Juárez tirasup
Entre un gobernador feministo y un presidente perverso

Los inútiles artilugios para desacreditar a un movimiento.

Entre un gobernador feministo y un presidente perverso 12 de marzo de 2021

Mariela Castro Flores

Chihuahua, Chih.

“En un mundo siempre cambiante, incomprensible, las masas habían llegado a un punto en el que, al mismo tiempo, creerían cualquier cosa y ninguna, pensarían que todo es posible y nada es verdad.”

Hannah Arendt, Los orígenes del totalitarismo

La pasada jornada del 8 de marzo tuvo poco de predecible y mucho de lo que ya esperábamos, deshonrosas sorpresas y el componente siempre presente: la pretendida, histórica e infame necedad de querer denostar al feminismo como movimiento válido y legítimo. Múltiples voces que desde el ejercicio del micrófono o pluma destilaron misoginia declarando “no son los modos”, en esta ocasión sumaron a su diatriba los elementos que el presidente ha construido en su lógica de “si no están conmigo (ciegas y acríticas) están contra mí”, para luego acusar de conservadurismo a las que luchan, en un afán perverso de hacer considerar a su feligresía...perdón, militancia, de que las feministas somos una amenaza y respondemos a intereses obscuros, negando todo el valor que ostenta emitir opiniones propias, la potencia de nuestra voz y capacidad de organizarnos.

Porque vaya que es el feminismo una fuerza que ha perdurado, que crece y se robustece con el paso de los años, teórica y políticamente, con una base sólida que se instrumenta en un movimiento social que como ningún otro goza de una fuerza moral que nadie más ostenta; la diversidad y reivindicaciones que se crecen, en tanto hay una serie de mujeres diversas que construyen y luchan en el reconocimiento de sus propias realidades, han permitido esta expansión de la que podría decirse que no hay sitio en el mundo, en el que no existan mujeres que no hayan acudido al llamado por la defensa de sus derechos, vida y dignidad.

Muy contrario a las afirmaciones del presidente, el movimiento feminista nacional venía adquiriendo un renovado impulso a lo que ya estaba ahí, recogiendo lo que se había construido y lo que se leyó, no alcanzaba al momento: 10 mujeres asesinadas a diario, 40 violaciones cada día (solo cifras oficiales), violaciones generalmente al interior del hogar por familiares durante la infancia como inicio de la vida sexual, el surgimiento de nuevas formas de violencia como la digital que amparan el doxxeo, la difusión de imágenes de carácter sexual sin consentimiento o el control de las redes sociales como una forma de control en relaciones violentas, 34 niñas de entre 10 y 12 que a diario se convierten en madres victimas de violaciones, la explotación sexual de niñas y mujeres con fines de trata, condiciones laborales de explotación que no permiten conciliación entre la vida familiar y laboral, sobre todo, cuando en este último abundan el acoso y el hostigamiento sexual y no solo en centros de trabajo, también en las escuelas, universidades y los círculos de amistad, de los que se normaliza la práctica de invadir sexualmente, abusar y violar y justificar con el consumo de alcohol, todo eso como norma social ha obligado a miles y miles de mujeres a tomar las calles; sumada a la ya generalizada exigencia por la despenalización del aborto, que en tanto llega, socializa el aborto como un derecho y se ejerce como tal, de forma clandestina, pero con el trabajo de redes de acompañantes solidarias de mujeres que abortan.

Lo anterior, con las herramientas que cada movilización y movimiento (no, no son la misma cosa) nos han ido otorgando. 

Desde que en 1673 se cuestiona por primera vez la subordinación de las mujeres a los hombres por Poulain de la Barre en La Igualdad de los Sexos (hace 348 años) y en 1792 (hace 229) con la publicación del Manifiesto por los Derechos de las Mujeres de Mary Wollstonecraft, el feminismo nace como una teoría política y una rama de la filosofía que ha evolucionado a lo que hoy conocemos. La movilización de gran magnitud ya inserta en esta cuarta ola del feminismo fue la Movilización Nacional contra las Violencias Machistas #24A el 24 de abril de 2016 y que tuvo como preludio, la denuncia de miles de casos por redes sociales con el hashtag #MiPrimerAcoso que, por primera vez, develo a nuestro país como lo que es en realidad: una nación pederasta.

Luego cada feminicidio que por los detalles de su muerte o su naturaleza, que eran dados a la luz sobre el caso y su pésimo manejo, varias marchas fueron convocadas más tarde, la denuncia de agresores sexuales brotaban como manantiales acompañados de los hashtags #YoSiTeCreo #MeToo activistas, escritores, médicos, periodistas, prácticamente, no quedó gremio sin denunciar; la violencia universitaria comenzó a revelarse en tendederos y se esta tejiendo una suerte de corrección política que  ha obligado a responder a los gobiernos…hasta que llegó el actual, que prefirió instalar altas vallas al diálogo y seguir protegiendo a un violador para que pudiera contender por una gobernatura en un pragmático cálculo electoral, como electoral es la decisión del actual gobierno municipal y estatal de no “perseguir” a quienes hicieron pintas, solo proceder a limpiarlas pretendiendo pasar por benevolentes, cuando en realidad, solo se aproxima el próximo proceso electoral.

A pesar de que las vallas solo sirven para separar a la justicia de nuestra realidad, fueron citadas por el gobernador al momento de recibir el premio al feministo del año “se requieren puentes, no vallas”, declaraba ufano a pesar de existir una lista de razones por las cuales nunca mas inmerecido fue un reconocimiento en la historia y es que hay que ser caradura para recibirlo cuando estratégicamente, colocó a personas antiderechos de las mujeres y las infancias en puestos de decisión que impidieron la implementación de programas de prevención de embarazo adolescente al frente de una institución como el Colegio de Bachilleres, cuando la educación tendría que ser de carácter formador de pensamiento y espíritu, a través de la gestión de Teresa Ortuño aquello se convirtió en un claustro de seno inquisitorial donde todo era posible, menos pensar en libertad; también permitió el avance del pin parental y como represor Javier Corral sucumbió al encantó de utilizar las fuerzas del orden para reprimir manifestantes como quedó documentado la noche de la #Antigrita2020 la noche del Grito de Independencia, cuando miembros de su guardia personal y policías estatales se enfrentaron a golpes con mujeres que solo deseaban pasar a la Cruz de Clavos a rememorar a las víctimas de feminicidio. Por último, Corral es cómplice por su ominoso silencio, de la brutal represión policial articulada por el gobierno municipal de Armando Cabada contra compañeras de Ciudad Juárez, de la cual, las víctimas no le merecieron ni una ínfima declaración.

El movimiento con aprobación o no de quien no le atraviesan las múltiples violencias que vivimos a diario, seguirá.

Porque no importa que tantos premios reciban, sabemos quienes son, que a nuestras causas han cerrado ojos y oídos, por tanto, seguiremos luchando, aunque se cimbre la ciudad. 

@MarieLouSalomé

Mariela Castro Flores

Politóloga y analista política especialistas en género y derechos humanos.