Chihuahua, Chih.
I.- Desde hace tiempo he planteado que la militancia de la izquierda en el siglo XXI debe sostener una postura crítica ante el poder, cualquier que sea la forma y la condición de este poder. Incluso si la izquierda electoral accede al poder, tal como sucedió con Morena en 2018; este poder amerita ser criticado con evidencias sólidas y con argumentos bien sustentados.
Ningún poder de derecha o izquierda tendría que ser pensado o vivido bajo una militancia domesticada. Ningún poder tendría que someter el pensamiento crítico a los rediles de las conveniencias pragmáticas. Ningún poder tendría que convertir a la militancia en un silenciamiento. La castración ideológica y/o política de una militancia, no tiene por qué tomar la forma de una feligresía.
II.- En la coyuntura electoral, que gira en torno al 2024, desde la perspectiva de la militancia de la izquierda en México, es necesario plantearse algunas preguntas que son bastante incómodas y que no tienen respuestas fáciles:
¿Hay que contener la crítica en torno a AMLO, la 4T y Morena, con el objetivo de evitar el debilitamiento de esta fuerza política?
¿Se requiere callarse en torno a los errores que ha venido cometiendo la izquierda electoral, para sumarse a una estrategia de mantenimiento del poder a costa de lo que sea?
¿Es necesario tomar una postura pragmática para fortalecer una izquierda que se ha transformado de forma inaudita, al grado de no saber con precisión: qué es esa izquierda en el poder?
¿Es inevitable el hecho de aceptar un procedimiento de selección del candidato(a) de Morena a partir de tres encuestas, cuyos fundamentos científicos no se clarifican por completo y, cuyo procedimiento no es democrático, sino que forma parte de unos mecanismos de marketing (mercadeo) cuya lógica es neoliberal?
¿Es un deber callarse ante los errores cometidos por el mismo Andrés Manuel López Obrador desde las mañaneras, que han alimentado y retroalimentado la candidatura de Xóchitl Gálvez, posicionándola de una manera extraordinaria?
III.- El crecimiento de la candidatura de Xóchitl Gálvez es un acontecimiento histórico inaudito.
Nunca antes en la historia electoral de México una candidatura había crecido de forma tan rápida y tan consistente en unas cuantas semanas. Lo que en algunas mañaneras ha sido referido por López Obrador como las “benditas redes sociales”, se pueden convertir en una maldición para la izquierda hacia las elecciones del 2024.
El crecimiento exponencial del nombre que empieza con la letra equis, se debe fundamentalmente a tres factores:
1º.- El azar de los acontecimientos históricos. Hace dos meses era impensable que la oposición pudiera construir una candidatura que pusiera en riesgo los resultados electorales del 2024 para Morena.
El fenómeno de Gálvez ha irrumpido como un caballo (yegua) negro(a), que ha desestabilizado la estrategia electoral del lópezobradorismo. El tablero del ajedrez electoral del 2024 ha sido des-colocado y las piezas que se mueven en ese tablero han comenzado a formar parte de una incertidumbre que se ensancha.
2º.- La puesta en marcha de un mecanismo de selección por parte de la oposición, que es novedoso y que parece ser fructífero en el posicionamiento del nombre de Xóchitl Gálvez.
Este mecanismo fue analizado por Salvador García Soto en la columna “Serpientes y Escaleras” (“Cómo se construyó la candidatura de Xóchitl”, 8 de julio de 2023).
El Frente Amplio por México y sus aliados de Va por México, apoyados por consultores expertos en medir las preferencias electorales, diseñaron e implementaron 150 grupos focales en las ciudades que por su población son definitorias para inclinar los resultados electorales en una elección presidencial.
De esos 150 grupos focales, que son una estrategia de investigación cualitativa usada en el marketing (mercadeo) en la era neoliberal, surgió de forma inesperada el nombre de la hidalguense.
3º.- Andrés Manuel López Obrador es uno de los principales impulsores de la candidatura del nombre que inicia con la letra equis. Desde las mañaneras, el mismo presidente ha alimentado y retroalimentado la candidatura de la oposición.
Fue azarosa la mención que hizo López Obrador de Xóchilt Gálvez en la mañanera del 5 de diciembre de 2022, cuando señaló que: “ella va a quitar los programas de apoyo a los adultos mayores”. Esa primera mención azarosa tomó la forma de un error al paso de los meses.
Fue un acierto el amparo interpuesto por Xóchitl Gálvez para solicitar una réplica ante las acusaciones del presidente.
Fue un error dejar a Gálvez tocando la puerta de Palacio Nacional el pasado 12 de junio, con el amparo ganado y el desmentido de la réplica en la boca.
Es un error del presidente mencionar de manera reiterada el nombre que empieza con la letra equis, mostrando una preocupación que resulta obsesiva.
La acusación del presidente, en contra de la empresaria y política por el manejo de sus negocios, puede convertirse en un error si no se comprueban de forma consistente los actos de corrupción señalados.
Si no se demuestran las acusaciones emitidas contra Gálvez desde las mañaneras, los señalamientos son guerra sucia, y la narrativa de esta guerra sucia puede tener efectos impredecibles. En el caso de la elección por la gubernatura de Chihuahua en 2021, la narrativa de la nómina secreta en contra de Maru Campos terminó victimizándola y fortaleciendo su candidatura hasta el triunfo.
IV.- Los errores que ha cometido el mismísimo López Obrador, que han fortalecido la candidatura de la oposición a la presidencia no son ideológicos, sino pragmáticos. Desde el 2018 hasta la fecha la historia de la izquierda que ha optado por la electoralización como estrategia de lucha, es una historia que es más pragmática que ideológica.
Andrés Manuel López Obrador es la izquierda.
En la figura del presidente se condensa la izquierda mexicana que ha caminado por la vía electoral en las últimas décadas. Desde luego que el mecanismo de concentración del poder de la izquierda mexicana en la figura del presidente es una desmesura, que traerá consecuencias para esta fuerza política en el corto y largo plazo.
Los errores estratégicos que se han cometido desde las mañaneras, que han alimentado y retroalimentado el posicionamiento de la candidatura de Xóchitl Gálvez, son entonces, errores cometidos por la izquierda lópezobradorista en su conjunto.
No es López Obrador quien se equivoca, sino la izquierda sometida a su figura de poder.
Si en la figura de Andrés Manuel López Obrador se concentra el poder de la izquierda mexicana, en él están los aciertos y los errores de esta fuerza política, que no tiene garantizado el triunfo en 2024.