Insensibles y ajenos a la sociedad
Sin Retorno

Insensibles y ajenos a la sociedad 27 de noviembre de 2017

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

¿Qué necesita hacer el Secretario de Salud del Gobierno del Estado, el Dr. Ernesto Avila, para que el gobernador Corral le pida la renuncia o lo despida?

No es la Secretaría de Desarrollo Social la que debe contar con el funcionario más sensible a los sufrimientos de sus gobernados, ni la Fiscalía General del Estado, o cualquier otra, aunque en ellas pueden -y debieran- encontrarse funcionarios extraordinariamente sensibles y capaces.

Pero en donde no hay margen para la duda es en la encargada de la salud de los chihuahuenses. Se necesita, sin duda, un hombre inteligente, capaz, preparado, pero, sobre todo, sensible al sufrimiento de sus semejantes, le toca aliviar, o intentar, el dolor y los males de los chihuahuenses.

Inmerso desde el principio a los escándalos por consistentes denuncias en la ilegal adquisición de medicamentos, a sobre precio y favoreciendo a proveedores cercanos, que crecieron al darse a conocer que se había autorizado otorgar un “bono” por desempeño a varios de los funcionarios más altos de su dependencia, incluido él mismo.

El escándalo creció tanto que debió reconocer ante los medios que fue convencido por sus subalternos de aceptar el bono, con lo que se convirtió en el autor de la segunda frase más popular del gobierno del amanecer, “me dejé llevar”.

Por un bono de 100 mil pesos se develó como parte de la voraz clase política que nos gobierna.

En la semana previa, fue invitado a una reunión con el personal del Hospital de Gómez Farías, lugar del que fue levantado -hace semanas- su director, el Dr. Blas Godínez.

Mejor no hubiera ido. De entrada, afirmó que no había registro de los “levantones” de médicos y enfermeras, previamente al secuestro del director.

“Yo creo que del hospital no se han llevado a nadie”, mencionó Ernesto Ávila y el doctor Godínez Ortega, hijo del médico secuestrado, le respondió: “Sí señor, cómo no, a mí me llevaron con algunos de mis compañeros”.

Otra de las trabajadoras afirmó: “Aquí estábamos los del turno de la mañana y vimos cómo se llevaron al doctor y a una de mis compañeras enfermeras”.

Ante el reclamo, el titular de Salud, Ernesto Ávila refutó: “Pero se los llevaron y los regresaron, ¿no?... entonces no hubo problema”.

Y siguieron los dislates de Avila: “A ver, entonces díganme, ¿qué puedo hacer yo? -les dijo a los empleados- No puedo estar aquí de guardia, no puedo estar cuidándolos, ya les dije que yo no puedo brindar seguridad, hay que organizarnos”, comentó el funcionario, a lo que le respondieron: “Hay que garantizar lo mejor que podamos; en otros lugares tienen vigilantes, hay chicharras”.

“¿Y qué van a hacer? ¿Van a salir corriendo cuando suene la chicharra?”, cuestionó Ávila. “Claro, eso haremos”, le contestaron. (Nota de Miguel Silva, El Diario de Chihuahua, 24/XI/17).

Insensible a más no poder, sin el menor asomo de su enorme responsabilidad, y la que comparte con el resto del grupo gobernante, les dijo que él es “una pequeña parte del gobierno” que se dedica a la salud, por lo que, así lo dijo, “no tenemos la posibilidad y eso lo lamentamos, de buscar a alguien que fue secuestrado”.

¿Pues que no se da cuenta que forma parte de un gobierno, porqué no llegó acompañado de los funcionarios de la Fiscalía, de la Secretaría de Desarrollo Social, de la de Gobierno, a fin de que, en ese momento, se dictaran las medidas adecuadas, inmediatas, a fin de garantizarle al personal médico las medidas de seguridad necesarias para otorgar sus servicios?

Y evidenció su incapacidad al decirles que “ya les he dicho, no tengo la capacidad de poner a un soldado o a un policía o un ministerial de guardia en el hospital, ése no es mi trabajo, estamos aquí para garantizar el acceso a la salud de los pobladores…”.

¿Y porqué no se los ha solicitado al gobernador Corral, al Secretario de la Defensa, al Procurador de la República, a quien sea?

Y si no ha hecho alguna de esas cosas ¿Porqué no se ha ido?

A cambio, exigió que los médicos pasantes en servicio social, tanto de la Uach, como de la Uacj, acudieran a ocupar sus lugares, a pesar de la inseguridad que priva en la zona, de ahí las protestas, los paros y la movilización de los jóvenes médicos que, ahora lo sabemos, son prácticamente los únicos que otorgan sus servicios en esos hospitales y clínicas.

Y todavía lanza esas frases el Dr. Avila: -¿Los regresaron, no? ¿Entonces, cuál es el problema?-

[email protected]; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario