Chihuahua, Chih.
A la memoria del El caifán mayor Oscar Chávez, quien vivió con nosotros desde nuestra adolescencia a través de su música, presencia e historia y hoy a su partida, con este pinche Covid-19 encima, aun nos sacude la memoria.
Introduzco aquí de este modo para quien pudiera no tener clara o saber la razón del por qué de tanto aprecio a este cantautor, teatrista, actor –quien puede olvidar al Estilos- les diré un secreto personal y es que de esa actuación del Caifán, algunos sacamos el valor para aprender a escribir nuestra propia historia de amor, cuando nos lanzamos al ruedo por… ¿por quién habría de ser sino…?
POR TI
Por ti yo dejé de pensar en el mar
Por ti yo dejé de fijarme en el cielo
Por ti me ha dado por llorar como el mar
Me he puesto a sollozar como el cielo
Me ha dado por llorar
Por ti la ternura se niega conmigo
Por ti la amargura me sigue y la sigo
Por ti me estoy volviendo loco de celos
Se vuelven contra mí mis anhelos
Se vuelven contra mí
Por ti la vida se me ha vuelto un infierno
Por ti estoy muerto de amor tan enfermo
Por ti se han vuelto llaga el sol y el dolor
Se han vuelto mal la flor y el amor
Se ha vuelto mal la flor
Por ti el mar es la locura del cielo
Por ti el llanto es una llaga de celos
Por ti el dolor es el sol sin la flor
El infierno es amor tan eterno
El infierno es amor
Por ti, por ti, por ti, por ti
Si. Así, por ti, por quien cada hombre o mujer toma da decisión de amar y ser para el compañero o compañera, según sea el caso y vaya que en este tiempo de pandemia, para quienes ya corremos pasado el kilómetro sesenta del trayecto, en esta carretera que para el admirado Oscar, se detuvo en el 85, con una cauda de tareas realizadas, de las que esta bella canción Por ti, que justamente su genio autoral nos regaló.
Gracias por tu vida Oscar.
DAVID SIGUE SIENDO GANADOR
Comparto este artículo o diré mejor esta breve, pero sustancial reflexión del maestro Atilio Boron;
VIETNAM PROPINA UNA NUEVA DERROTA A EEUU: ESTA VEZ EN LA GUERRA CONTRA EL COVID-19
“HOY, 28 DE ABRIL, HA SIDO UN DÍA FATÍDICO PARA ESTADOS UNIDOS: el número de MUERTOS por COVID-19 llegó a 57.941, superando los 57,939 miembros de las FFAA muertos o desaparecidos en combate en Vietnam. Sus nombres están inscriptos en el impresionante Memorial construido en Washington para honrar la memoria de quienes ofrendaron su vida, en realidad, se las arrebataron, para defender los intereses del imperialismo en el Sudeste asiático. ¡Trump y el neoliberalismo hicieron posible lograr en cuatro semanas lo que la Guerra de Vietnam hizo en 11 años!
Y, para colmo, según TODAS las agencias internacionales, incluyendo la OMS, en Vietnam NO SE PRODUJO UN SÓLO MUERTO por el COVID-19. Hubo, sí, 270 casos, pero ninguno fatal.
Adjunto la imagen del informe de hace unos minutos de la OMS. Un caso extraordinario que ejemplifica la superioridad de la organización SOCIALISTA de la sociedad: un país de 96 millones de habitantes en poco más de 331.000 km cuadrados (un poco mayor que la provincia de Buenos Aires) que pese a su condición de país del Tercer Mundo, con una tremenda historia de dominación colonial y destrucción, le vuelve a dar una lección contundente a Estados Unidos. Ya lo derrotó en la guerra, produciendo su ignominiosa derrota en 1975, y ahora, casi medio siglo después, le vuelve a propinar una paliza: 0 muertos contra 57.941. ¿Qué más necesitamos saber para convencernos que el capitalismo sólo sirve para enriquecer a una ínfima minoría, el 1%, y condenar a todo el resto?
Dá para pensarlo, ¿no? ¡Salud Vietnam! ¡Hasta la victoria siempre!
LO QUE VIENE
¿Quién en estos momentos lo sabrá?
Preguntarnos en medio de la pandemia que está por venir es harto difícil, empero me agrada compartir con ustedes unas líneas que he leído del maestro Leonardo Boff, también del sur, este sur que en la hora del conflicto se crece y sabe hacia dónde encontrar el rumbo porque el decadente norte que con su representante en Washington de apellido Trump que le pide a sus clientes electorales aplicarse directamente lejía en forma de material desinfectante y genera esta nota “Más de cien ciudadanos en Estados Unidos reportan accidentes por utilizar desinfectante Lysol en su cuerpo y así protegerlo del Covid-19.
Las acciones fueron incitadas luego de que el presidente Donald Trump afirmó que la luz del sol y unas inyecciones de desinfectante podrían ayudar en la lucha contra el virus”
Así que entre el norte del capital que está tentando a la muerte, no a la suerte, al reabrirse a mi parecer prematuramente, a juzgar por lo sucedido en Europa, todo por privilegiar a su dios de dioses, el dinero y habrá de ver en no más de dos semanas el pago a su apuesta que espero no sea pagada con vidas humanas.
Atendamos a Leonardo Boff cuando dice;
“Muchos lo han visto claramente: después del coronavirus, ya no va a ser posible continuar el proyecto del capitalismo como modo de producción, ni del neoliberalismo como su expresión política. El capitalismo sólo es bueno para los ricos; para el resto es un purgatorio o un infierno y para la naturaleza, una guerra sin tregua.
Lo que nos está salvando no es la competencia –su principal motor– sino la cooperación, ni el individualismo –su expresión cultural– sino la interdependencia de todos con todos.
Pero vayamos al punto central: hemos descubierto que el valor supremo es la vida, no la acumulación de bienes materiales. El aparato bélico montado, capaz de destruir varias veces la vida en la Tierra, ha demostrado ser ridículo frente a un enemigo microscópico invisible que amenaza a toda la humanidad. ¿Podría ser el Next Big One (NBO) que temen los biólogos, “el próximo gran virus” que destruya el futuro de la vida? No lo creemos. Esperamos que la Tierra siga teniendo compasión de nosotros y nos esté dando sólo una especie de ultimátum.
Dado que el virus amenazador proviene de la naturaleza, el aislamiento social nos ofrece la oportunidad de preguntarnos: ¿cuál fue y cómo debe ser nuestra relación con la naturaleza y, más en general, con la Tierra como Casa Común? La medicina y la técnica, aunque muy necesarias, no son suficientes. Su función es atacar al virus hasta exterminarlo. Pero si continuamos atacando a la Tierra viva, “nuestro hogar con una comunidad de vida única”…
Cuando la Tierra era un caos
Sucede que la mayoría de la humanidad y los jefes de estado no son conscientes de que estamos dentro de la sexta extinción masiva. Hasta ahora no nos sentíamos parte de la naturaleza ni tampoco como su parte consciente. Nuestra relación no es la relación que se tiene con un ser vivo, Gaia, que tiene valor en sí mismo y debe ser respetado, sino de mero uso según nuestra comodidad y enriquecimiento.
Estamos explotando la Tierra violentamente hasta el punto de que el 60% de los suelos han sido erosionados, en la misma proporción los bosques húmedos, y causamos una asombrosa devastación de especies, entre 70-100 mil al año. Esta es la realidad vigente del antropoceno y del necroceno. De seguir esta ruta vamos al encuentro de nuestra propia desaparición…
… En este sentido, el coronavirus no es una crisis como otras, sino la exigencia de una relación amistosa y cuidadosa con la naturaleza. ¿Cómo implementarla en un mundo que se dedica a la explotación de todos los ecosistemas? No hay proyectos listos. Todo el mundo está a la búsqueda. Lo peor que nos podría pasar sería, después de la pandemia, volver a lo de antes: las fábricas produciendo a todo vapor aunque con cierto cuidado ecológico. Sabemos que las grandes corporaciones se están articulando para recuperar el tiempo perdido y las ganancias…
Debemos ser plenamente conscientes de una cosa: al aumentar el calentamiento global y aumentar la población mundial devastando los hábitats naturales, acercando así los seres humanos a los animales, éstos transmitirán más virus, a los cuales no seremos inmunes, que encontrarán en nosotros nuevos huéspedes. De ahí surgirán las pandemias devastadoras.
El punto esencial e irrenunciable es la nueva concepción de la Tierra, ya no como un mercado de negocios que nos coloca como sus señores (dominus), fuera y por encima de ella, sino como una superentidad viviente, un sistema autorregulado y autocreador, del que somos la parte consciente y responsable, junto con los demás seres como hermanos (frater). El paso de dominus (dueño) a frater (hermano) requerirá una nueva mente y un nuevo corazón, es decir, ver a la Tierra de manera diferente y sentir con el corazón nuestra pertenencia a ella y al Gran Todo. Unido a ello, el sentido de inter-retro-relación de todos con todos y una responsabilidad colectiva frente al futuro común. Sólo así llegaremos, como pronostica la Carta de la Tierra, a “un modo de vida sostenible” y a una garantía para el futuro de la vida y de la Madre Tierra.
La fase actual de recogimiento social puede significar una especie de retiro reflexivo y humanista para pensar en tales cosas y nuestra responsabilidad ante ellas. Es urgente y el tiempo es corto, no podemos llegar demasiado tarde”.
COROLARIO
ASÍ, QUE ES HORA DE UNA REFLEXIÓN QUE NOS LLEVE A LA ACCIÓN, ENTENDAMOS QUE LE VIDA ES EFÍMERA, AUN CUANDO COMO EN EL CASO DE òSCAR CHàVEZ FUESE AFORTUNADO DE VIVR 85 BUENOS AÑOS, QUE SE GANA MAS EN COMUNIDAD Y SOLIDARIDAD COMO LO HA PROBADO VIETNAM AYER Y HOY Y REFLEXIONEMOS QUE HOY MAS QUE NUNCA ES VITAL QUE NOS QUEDEMOS EN CASA Y QUERAMOS DECIR CON BOFF EN EL PLANETA TIERRA CUIDÁNDOLO, ACTUEMOS YA A SU FAVOR.