Chihuahua, Chih.
Apenas han transcurrido cinco días de que la epidemia había causado 258 mil personas enfermas en el mundo -el viernes anterior, 20 de marzo- y las cifras estaban rondando, en la tarde del 25 de marzo, la cifra de 466 mil, más de 200 mil nuevas víctimas y muy cerca de que en unas cuantas horas se duplique el número de víctimas de la pandemia.
Del mismo modo, la cantidad de personas fallecidas se incrementó exponencialmente al pasar de 11 mil 153 ese mismo día, a 21 mil 162 (5 PM, hora de Chihuahua del 25 de marzo).
En ese lapso, luego de que el centro de la pandemia se había ubicado en China, pasó de Italia y España, y luego a Estados Unidos, y dentro de este país, a Nueva York, ciudad en la que se encuentra casi la mitad de todos los enfermos del vecino país.
Por si fuera poco, y esta es una noticia que le interesa sobremanera a los mexicanos, Estados Unidos se ha colocado en el tercer lugar mundial en el número de enfermos.
Además, por distintas razones (entre las cuales pareciera ubicarse el hecho de que las medidas para contener la epidemia no llegaron al extremo de la provincia de Hubei -en la que está Wu Han- de declarar una estricta cuarentena) primero Italia y luego España se significaron por aportar más muertes, en cada uno, que China.
Así, España al superar a China en el número de muertes, llegó a las 3 mil 434 víctimas fatales e Italia, por su parte, sumó más de 7 mil 500 muertos por la pandemia. Por su parte, el presidente francés, Macron, ha ordenado la movilización del ejército para enfrentar la pandemia.
En consonancia con lo anterior, México ha entrado en la Fase Dos debido a la aparición de los primeros nuevos cinco casos de coronavirus “locales” o “comunitarios”, es decir, en los que no puede encontrarse el contagio en algún enfermo procedente del extranjero y, por tanto, estamos en el umbral de que la propagación se salga del control y del seguimiento de los contactos de algún contagiado, ante lo cual las medidas deben, por fuerza, hacerse más severos, más estrictos, que incluyen la paralización creciente de todas las actividades -económicas y sociales-, aunque por el momento no llegan al extremo de la prohibición del total de los movimientos de personas y vehículos.
Dentro de panorama tan pesimista las buenas noticias llegan de China. La curva del número de pacientes lleva una semana sin mostrar pico alguno, está “chata”, lo que revela el hecho de que el número de nuevos casos se mantiene muy por debajo de los números anteriores, además, los fallecimientos, prácticamente, se han detenido, razones por las cuales ha terminado, el día de hoy, el encierro en Hubei, la provincia donde nació la epidemia y el próximo miércoles, Wu Han, el origen de la pandemia, regresará a sus actividades normales, luego de dos meses y medio de sufrir la peor de las desgracias de las décadas recientes.
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