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¿Fue Beirut el laboratorio de...?

¿Fue Beirut el laboratorio de...? 8 de agosto de 2020

Gerardo Arturo Limón Domínguez

Chihuahua, Chih.

El hombre es capaz de tanta atrocidad como tiene imaginación.”

ED HARRIS 

¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?

Lo sucedido esta semana en  el puerto de Beirut en  Líbano,  justo un día 4 de agosto  cuando en ese lugar se generó una  explosión cuyos saldos aun cuando se puedan o quieran contener numéricamente  a 134 muertos y 5 mil damnificados crecerá como la tragedia que  ha envuelto a esa nación hermana  por décadas, que yo recuerde siempre asediada por su posición geoestratégica y su raigambre de cultura y tradición tan diversa en el entorno de la región.  

Es bien sabido que Líbano representa un pueblo único y singular que no acomoda  a los intereses de  Israel, particularmente por eso no es difícil saber el por qué ha sido “elegido” para probar lo que pronto será develado como el nuevo juego  de guerra de Israel, dicen los que saben que aliado con Estados Unidos interesadísimo en generar un conflicto externo ante la implosión de su realidad interna, ligado también a Arabia Saudí al tiempo se sabrá.  

Si lo que explotó fue una carga de más de 2 mil 700 toneladas o la cantidad que hubiese sido de nitrato de amonio como primer estallido lo que hace falta es que alguien explique qué  provocó el otro estallido que generó una burbuja, que se parecía más a los hongos nucleares que se produjeron al estallido de las primeras bombas atómicas lanzadas contra la población  en Hiroshima y Nagasaki, también en los primeros días de agosto, hace ya hace 75 años de esos bombardeos  y parece que no hemos aprendido mucho, porque de verdad estimo que con los elementos tecnológicos que hoy se disponen,  no será tan fácil encubrir esta dualidad de impactos sobre la población libanesa. 

LA GRAN PREGUNTA ES  

¿SE PROBÓ UNA NUEVA ARMA EN  EL PUERTO DE BEIRUT EN LIBANO,  EL 4 DE AGOSTO?

Será cuestión de tiempo saberlo pero  no hay duda que ahí se planteó una nueva modalidad de artefacto atómico graduado, arriesgo esta opinión por la observación del segundo hongo que se generó, no  por la explosión del amonio sino de una  arma aún desconocida que genera un perfecto hongo que, como bóveda encapsulada que mostraba un epicentro de impacto, SOLO EL TIEMPO Y LA INVESTIGACION Y NO EL ENCUBRIMIENTO,  NOS TRAERAN LA RESPUESTA MAS TARDE O MAS TEMPRANO. 

HASTA SIEMPRE, AL MÁS LEAL,  DE LOS LEALES 

Ofrezco a mis amables lectores una sentida expresión de gratitud porque esta ocasión dedicaré también este espacio, a un amigo fiel como él me llamara en el Palacio del Ayuntamiento de la Habana, justo en los primeros días de enero de 1999 entre un grupo de amigos a quienes de manera directa nos mostrara las virtudes y logros que gracias a su esfuerzo, hoy son evidentes en  el Centro Histórico de la Habana Vieja, que no dudo en decirlo, debe al  trabajo de Eusebio Leal su cronista, historiador y alma, su actual vida. 

Hay dos personas que le conocieron sin duda de manera más cercana y continuada y quisiera emplear parte de sus trabajos que como este son para rendir honor a quien mucho lo merece, por ello tomaré fragmentos del trabajo de la escritora Rosa Miriam Elizalde, quien se expresa así de Eusebio y su relación con dos grandes que le precedieron en la partida en su trabajo titulado; 

 “Leal, Chávez y Fidel”

La muerte de Eusebio Leal sacudió la isla. Vi llorar a cubanos de todos los sectores y de todos los colores, profesionales, obreros, poetas, periodistas, personas venidas desde distintos lugares de Cuba, cronistas que le han seguido el rastro, amigos, mujeres y hombres que se cruzaron con él alguna vez en la presentación de un libro o en la calle. ¿Por qué lo quieren tanto? Su amiga desde hace décadas, la cineasta Rebeca Chávez, me expresó con voz quebrada que lo querían porque representaba, en el siglo XX y aún más allá, un monumento cubano como La Habana.

Me hago también esa pregunta y la mejor respuesta que encuentro no va por los caminos ya recorridos en los múltiples obituarios que le han dedicado al Historiador de La Habana, quien murió el pasado 31 de julio, a los 77 años. Era, sin duda, un espíritu renacentista y uno de los grandes oradores de la historia de una nación que no ha carecido de ellos. 

Católico y comunista, idealista y hombre práctico, alguien que defendió centavo a centavo, ladrillo a ladrillo, la obra del Centro histórico, dice Rebeca. Era todo eso, pero también un intelectual de fino instinto político que, sin proponérselo, tomó decisiones que transformaron al continente latinoamericano.

Fue Leal quien invitó a Hugo Chávez a La Habana, y aquella primera visita a Cuba en diciembre de 1994, con Fidel Castro rindiéndole honores de jefe de Estado al joven militar, cambió el curso de la historia en la región.

Los detalles están narrados en El Encuentro, un libro que escribí con el periodista Luis Báez a partir del testimonio de todos sus protagonistas. 

En julio de 1994, el teniente coronel venezolano y héroe de una rebelión militar por la que había pasado dos años en la cárcel, ofrecía una conferencia de prensa en el Ateneo de Caracas: Cuando ya casi me iba, me dijeron que había un cubano hablando de Bolívar en una de las salas del piso superior. Subí, pero cuando llegué, ya estaba terminando. La impartía Eusebio Leal, el primer cubano que me invitó a la isla, nos contaría Chávez 10 años después, en un vuelo de La Habana a Caracas”

Comparte de esta manera Rosa…. “un fragmento de la entrevista que me concedió Eusebio para ese libro. El testimonio, poco conocido, no solo hace justicia a todos los protagonistas de esta historia. Revela la especial sensibilidad del Historiador de La Habana y da nuevas pistas de por qué lloran los cubanos en esta despedida en la que no han faltado flores, música y sábanas blancas colgadas en los balcones, como dice el estribillo de una canción del cantautor Gerardo Alfonso que todo habanero asocia con Leal andando por su amada ciudad.

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Cuenta Eusebio en El Encuentro:

“En muy poco tiempo, Chávez se convertirá en uno de los discípulos más sinceros de Fidel. No es el único, pero sí uno muy especial. Es un discípulo que considera a Fidel –y lo ha dicho– como un padre, hasta el extremo de darle el arma con que luchó; hasta el extremo de ser fiel a su amistad y, en el momento terrible del golpe de Estado, de haberlo llamado y de haber sido consecuente con lo que Fidel le dijo. Y hasta el extremo de haber logrado sembrar él también lo suficiente para que fuera su propio pueblo quien lo sacara del encierro y le devolviera lo que legítimamente había conquistado.

“Algún día nos preguntaremos si, en estos años difíciles que hemos vivido, podríamos haber existido sin la Venezuela bolivariana, sin el espíritu de solidaridad de ese país. Una solidaridad que no ha sido sólo para Cuba, porque en medio del egoísmo y de las tonterías con que a veces se analiza la probable concertación latinoamericana, por lo general no se hace nada concreto.

“Sin embargo, el gobierno de Chávez ha apoyado a los pueblos más pobres, a los más desgraciados. Como lo ha hecho Cuba. A mí me han comentado por ahí: bueno, pero a Cuba le cuesta mucho esa solidaridad, por los kilómetros de médicos que tiene en los lugares más recónditos de Venezuela. Y les digo: “nadie podría retribuir lo suficiente una noche de insomnio de un médico, de un ginecólogo, de un estomatólogo... Nadie sabe mejor que ellos lo que es el dolor hmano, y lo que significa ese otro maravilloso sentimiento que es la gratitud. Si fuéramos a contar todo en dólares –que sería fatídico–, entonces nuestra deuda no sería pagada. Pero si lo vamos a contar en términos de lo que Cuba y Venezuela han hecho por el ser humano que sufre y por el amigo que lo necesita, está suficientemente pagada. Y eso nada más lo entiende el que siente que debe y puede hacer algo por la humanidad”. 

Cierro con otro magistral humano y sincero trabajo testimonial  publicado de manera similar en la Jornada, de mi apreciado Ángel Guerra Cabrera, quien da a Eusebio el Hasta Siempre así. 

“La partida de Eusebio Leal deja una enorme pérdida para la cultura y la revolución cubanas. Hombre de corazón noble, abierto a lo diferente, capaz de apreciar los matices y el valor de la unidad en la diversidad, con cualidades creativas verdaderamente excepcionales, no dio tregua a los enemigos de Cuba. Fue un combatiente decisivo en la defensa, no sólo del patrimonio cultural tangible de La Habana y de todo el país, sino de la identidad nacional. Íntimo conocedor del pensamiento de Martí y de Fidel, supo extraer de ellos el método para volcar las más valiosas esencias de la historia nacional y latinocaribeña en los nuevos valores e ideas que hoy sustentan la construcción cubana del socialismo.

  En 1981 Eusebio recibe de Fidel la encomienda del rescate del centro histórico de La Habana. Muy pronto comienzan los trabajos de restauración de las Plazas de Armas, de la Catedral y de la Plaza Vieja, así como del Teatro Martí y el gigantesco rescate del Capitolio Nacional. En 1982 el centro histórico y el sistema de fortificaciones son inscriptos por la Unesco en el registro del Patrimonio Mundial. Restaurar todo este magno conjunto arquitectónico será tarea de Eusebio hasta el día de su muerte”:.. GENERANDO “una labor social de gran envergadura pues para él la restauración no era sólo de las piedras, sino de las almas. Instaura ahí valiosos programas para proteger a las personas de la tercera edad, a los niños con discapacidad, a las mujeres embarazadas, para dotar de vivienda digna –un gran reto me dijo en una ocasión– a los residentes, que ha supuesto hasta ahora la rehabilitación de 4 mil y la edificación de 2 mil viviendas nuevas. Eusebio gozó de la amistad y del apoyo de Fidel y de Raúl. 

Silvio Rodríguez ha dicho de él y de otros que ya no están: Conforman una estirpe de la que todas las ortodoxias desconfían. Son vidas que no están signadas por el afán de supremacía sino por el ecumenismo y la inclusión. Personas así necesita mucho la Revolución. El pueblo colgó sábanas blancas en las calles habaneras para honrar al muerto. Tal vez nada lo defina tan exactamente como esta dedicatoria de Fidel: Al más leal de los leales.”

DESCANSE EN PAZ,  MI AMIGO FIEL.