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El otro Emiliano

El otro Emiliano 12 de agosto de 2021

Gerardo Arturo Limón Domínguez

Chihuahua, Chih.

Cuando una oportunidad de servir aparece y se toma, los mundos pueden cambiar. G.A.L.D.

Leí con atención como lo hago siempre el extraordinario trabajo de la periodista Salud Ochoa parecido en la edición del día 12 de agosto en El Diario de Chihuahua, titulado: Caminó Emiliano más de 500 km; solo quería hallar a su madre.

De cierto atrayente el tema ella abunda explicando  “Pobreza y abandono lo llevaron a abandonar su pueblo”  y continúa,  “ A más de mil 300 metros de altura sobre el nivel del mar, en la base de un cerro, está la casa de Emiliano, el jovencito que decidió salir en busca de su madre y viajó más de 500 kilómetros a pie, de aventón y expuesto a toda clase de riesgos, desde El Tabaquito -San Juan Nepomuceno- en el municipio de Guadalupe y Calvo” claro que acudí a Google para saber de ese lugar del cual no había oído  y descubrí que La localidad de El Tabaquito está situada en el Municipio de Guadalupe y Calvo (en el Estado de Chihuahua). Hay 11 habitantes. 

Es el pueblo más poblado en la posición número 492 de todo el municipio. El Tabaquito está a 1,190 metros de altitud.

Desde ese lugar nuestro Emiliano, sí el del Norte vino hasta  “Aldama, donde alguien le dijo que estaba su madre. Lo engañaron, nadie sabe en realidad dónde está Alejandra Moreno, la mujer que le dio la vida y que luego lo abandonó”, continúa describiendo Salud su entorno y realidad así: “Un cuarto construido a base de tacote y piedras pegadas con lodo, es el sitio donde el adolescente vivía junto con su abuelo Jesús y su hermano menor Víctor, con solo una cama de madera para que el adulto mayor duerma. Los nietos lo hacen en el piso.

Desde ese punto, los hermanos y su abuelo deben caminar hasta la ranchería más cercana para poder comprar comida ya que es para lo único que les alcanza el escaso dinero con el que cuentan y a veces ni para eso. Sólo una vez al día comen”

“Son personas muy humildes que viven en una casa que no tiene luz ni agua y cuando llueve se gotea. El abuelito siembra maíz alrededor de la casa y trabaja donde puede, ayudando a otros en la siembra para sacar algo de dinero. Es muy difícil para él porque ya es una persona mayor”.

Además de la pobreza y el abandono, la familia de Emiliano ha tenido que enfrentarse al desprecio y la falta de apoyo de las instituciones y autoridades, quienes han sido incapaces de voltear a ver las condiciones en las que viven y las necesidades apremiantes que tienen. El hambre solo es una de ellas. Hablar de educación, salud, vestido, recreación, etc. parece un lujo aunque son derechos humanos y de los niños particularmente.

“No tienen servicios básicos y cuando piden ayuda solo les dicen que sí pero nunca les cumplen, como si no fueran seres humanos que también lo necesitan”, dice Denisse Navarrete, tía de los menores por parte del padre, quien también los abandonó.

Cierro aquí el relato por demás descriptivo de estas dos mujeres vitales para transformar esta realidad, Salud, como siempre, apuntando con el certero ojo de su análisis y prosa descriptiva, un testimonio más de los muchos que desde sus crónicas de realidades sociales que se publican en la prensa y en dan  base a sus extraordinarios libros, cito dos, como Lagrimas de Barro (narra historias humanas desgarradoras  de la Sierra Tarahumara) y Sobreviviente ( muestra la reseña  vivida por un joven en campos clandestinos de cultivo de estupefacientes)   ambas obras me viene  a la mente al leer la crónica en cuestión. 

Salud es de verdad alguien que tiene la virtud de transferir la tragedia de lo cotidiano al arte de la descripción, para generar conciencia.

La otra mujer es la Tía Denisse, quien sabe que esos niños son parte de su sangre y se preocupa por ellos actuando, no solo lamentando, considero que desde estos dos pivotes, los de la  conciencia y la acción podemos juntos buscar una solución al caso, no solo de  Emiliano sino de su hermanito  más pequeño (Víctor Jesús es su nombre)  quien “tiene dañado un brazo. Se cayó y se fracturó, lo llevaron al hospital a Guadalupe y Calvo pero aunque lo operaron no quedó bien y ahora no puede mover el brazo”, narra Denisse y agrega que fue Don Jesús quien le pidió ayuda para buscar la forma de que sus nietos tengan una vida mejor…

Y claro que nada hará mas feliz al abuelo que la felicidad y el desarrollo de sus nietos a cabalidad pero para ello hacen falta acciones también por ejemplo de la CFE  ya que, vuelvo a la crónica de Salud y Denisse  “ Hace tres años y medio –narra fueron a instalar la luz en la comunidad llamada “El Durazno de abajo” así como en El Tabaquito pero, a pesar de que la línea de electricidad está cuando mucho a diez metros de distancia de la casa de Emiliano, se negaron a llevarles iluminación.

“Ellos le pidieron a la autoridad que también les pusieran la luz y no quisieron, los hicieron a un lado. Y no ha sido solo con eso, han pedido ayuda en otras cosas y nunca los han ayudado. Siempre los han hecho a un lado por ser indígenas. La línea estaba a diez metros si mucho de su casa y les dijeron que no”, dice Denisse.

“Queremos que Emiliano estudie y esté bien pero que la autoridad también voltee a ver a su hermanito, que vengan a conocer al abuelito y que vean las condiciones en las que vive.

“Emiliano y Víctor son hijos de Alejandra Moreno e Isidro Navarrete Bejarano, quienes terminaron su relación y rehicieron sus vidas con nuevas parejas”

Que mejor que está claro que es a ellos en un principio a quienes les corresponde la responsabilidad de atención a sus hijos, enseguida entra la autoridad y posteriormente usted y yo  y todos como  sociedad, el caso está a la vista, las posible soluciones pueden darse si , como la Tia Denisse, actuamos a favor de estos tres seres humanos nuestros hermanos. 

Sugiero en consecuencia que a través de la Tia Denisse se publique una cuenta de apoyo donde los interesados podamos concurrir a su auxilio para lo que parece ser mas prioritario, alimentación para el Abuelo y su nietos, rehabilitación del brazo de Víctor Jesús ya que estimo aun hay  tiempo para que eficientes ortopedistas de  Parral o Chihuahua, pudiesen recuperarlo, es algo esencial para la vida del niño que será joven y adulto al tiempo.

De la luz y las goteras en casa, quizás programas como Bienestar, podrían dar muestra de que sí se hace este posible para los más necesitados.

En todo esto el DIF municipal y estatal,  son piezas clave  y aunque sé que puede parecer utópico este exhorto, no lo es, RECORDEMOS  la travesía de Emiliano que sin dinero salió el pasado mes de abril de Tabaquitos para buscar a su mamá,  quizás aun el trabajo de nuestra apreciada Salud y este humilde exhorto les pueda hacer posible encontrar aun a su papá, de eso se trata esta comunicación,  de sacudirnos, ya basta de solo dedicar a un año a la del Caudillo del Sur Emiliano Zapata,  es tiempo también de voltear a ver a este otro Emiliano y su realidad, misma que todos podemos cambiar, recordemos que EL QUE NO CUIDA LA SEMILLA, NO PUEDE ESPERAR FRUTOS EN LA COSECHA.

A participar TODOS.