Chihuahua, Chih.
I.- No hay transparencias, ni inocencias, cuando se alude a la “normalidad”. La idea de “normalidad” es claroscura, y es necesario escudriñar ese territorio de luces y de sombras. Hay que escarbar las sombras de la “normalidad”, para diseccionarla y mostrar la manera en que funciona como una compleja maquinaria de gobierno. Cabe entonces preguntarse: ¿Qué era lo “normal” antes de la pandemia? ¿Qué es lo “anormal” en estos días de la cuarentena? ¿De qué manera existiría una “nueva normalidad” después de la pandemia en México?
Lo más preocupante respecto a las preguntas planteadas, es que el retorno a la “nueva normalidad” en México, es en el fondo un retorno a las formas de “gubernamentalidad neoliberal” (Foucault citado por Castro Gómez, “Historia de la gubernamentalidad. Razón de Estado, liberalismo y neoliberalismo en Michael Foucault, 2010). Los mecanismos que se estarán construyendo en México para instaurar la “nueva normalidad”, son un conjunto de técnicas de gobierno médicas, económicas, sociales, educativas, etc., que estarán restaurando la hegemonía neoliberal.
Durante las primeras semanas de la pandemia, diversos filósofos discutieron sobre la pandemia y sus impactos al neoliberalismo (“Sopa de Wuhan. Pensamiento contemporáneo en tiempo de pandemias”, 2020). Todavía no hay claridad plena para abordar este asunto a nivel global. En el caso de México, el retorno a la “nueva normalidad” del 1 de junio en adelante, permite identificar el diseño y la implementación de un conjunto de políticas públicas que estarán restaurando la dominación neoliberal.
Es demasiado inocente, creer que el neoliberalismo ha llegado a su fin en México. Más bien, a partir de la pandemia, tendríamos que estar hablando de una reformulación teórica y fáctica del predominio neoliberal en nuestro país. El revisionismo neoliberal, las reinvenciones del neoliberalismo, están atravesando al gobierno de López Obrador en este momento. En México, no hay una muerte de facto del neoliberalismo, sino un replanteamiento y una revitalización de esta forma de vida, que está mutando.
Durante la pandemia, la maquinaria de producción y comercialización neoliberal entró en receso. La crisis económica del neoliberalismo actual puede ser comparable con la de 1929. En la prensa, en la academia y en el sector empresarial, hay un conjunto de discursos económicos que escandalizan sobre la crisis económica derivada de la actual pandemia. Esos discursos de escándalo, que amenazan con la “profundización de la recesión económica”, con la “caída del PIB”, con la “debacle de la economía”, han funcionado como una fuerza centrípeta para que la maquinaria de producción y comercialización neoliberal sea reestablecida. Esta inercia, en calidad de amenaza, es la que está operando a través de distintos poderes fácticos, para reactivar la economía en lo inmediato. La respuesta del actual gobierno ante esta exigencia, es el retorno a la “nueva normalidad”.
En los hechos, el conjunto de políticas públicas sobre la “nueva normalidad” son una jugada cuyos hilos penden de la persistente hegemonía neoliberal. El gobierno de la 4T se ha colocado una pistola en la sien, y el cilindro de esta arma está a punto de comenzar a girar. Las balas y la pólvora de esta pistola, están hechas con las premisas económicas del neoliberalismo, como el PIB. Hay conjunto de agitadores (analistas, académicos, empresarios, etc.) que arengan al gobierno para que haga girar la ruleta de la pistola más de prisa. Y desde luego, que el dedo índice de la 4T está sobre el gatillo, dudando sobre disparar o no disparar, para reactivar la economía o extender la cuarentena.
II.- A lo largo de la modernidad hay una mitificación de la idea de “normalidad”. Esto significa que se han construido una serie de mecanismos médicos (desde la psiquiatría y la psicología), penitenciarios (el poder judicial, el encierro y la vigilancia en prisión) y escolares (la disciplina escolarmente reglamentada), a través de los cuales se distingue lo “normal” de lo “anormal”. Lo “normal” es lo aceptable social, política y culturalmente. Lo “anormal” es lo inaceptable en el mismo sentido. Los “anormales” son los enfermos, los locos, los presos, los indisciplinados, los anarquistas, los que se movilizan para protestar ante el poder. Foucault analiza en diversos textos los mecanismos a través de los cuales los sujetos “anormales” son intervenidos, para hacerlos retornar a la “normalidad” (“Vigilar y castigar, 2005; “Los anormales”, 2007).
Hay entonces, un conjunto de mecanismos de saber (científicos, filosóficos, etc.) y de poder (en el ejercicio de gobierno a nivel macro y micro) que convierten a la “normalidad” en un objeto de culto y de control gubernamental a gran escala. Es a esto, que me refiero como una mitificación de la idea de “normalidad”. De esta manera, la “normalidad” se convierte en un objeto de veneración en los últimos siglos. Esto significa, que de cualquier forma, bajo cualquier circunstancia, se debe ser “normal” y no “anormal”. Lo que debe ser rechazado y expulsado es lo “anormal”, lo que debe ser buscado a costa de lo que sea es lo “normal”.
Pero, más allá de la mitificación de la “normalidad”, Foucault analiza genealógicamente los mecanismos a través de los cuales se construyen los dispositivos de “normalización”. Foucault hace un análisis minucioso sobre la forma en que se construyen un conjunto de técnicas de gobierno en las instituciones psiquiátricas, carcelarias y escolares, que tienen como objetivo “normalizar” a los sujetos y a la sociedad en su conjunto.
En el contexto de la postpandemia en México, se hace necesario revisar el conjunto de técnicas de gobierno que estarán “normalizando” el predominio neoliberal. Estas técnicas estarán operando a un nivel micro (como la organización y control escolar que han sido anunciadas recientemente por el Secretario de Educación, Cuauhtémoc Moctezuma Barragán) y a un nivel macro (como la colorimetría y los mecanismos de lectura de doble entrada, que están presentes en el cuadro del semáforo que es el eje de la “nueva normalidad”).
En lo que sigue, las técnicas de gobierno de la “nueva normalidad” estarán reasumiendo y revitalizando el predominio neoliberal en México. Son esas técnicas las que requieren ser analizadas a profundidad. En este momento, este es el piso para repensar los mecanismos de lucha en contra del neoliberalismo en México.
La “nueva normalidad” es un espejo para seguir mirándonos de la misma forma en que lo hemos hechos, desde hace meses y años. Nosotros, frente a ese espejo, miramos al interior de nuestros propios contornos. Rara vez, miramos lo que está a nuestro lado y lo que está en el fondo. En el espejo de la “nueva normalidad”, eso que está a nuestro lado, eso que está al fondo, es el neoliberalismo. Hay que cambiar de foco entonces, hay que mirar lo que está más allá de nuestros propios contornos…