El caso Duarte y los mecanismos de sustracción de la justicia

El caso Duarte y los mecanismos de sustracción de la justicia 4 de junio de 2022

Leonardo Meza Jara

Chihuahua, Chih.

I.- El concepto de “sustracción” que aplica en el campo de las matemáticas y el derecho, es el que estará definiendo los acontecimientos futuros en torno al caso César Duarte. En la disciplina de las matemáticas, el concepto de “sustracción” significa restar, quitar. Y eso es precisamente, lo que sucede en torno al caso Duarte. 

De las 20 carpetas de investigación abiertas en contra del exgobernador priista, solo se estará procediendo por la comisión de 2 delitos. Es muy posible que los demás 18 delitos cometidos no puedan ser juzgados, esto en base al mecanismo de extradición y los acuerdos internacionales. Sin duda, esta es una forma de sustracción de la justicia. 

En el proceso en contra del exgobernador hay una resta matemática y jurídica respecto a los delitos cometidos que no se juzgan. Esto significa de fondo, un debilitamiento de la justicia. 

II.- Un día antes de terminar su período como gobernador, César Duarte abandonó el país y se sustrajo de la justicia. El exgobernador del PRI se fugó y se escondió por varios años en el sur de los Estados Unidos. Esto posibilitó que no fuera juzgado por el gobierno de Javier Corral y que actualmente esté siendo juzgado por el gobierno de María Eugenia Campos, en una coyuntura política que le favorece a su defensa. Si Duarte hubiese sido juzgado durante el gobierno de Javier Corral su situación jurídica y política, hubiese sido sumamente adversa. Es esta adversidad, la que buscaron evitar el exgobernador y su defensa. En síntesis, César Duarte y sus abogados procuraron sustraerse del proceso jurídico, para que este no fuera realizado durante el gobierno de Javier Corral y fuese realizado en un momento posterior. 

III.- En el plano de la formalidad del derecho hay una serie de mecanismos que forman parte de los conceptos y las técnicas jurídicas, que también pueden interpretarse como una forma de sustracción. 

Hay mecanismos como la “presunción de inocencia” o el “debido proceso” que le restan potencia a la aplicación de la justicia. Estos mecanismos le otorgan un mayor valor a  los derechos humanos de los imputados y la formalidad de la maquinaria jurídica, a la vez que debilitan la punitividad del derecho en los casos en los que se cometen delitos por corrupción. 

Esto amerita ser leído en un marco histórico, en el que las formas de aplicación de la justicia privilegian lo personal que es individual (los derechos humanos) por sobre lo colectivo que jurídicamente le compete a la sociedad en su conjunto (el contrato social de Rousseau). 

La inercia histórica del derecho que ha llevado a privilegiar lo individual-personal (los derechos humanos) por sobre la colectividad de lo social (el pacto jurídico-político del contrato social), ha tenido lugar en un momento histórico dominado por las técnicas jurídicas y políticas del liberalismo (léase neoliberalismo), hacia el final del siglo XX e inicios del XXI. 

Uno de los principios fundamentales del liberalismo consiste en anteponer lo individual ante lo colectivo, lo personal ante el Estado, lo privado ante lo público. En las técnicas jurídicas, hay una serie de mecanismos que tienen una lógica (neo)liberal, que privilegian lo personal-individual y que le restan potencia a la coerción que reside en el ejercicio colectivo de un pacto social que se deposita en el Estado. Aquí se identifican los indicios de una sustracción de la justicia, es decir, una forma de restar o disminuir las posibilidades de aplicación de la justicia, que ya se hacen presentes en el caso de César Duarte y sus operadores.

Desde luego que el asunto planteado da lugar a un debate. Respecto a la comisión de delitos de corrupción como los cometidos por Duarte y sus cercanos, habría que preguntarse: ¿Tiene un mayor valor, la condición personal-individual de los imputados (los derechos humanos) o la condición de la colectividad social respecto a los usos de las finanzas públicas (el pacto jurídico-político que tendría que evitar la corrupción)?

IV.- Desde hace meses los operadores duartistas que ya están siendo juzgados por la comisión de delitos de corrupción (Gerardo Villegas, Javier Garfio, Marcelo González Tachiquín, Alejandro Villarreal, etc.) han comenzado a construir un discurso de victimización. La operación mediática que tiene como objetivo victimizar a los duartistas y al mismo César Duarte, se echó a andar a unos meses de la llegada del exgobernador priista al estado de Chihuahua, con el fin de allanarle el camino a la defensa. 

El objetivo es doble: Se pretende restar(sustraer) algo de culpabilidad a los imputados, a la vez que se busca postularlos como víctimas (de tortura, de indebidos procesos jurídicos, de linchamiento mediático, etc.). Este mecanismo de sustracción de la justicia opera mediática y políticamente, y pretende que sus efectos se reflejen en un debilitamiento de los procesos jurídicos en contra de Duarte y sus operadores sexenales. 

Las cuatro formas de sustracción de la justicia referidas, ya están operando en torno al caso César Duarte. El exgobernador no estará siendo juzgado por 20 delitos sino únicamente por 2. El priista y exdirigente de la CNC evitó a toda costa ser juzgado por el gobierno de Javier Corral y será juzgado, con mayores ventajas, durante el gobierno de María Eugenia Campos. 

Los defensores de Duarte hacen uso de las técnicas y argucias jurídicas, planteando que sus derechos humanos (personales-individuales) valen más que los significados colectivos que se ponen en marcha en el ejercicio de la justicia. Duarte y sus cercanos ya han construido una narrativa de victimización que raya en la ironía de la aplicación de la justicia. 

En este caso –y en otros más- hay algo de la justicia que quedará faltando, hay algo que se resta, que se sustrae. Hay algo, que puede ser demasiado, que estará faltando. Desde luego, que estamos hablando de lo faltante de la justicia. 

La aplicación de la justicia en los casos de corrupción cometidos por políticos, es un rompecabezas al que le estarán faltando piezas. Y es eso vacío, ese faltante de la justicia, lo que retrata de forma trágica el momento histórico que vivimos.