Como es ya conocido, en las últimas semanas en Chihuahua enfrentamos un conflicto por la extracción del agua de las presas de La Boquilla, Francisco I. Madero (Las Vírgenes) y Luis L. León (El Granero) para su entrega a los Estados Unidos, en cumplimiento del acuerdo de 1944, lo que ha generado una fuerte reacción de los agricultores.
Por orden presidencial y a sugerencia de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), sin acuerdo alguno con ellos y amparados en la fuerza del ejército, se han abierto las presas de Chihuahua para entregar el agua a Estados Unidos, para pagar un adeudo que todavía no vence (el quinquenio termina el 24 de octubre de 2020).
Los cálculos en que se basa esta operación del Gobierno Federal fueron difundidos por la Dra. Blanca Jiménez, directora general de la Conagua, en la conferencia mañanera del Presidente, el 31 de julio de 2020.
En su presentación, después de algunos argumentos por los que considera que es importante pagar a Estados Unidos, en el minuto 20 la Dra. Jiménez dice textualmente: “… Para lograr hacer el cumplimiento del tratado, tenemos que combinar que haya agua de las presas de Chihuahua, pero como se nos pidió asegurar el agua a los agricultores, usamos una parte de las presas de Chihuahua, reservando el agua para los agricultores de Chihuahua y de la gente que toma, y también, esperando agua de lluvias. De no presentarse una buena temporada de lluvias, la probabilidad de éxito va a ser muy baja.”
Continuando su presentación, la directora de la Conagua presentó un cuadro en el que resumía “el manejo del agua en Chihuahua”, en el que indicaba que, una vez cubiertas las necesidades del ciclo agrícola actual, y cubierta la entrega del agua a Estados Unidos quedarían 703.9 millones de metros cúbicos, y sin embargo el volumen total en las presas, al 1º. de noviembre, sería de 1911.32 mm3.
Es decir, sin ninguna base que pudiera darle sustento, la Dra. Jiménez presentó un cálculo de que, para los meses de agosto, septiembre y octubre, las presas habrán incrementado su volumen de agua disponible en 1,200 millones de metros cúbicos, de modo de concluir el ciclo con 1,911 mm3, con lo que, señala, habrá agua para las necesidades del siguiente ciclo y “todo está normal”.
Pareciera que la directora de Conagua no solo ha estado mintiendo y desobedeciendo al Presidente, quien le pidió expresamente garantizar el agua para los agricultores, sino que es responsable directa y debería analizarse si ha lugar a fincarle las responsabilidades correspondientes por la grave crisis que se generará en Chihuahua.
Contrario a lo que han estado manejando, la misma directora de la Conagua sabe bien y reconoce en sus propias palabras que no hay agua suficiente en las presas de Chihuahua y que “de no presentarse una buena temporada de lluvias, la probabilidad de éxito va a ser muy baja”. Pero luego presenta, sin ninguna base ni fundamento, una estimación de que la lluvia va a reponer sobradamente el agua faltante.
Esto no tiene sustento. Prácticamente a la mitad ya del período de lluvias, estamos en medio de una sequía muy severa, de hecho, después de su presentación llevamos ya 12 días más de sequía, por lo que puede venir para Chihuahua un grave desastre agrícola y ecológico.
Esta no ha sido ni es de ninguna manera una realidad inevitable, como se ha pretendido hacernos creer. La entrega de agua de México a Estados Unidos se regula mediante el “Tratado relativo al aprovechamiento de las aguas de los ríos Colorado y Tijuana y del Rio Bravo (Grande), entre los Estados Unidos de América y México”, firmado el 3 de febrero de 1944. En él se acuerda que EU entregará a México, anualmente, 1’850 millones de m3 de la cuenca del Río Colorado y México a EU (art 4. Inciso B, sub-inciso b), 1/3 de los escurrimientos de la cuenca del Rio Bravo, que se contabilizarán en periodos de 5 años y, en caso de ser menores a 431.7m de m3 anuales, se liquidarán en “el siguiente periodo quinquenal”.
A lo largo de la historia del Tratado, sin embargo, no se suele extraer el agua de las presas, ni poner en riesgo la operación de los distritos de riego y la subsistencia de los agricultores, y se paga con los escurrimientos naturales o excedentes que vierten las presas. De hecho, en los ciclos 25, 26 y 27 México quedó debiendo (años 1997, 2002 y 2007) y los buenos oficios políticos de los secretarios de Relaciones Exteriores permitieron que no hubiera ninguna repercusión política ni económica para nuestro país. Y si bien en esta ocasión se argumenta la firma de un acta en el sentido de que si quedaba un adeudo en un ciclo debía liquidarse en el siguiente, se ha estado mintiendo a los agricultores en el sentido de que hay agua suficiente en las presas, cuando esto claramente no es así; negándose incluso a atender su propuesta de esperar algunas semanas a que las presas recuperaran su aforo con la temporada de lluvias y no se fuera a provocar el desastre que se está generando.
En síntesis: la actuación (incomprensión de la situación hidrográfica, histórica y política) de la directora de la Conagua, ha perjudicado gravemente a los campesinos de Chihuahua, quienes corren un inminente riesgo de ver sus campos de cultivo convertidos en páramos, por lo que se han organizado para protestar, sin que sus demandas hayan sido escuchadas.
Sin duda son reprobables los actos vandálicos que se presentaron recientemente, mismos que deberán ser esclarecidos fehacientemente, deslindando responsabilidades.
Pero al margen de esto, son impostergables la información adecuada y la intervención del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para cerrar inmediatamente las compuertas de las presas de Chihuahua y no seguir haciendo más grave el daño ya hecho a los campesinos de Chihuahua.
Y hacemos un llamado a los antiguos defensores de los ejidatarios y comuneros, que toda la vida defendieron las luchas campesinas, a que antepongan el bienestar de los agricultores a sus temores y miedos políticos, y a que definan su posición, ayudando a la información correcta del Presidente, en lugar de avalar decisiones de la Conagua tan infundadas como dañinas para los chihuahuenses.
*Ingeniero Agrónomo, asesor agropecuario y evaluador de proyectos
**Tomado de Aristegui Noticias