Chihuahua, Chih.
A la hora de comprender algo tan intensamente personal como es la enseñanza, es fundamental que conozcamos al docente como persona: Ivor F. Goodson
En homenaje a los maestros y reconocimiento, quiero hablar del profesor en términos de la persona del profesional docente, porque a través de su desarrollo personal y profesional, los profesores construyen su personalidad, su madurez en el ejercicio de su docencia.
Aunado a ello coincido con el Dr. Díaz Barriga en que la “docencia es una profesión de dar en el acto a ti mismo y por un compromiso”, y enriqueciendo la postura, también en acuerdo con la Dra. Cedillo en que “el profesor se construye a sí mismo todos los días para dar, con su experiencia, y en el trato con los otros, principalmente los alumnos”, y así el docente asume un compromiso personal de construirse.
Con base en lo anterior, es que retomo algunas ideas en relación a dos aspectos, el primero con respecto al ámbito personal del docente y el segundo en relación al ámbito profesional del profesor, ambas dimensiones se dan de manera engarzada.
Ámbito personal
Fullan y Hargreaves (2000) precisa que, “la edad, la etapa de carrera, las experiencias de vida y los factores de género constituyen a la persona total. Todos estos factores afectan el interés de las personas y su reacción a la innovación, así como su motivación para buscar mejoras” (p. 5).
Por otro lado también contamos con estudios que nos refieren diferentes etapas por la que pasa la trayectoria profesional del docente como por ejemplo: el acceso a la carrera, la novatez, inicio de consolidación, su plenitud, hasta su salida (Torres, 2005).
Para los años 70- 80 entra en la escena educativa El término “persona del docente”, en Jerusalén, con el trabajo de Ada Abraham (1975) que constituye una respuesta a los estudios cuyo propósito central era mejorar la calidad y eficiencia de la enseñanza, pero sin comprender la dimensión personal e íntima de uno de sus protagonistas, el maestro.
Sin embargo, estos estudios no garantizaron el éxito escolar.
Hoy contamos con bibliografía de investigaciones suficiente que expone claramente que la vida personal de los docentes está profundamente vinculada con el desempeño de sus funciones profesionales (Day y Gu 2012).
La identidad de los profesores- quienes son, su autoimagen, los significados que se adjudican a sí mismos y a su trabajo y los significados que les atribuyen otros- están vinculadas con la materia que enseñan, con sus estudiantes, con sus valores y su vida fuera de la escuela.
Por otro lado, la gestión de los profesores para recuperarse ante la adversidad y mantener su compromiso profesional, mantener su bienestar resulta fundamental para apoyar el desarrollo de sus estudiantes.
Dos condiciones resultan entonces claves en la presencia del profesor en su enseñanza: un sentido positivo de su identidad y su bienestar emocional.
Ámbito profesional
Aquí recuperamos la investigación de Bain, (2006) que se llevó a cabo a lo largo de 15 años, con flexibilidad en sus procedimientos, y en considerar las evidencias.
Ellos querían saber lo que hacen y piensan los profesores extraordinarios, a los que describen como aquellos docentes que “…habían logrado gran éxito a la hora de ayudar a sus estudiantes a aprender, consiguiendo influir positiva, sustancial y sostenidamente en sus formas de pensar, actuar y sentir.” (Bain, 2006, 15) De igual manera que los hiciera merecedores de elogios y prestigio tanto entre sus colegas como en la comunidad académica.
Los investigadores participantes no llegan a una lista de lo que un profesor debe hacer o no hacer, más bien plantean una serie de ideas que requieren de reflexión. Éstas no permiten aplicaciones automáticas a la docencia de cada profesor.
Entre las ideas reflexivas que proponen están las siguientes:
1.- “¿Qué saben y entienden los mejores profesores? Sin excepción los profesores extraordinarios conocen su materia extremadamente bien y están al día.”
2.- “¿Cómo preparan su docencia? Tratan su enseñanza como esfuerzos intelectuales formales y consideran los objetivos para sus estudiantes.”
3.- “¿Qué esperan de sus estudiantes? Esperan más pero no arbitrariamente. Evitan objetivos arbitrarios y favorecen la forma de razonar y actuar en la vida diaria.”
4.- ¿Qué hacen cuando enseñan? Crean un “entorno para el aprendizaje crítico natural”. Que aprendan de problemas importantes, atractivos e intrigantes.
5.- ¿Cómo tratan a sus estudiantes? Muestran confianza en sus estudiantes, los profesores están seguros de que sus estudiantes quieren aprender y asumen que pueden hacerlo además de tratarlos con respeto.
6.- ¿Cómo comprueban su progreso y evalúan sus resultados? Los profesores desarrollan formas de contar con información de su docencia y con la evaluación a sus estudiantes para obtienen retroalimentación de su trabajo y diseñan calificaciones en relación con los objetivos del aprendizaje.
Corolario
El docente requiere entonces conocer su materia, contar con una comunicación asertiva con sus estudiantes, y contar con una planeación, entre otros aspectos.
La educación está en constante construcción por lo que requiere igual una preparación permanente, por parte del profesor, pues la vocación debe alimentarse.
Un ejemplo de construcción constante son las experiencias de los directivos y profesores a través de la pandemia cuyo objetivo fue “atender, apoyar y cuidar a los niños y niñas a su cargo”, estos maestros son extraordinarios al buscar creativamente los medios para que los alumnos se mantuvieran cercanos y constantes con el sentido de la escuela y de sus aprendizajes.
*Docente-investigadora de UPNECH