su autoría, en la contienda por la dirigencia del PAN, de que a Anaya “se le hincharon las manos de tanto aplaudirle a Peña Nieto”.

“Anaya dio el paso fundamental que yo quería: romper con el PRIAN. Yo siempre he sido un crítico del PRIAN, desde que estaba en la Cámara de Diputados, señalé el error de andarle haciendo el caldo gordo al PRI y Peña Nieto.”. (Nota de Juan de Dios Olivas, El Diario de Juárez, 14/VI/18).

No fue lo único que nos reveló Corral. Dijo que “Lo que le está pasando a Anaya con toda esta guerra sucia (las revelaciones de videos y acusaciones de la operaciones de lavado de dinero), es que le están cobrando algo que empezó aquí en Chihuahua, porque Anaya durante el Encuentro Chihuahua, rompió con el régimen”. (Ibídem).

Y asentó algo que Anaya intentó, sin éxito: Desprenderse del apoyo prestado a Peña Nieto “anteriormente” y que en su momento criticó Corral. “Se desligó del fiscal carnal y se echó para adelante, tocó el plan de impunidad sexenal de Peña Nieto, quien tiene mucho miedo de terminar en los tribunales. Por eso ya se le olvidó su propio candidato y anda de la mano de López Obrador”. (Ibídem).

Tan contundentes afirmaciones las realizó precisamente cuando las redes sociales se inundaban de las precisiones a las enormes mentiras usadas por Anaya en el tercer debate, en particular la de la foto en la que aparecen López Obrador y Peña Nieto saludándose, en el intento del queretano de acreditar ante los televidentes lo que Corral acuñó: La alianza del tabasqueño con el presidente.

Verificado.mx confirmó lo dicho por El Peje. Se trataba de una foto del debate presidencial en 2012.

A cambio, López Obrador, contrario a lo sucedido en los debates anteriores, intentó mostrar dos imágenes: Una, de Anaya con Peña Nieto en las celebraciones de las reformas estructurales, producto del “Pacto por México”, y, dos, la de una foto del gobernador chihuahuense en la que estaban inscritas de la famosa acusación de Corral a Anaya, por aplaudidor, de Peña.

En esa feria de intento de manipulaciones mediáticas, Anaya quiso que se dejara en el ambiente que durante la gestión del tabasqueño en el gobierno de la Ciudad de México se habían realizado adjudicaciones directas por la ejecución de obras o prestación de servicios por fuera de la ley. Para tal efecto le acusó de haberle hecho adjudicaciones de ese tipo a la empresa Rioboo.

Otra vez, como sucedió luego del debate anterior, Verificado.mx dio a conocer que, efectivamente el gobierno de AMLO había otorgado contratos por adjudicación directa a esa empresa -dos de cuatro de esa administración, pero que los segundos se adjudicaron cuando él ya no era Jefe de Gobierno- pero que el techo financiero de ese tipo de obras era de 700 millones de pesos, con lo que la mencionada adjudicación, por poco más de 160, quedaba dentro de las normas vigentes.

Quedaba, así, en el aire, lo que, otra vez, Corral acuñó semanas atrás, la acusación de que López Obrador y Peña Nieto ya habían pactado, de ahí los videos recientes en los que supuestamente se involucra a Anaya en más operaciones de lavado de dinero. Es la nueva forma del “pacto de impunidad”, diría, sin creatividad alguna el queretano, repitiendo frases de Corral.

¿Quién, racionalmente, puede sostener, válidamente, esa alianza?

¿O es un intento para validar cualquier cosa que intentara el régimen a fin de evitar una derrota que todos dan por cierta, incluidos los sectores empresariales más reacios a tal eventualidad?

¿Cuando sostienen eso piensan que Peña Nieto se “moverá” para apoyar el día de las elecciones a López Obrador? ¿O creerán que el presidente ya se comprometió a que las elecciones fueran limpias, a cambio de la impunidad necesaria para evitar su ingreso a la cárcel?

¿Y cuáles son los argumentos para sostener acusación tan chambona?

Una, la torpe y errónea declaración de la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, cuando afirmó que Juan Carlos Gutiérrez es un preso político y, dos, la difusión de los videos en contra de Anaya.

Pero si Polevnsky creyera eso, sería en defensa de Manlio Fabio Beltrones (jefe político de la “Coneja” Gutiérrez), claramente distanciado de Peña Nieto y entonces la supuesta alianza sería la del político sonorense con el tabasqueño, y luego, todos, coincidirían, Beltrones incluido, en llevar al presidente al banquillo de los acusados, una vez superado el año posterior al del término de su mandato, para ser procesado por los cargos que se le configuraran, para lo cual no hay obstáculo legal.

Sí, porque el artículo 108 constitucional establece limitantes para enjuiciar al presidente, pero en funciones, y tiene un año, después de su mandato, para no ser procesado por cargo alguno, pero una vez superado tal plazo podrá ser enjuiciado como cualquier ciudadano, de acuerdo con la opinión del experto en Derecho Constitucional e Investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Doctor Miguel Carbonell: “Nada en la Constitución ni en ninguna otra ley impide proceder contra un expresidente”.

¿Y lo de los videos? Pues una secuencia del proceso levantado en contra de Anaya por el gobierno de Peña Nieto, no que sea resultado de un acuerdo Peña-AMLO.

Obedece a la estrategia que cada uno de ellos usó, en las primeras semanas de la campaña, para tratar de ubicarse como el segundo lugar en las encuestas.

El régimen le cobró de esa manera no sumarse a la candidatura de Meade, tal y como lo hicieron el aspirante independiente, Armando Ríos Píter y el gobernador de Michoacán, el perredista Silvano Aureoles, el senador panista, Javier Lozano, el coordinador de campaña de Margarita Zavala, Jorge Camacho, el expresidente Vicente Fox y hasta la posibilidad de sumar a Diego Fernández de Cevallos.

Y en esta larga secuela de errores estratégicos, y tácticos, en la campaña de Ricardo Anaya, se inscriben varios. Los ya mencionados, realizados en el curso de los debates, lo que le llevó hasta ser ridiculizado y desmentido tan contundentemente, hasta este último giro, el de tratar crecer en las preferencias a base de acusar de la concreción del “pacto de impunidad” al que hemos aludido y que tanto retrotrae a los chihuahuenses a las frases de Corral.

La respuesta popular se aprecia de muchas maneras.

Uno de ellos, el tracking diario realizado por Massive Caller sobre las preferencias presidenciales, mostró un dato sorpresivo en la levantada el jueves 14 de junio: Una ventaja de AMLO sobre Anaya de más de 15 puntos: AMLO, 42.38%; Anaya, 26.99; Meade, 16.93 y El Bronco, 4.03%.

Estos resultados se asemejan más a los obtenidos por la mayoría de las empresas encuestadoras, cosa que no había ocurrido, por lo menos en el curso de las últimas tres semanas.

En tales circunstancias, se presentan Anaya y López Obrador en la capital del estado. Anaya en el primer acto público de su campaña en el estado de Chihuahua y el segundo, en el que quizá sea el último en la entidad, luego de haber estado en Juárez, Cuauhtémoc, Delicias y Parral.

¿Será suficiente la ventaja, en el ámbito local, del panismo y de Corral, para ganar en Chihuahua, o la oleada pejista nacional los avasallará?

Hay datos que debemos recordar: Corral obtuvo en 2016, 500 mil votos. AMLO, en 2012, 305 mil votos.

Sólo que del medio millón del gobernador, por lo menos 60 mil eran de electores de Morena. Javier Félix, el candidato a gobernador, obtuvo 20 mil votos y los candidatos a diputados morenistas, 80 mil.

Más, el Partido Encuentro Social obtuvo, en 2016, alrededor de 50 mil votos.

A estas cifras habrá que agregarle las consideraciones políticas necesarias ¿Qué tantos nuevos electores podrá agregar Anaya en Chihuahua? ¿Cuántos se habrán desencantado del gobierno de Corral? ¿Cuántos nuevos simpatizantes tendrá López Obrador en relación a 2012?

¿Las simpatías por él abarcarán al resto de los candidatos?

Que se pongan atentos estos.

Massive Caller, en la encuesta para senadores por Chihuahua (14 de junio) reafirmó la tendencia de las últimas cuatro semanas, Morena al tercer lugar con un 16.25%; PAN, 32.92 y PRI, 27.69.

Con esos resultados, los senadores por Chihuahua serían Gustavo Madero, Rocío Reza y Reyes Baeza.

Solo restan dos domingos.

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Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario