Chihuahua, Chih.
A un error, sigue otro en la conducta presidencial. El encono se eleva a niveles alarmantes.
El problema es que en la medida que intentan aclarar revelan más asuntos deplorables, extremadamente criticables en las relaciones del presidente con algunos de los empresarios más connotados, que develan los indudables conflictos de interés existentes en varias de las obras y acciones del gobierno de López Obrador.
Los hechos de los días recientes revelaron, además, una de dos cosas, a cual más de negativas:
Por un lado, su desconocimiento de los mecanismos institucionales que hacen posible la transparencia del ejercicio de la función pública y el derecho del acceso a la información pública; pero, por otro, si no lo desconoce, es peor, pues entonces estaremos ante una tremenda manipulación de la opinión pública, cometida por él, que se precia de salirle al frente a todas las situaciones y que presume de que la conferencia mañanera es un “diálogo circular”.
El Instituto de la Transparencia y Acceso a la Información Pública (INAI) no tuvo problemas para responderle acerca de su pretensión de hacer públicos los ingresos, facturas y bienes de Carlos Loret de Mola, y de su familia: Lo tiene prohibido pues el periodista no es ente público y no maneja recursos igualmente públicos.
Los que están obligados a informar -siempre, en todo caso, al igual que los entes privados, protegiendo sus datos personales- son los funcionarios públicos.
En su respuesta, el INAI llega al grado de informarle, como si se tratara de un ciudadano desconocedor de los pasos para agenciarse algunos datos de la esfera pública, paso a paso del mecanismo a seguir.
¡Sólo le faltó enviarle un video que le mostrara los pasos!
Lo más grave es el hecho de que el Jefe del Estado Mexicano, Jefe del gobierno, jefe de las Fuerzas Armadas, Jefe de la Guardia Nacional y jefe del partido gobernante, lanzara una descomunal ofensiva en contra de un ciudadano, por más repudiable que le sea, él y su accionar periodístico.
No puede, le está prohibido.
Por congruencia democrática debiera rectificar, antes de que algún ciudadano, alguna organización o algún partido presente contra él una muy justificada demanda por la violación de un buen número de artículos constitucionales y de varias leyes reglamentarias, lo que debiera dar lugar a sanciones, hasta penales.
Preocupa, además, que para llevar al cabo sus pretensiones, el presidente usara la muletilla de que en “calidad de ciudadano” presentaba esa petición al INAI.
Otra vez el desconocimiento o la manipulación. El cargo de presidente de México es irrenunciable, salvo causa grave que no le toca al mandatario resolver.
No puede decir, en este momento soy presidente, y al ratito no lo es.
Por supuesto que el cargo conlleva un conjunto innumerable de facultades, responsabilidades y prebendas; pero también implica que muchas de sus libertades y derechos se acotan debido al desempeño de ese cargo.
El presidente pareciera ignorarlo, o hacerlo a un lado conforme a sus intereses del momento, en una actitud por demás deplorable, además de incongruente pues, por un lado, exige se den a conocer los datos personales del periodista, pero por el otro se enfurece porque una investigación da a conocer el tren de vida de su hijo mayor, que no afirma haber encontrado actos de corrupción, pero que sí devela la posibilidad de la existencia de descomunales conflictos de interés, que crecen en número y cantidades económicas, conforme, tanto el presidente, como José Ramón, su hijo, intentan aclarar que no están inmersos en la corrupción.
Y otra vez: ¿El presidente ignora el significado de “un conflicto de interés” contemplado en la legislación vigente?
¡Increíble! Tanto si lo sabe, como si no lo supiera.
Y es que son incontables los conflictos de interés que rodean al presidente en muchos de los proyectos de la 4T.
Deberemos precisar que no solo a él los rodean, podríamos sumar a varios de los más cercanos, tanto familiares, como integrantes del equipo de gobierno. (De eso escribiremos el domingo).
Es absolutamente descorazonador enterarse de tanto y saber que sus hechos echan por tierra lo que muchos mexicanos construimos a lo largo de décadas.
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Fuente de citas hemerográficas antiguas: Información Procesada (INPRO)