Facebookóatl

Facebookóatl 15 de enero de 2021

Hernán Ochoa Tovar

Chihuahua, Chih.

“La censura es publicidad pagada por el gobierno”: Federico Fellini (cineasta italiano (1920-1993)). 


Abro el presente artículo con este interesante epígrafe del finado cineasta italiano, Federico Fellini, debido a que, en los últimos días, el tema que ha estado sobre la mesa ha sido el de la censura en las redes sociales, y la pertinencia de que los estados regulen a las corporaciones digitales. 

Esto, a sabiendas de que, en los últimos tiempos, se han tornado en especies de protoestados, donde la voz cantante suele ser la de los CEOs de estas plataformas, quienes, al amparo de confusos códigos de ética, deciden qué se puede o no publicar en estas páginas que, a lo largo de la última década, han alcanzado dimensiones inconmensurables, superando, incluso, a los medios de comunicación tradicionales. 

La gota que derramó el vaso fue la suspensión del grueso de las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Youtube), de Donald Trump, (aún) Presidente de los Estados Unidos y quien, a raíz de los lamentables acontecimientos del Capitolio, que tuvieron lugar el pasado 6 de enero, fue vetado del mundo digital de manera indefinida. 

Dicho acto generó reacciones encontradas en los diversos sectores, pues mientras algunos se expresaron a favor del prohibicionismo a Trump, a raíz de su recurrente talante violento; otros dijeron que es el inicio de la censura en las redes. 

Bajo esta tesitura, se expresó el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien, sabedor de lo que ocurre en el submundo digital, condenó lo ocurrido a su homólogo estadounidense. Empero, AMLO no se quedó en una tibia condena como lo hicieron otros mandatarios del mundo; sino que fue más allá, proponiendo que el gobierno de México, vía el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) se genere una red social mexicana, para atajar el poderío que actualmente detentan las corporaciones norteamericanas (las ya mencionadas con antelación) y chinas (pues Tiktok ha ido in crescendo, tornándose en una de las pocas amenazas a la hegemonía digital de Mark Zuckerberg).

A este respecto, debo decir que la idea de AMLO me parece plausible y pertinente. 

Al principio de este siglo XXI, cuando el internet parecía ser -como, en efecto, lo ha demostrado- la herramienta del futuro, surgieron un cúmulo de compañías, las cuales buscaban atender el mercado digital, destacadamente América Online, Yahoo y Hotmail. 

Paralelamente, antes de que Facebook y Twitter se solazaran con el dominio social de la nube, existieron redes sociales primigenias, tales como Hi5, Sónico, Fotolog y Myspace. Sin embargo, la novedosa y eficaz estrategia mercantil de la compañía californiana, llevó al resto de las competidoras a su irrelevancia, tornándose Facebook (seguido por Twitter) en un monopolio digital. 

Si a ello se le agrega que algunos probables competidores fueron comprados por la plataforma de Zuckerberg (Instagram, Whatsapp), se le visualiza como un monopolio cuasi infranqueable; algo así como la Standard Oil, de los Rockefeller, de principios del siglo XXI; o la Televisa, de Emilio Azcárraga Milmo, que, vía acuerdos gubernamentales, tuvo el dominio del espectro radioeléctrico de la nación hasta finales del siglo XX (cuando, con la transición a la democracia, se dio el surgimiento de TV Azteca, y, mucho más tardíamente, Imagen Televisión). 

De ahí que en los últimos tiempos ¡el propio gobierno norteamericano haya demandado a Facebook por sus prácticas monopólicas! y haya demandado su separación, de modo semejante a como, el gobierno de Theodor Roosevelt, dividió, por acuerdo de la Corte de los Estados Unidos, el grandísimo monopolio de la Standard Oil Company. 

En cuanto a lo tocante a los buscadores digitales ¡ni qué decir! Pues, de ser un competidor de tercer nivel, Google rebasó por la izquierda a Yahoo y a Hotmail; tornándose en tan sólo una década, como el jugador preponderante en la materia.

Por los puntos esgrimidos con antelación, la propuesta presidencial me parece acertada. Concuerdo con diversos analistas en el sentido de que, ante el avance digital, no podemos estar anclados (únicamente) a plataformas extranjeras. 

Sin embargo, creo que retomando el epígrafe de Federico Fellini, lo peor que el gobierno federal pudiese hacer, sería prohibir las redes sociales. 

Esto, porque, aunque en China se hizo, en aras de disminuir la influencia de la trasnacional estadounidense, lo que el gobierno mexicano debe mostrar es que se puede actuar con libertad y sin cortapisas (como presuntamente AMLO desea hacerlo). 

En el mismo tenor, estoy de acuerdo con lo planteado por Federico Arreola al respecto: creo que, si eventualmente la Red Social Mexicana (que, a modo de broma, llegó a ser denominada en las redes como: Facebookóatl, Twitteropochtli o Instagratlán) llegara a emerger, debería permitir una libre difusión y expresión de las ideas; y no sólo ser una plataforma que aglutine a los simpatizantes del tabasqueño. 

Si las redes actualmente existentes, cobraron relevancia por atizar el conflicto y prodigar las fake news; creo que su émula nacional debería actuar con los valores que han dado pie a la 4T: buscando la concordia y el libre debate, pues ya bastante dañinos han sido para la democracia, los intercambios de palabras viscerales y las falacias ad nominen que tanto se han esparcido en los últimos tiempos.

Por último, considero que, a pesar de lo complejo de la tarea, creo que la creación de una eventual “red social mexicana” es un sueño posible. 

Nuestra nación es semillero de grandes talentos en todos los ámbitos; y, seguramente, habrá individuos, versados en la materia, que quieran sacar la casta, y competir, desde la otrora Gran Tenochtitlán, con las empresas de Silicon Valley y de Pekín. 

Si esto se lograra, AMLO pasaría a la historia como un referente de la innovación, rompiendo con el paradigma que ciertos sectores de la oposición han querido endilgarle (de obsoleto y fanático del pasado). 

Además, sería genial que la Iniciativa Privada nacional decidiera sumarse a este gran proyecto. A este respecto, Federico Arreola comenta que el único individuo capaz de solventar una idea de tal envergadura (desde el capital privado) sería el Ing. Carlos Slim ¡ojalá haya mentes que decidan sumarse! ¡El talento existe en México y se pueden dar grandes sorpresas!

 
BUSCAPIÉS.

Buena señal que José Medina Mora, liderazgo entrante de la COPARMEX, desee retomar el diálogo con el gobierno federal. Se agradece su visión crítica, pero dialogante; trascendiendo los blancos y los negros. Por otro lado, considero desafortunado que, con el avance de los tiempos, las ideologías políticas se hayan vuelto más laxas ¡la modernidad líquida -de la que tanto habló Zygmunt Bauman- a su máxima expresión!

Hernán Ochoa Tovar

Maestro en Historia, analista político.