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El proyecto europeo amenazado por la marea populista

El proyecto europeo amenazado por la marea populista 3 de septiembre de 2019

Ethan Tejón Herrera*

Chihuahua, Chih.

La unión Europea surgida como prototipo del modelo de unión y esperanza tras la devastación y la incertidumbre económica que reinaba en el viejo continente después de la segunda guerra mundial es un modelo único  jamás existente en la historia de la humanidad.

Ningún bloque económico, unión comercial o imperio en la historia jamás logro tener semejante nivel de calidad educativa, calidad en servicios básicos, en materia de derechos humanos y un sistema de pensiones sostenible y seguro pero sobre todo el éxito de la Unión Europea es haber logrado formar una comunidad pluralista y multicultural sin necesidad de fronteras y guardias armados vigilando el control territorial, así como una comunidad de libre comercio sin políticas arancelarias y proteccionistas de por medio para no mermar el tránsito del flujo comercial.         

Este proyecto nació en 1951 con la recién creada CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) hasta convertirse en la actual Unión Europea que conocemos desde el 1 de Noviembre de 1993 con sede en la ciudad de Bruselas que es al mismo tiempo capital de Bélgica.

Lamentablemente la crisis que atraviesa el proyecto de unidad europeísta no es un problema simplemente europeo, la economía moderna, en una época globalizada como la nuestra, tiene efectos secundarios como si fuera un "efecto mariposa" que repercute con fuerza en las demás naciones del mundo por medio de sus mercados como si se trataran de piezas de dominó en un tablero que es en este caso económico.

Populistas de fuertes convicciones ideológicas principalmente radicales u demagógicas van en aumento amenazando a los pilares de la democracia moderna.

Europa es un continente por antonomasia democrático y pluralista lastimado por dos guerras mundiales y severos conflictos bélicos, así como caídas de imperios y brutales ocupaciones militares que desplazaron y acabaron con la vida de miles de seres humanos, pero que logró levantarse sirviendo de ejemplo de que la democracia puede reparar hasta los países más lastimados y agrietados por el fantasma del fascismo y del populismo extremista.

Europa es solo el comienzo, debemos evitar su caída a toda costa o el contagio radical y antidemocrático será imparable en las demás naciones del mundo y entorpecerá los proyectos de nación encaminados a unir un planeta lastimado, en donde las fronteras amuralladas, los agentes de inmigración y las ametralladoras listas para descargarse impiden ver el horizonte de un futuro mejor y de un brillante mañana.