Chihuahua, Chih.
*Publicado por The New York Times
Diecinueve niños fueron asesinados ayer en Uvalde, Texas. Eran estudiantes de primaria que asistían a su última semana de clases antes de las vacaciones de verano, cuando un hombre armado de 18 años entró por la puerta y comenzó a disparar.
También mató a dos adultos, incluido un maestro, y parece haber disparado a su abuela en su casa antes de ir a la escuela. Al menos tres niños están en estado crítico.
A estas alturas, la historia de la violencia armada estadounidense no es sorprendente. Los tiroteos masivos ocurren con frecuencia. La lista de la última década incluye supermercados en Buffalo y en Boulder, Colo.; un patio ferroviario en San José, California; una fiesta de cumpleaños en Colorado Springs; una tienda de conveniencia en Springfield, Missouri; una sinagoga en Pittsburgh; iglesias en Sutherland Springs, Texas y en Charleston, Carolina del Sur; un Walmart en El Paso; un almacén de FedEx en Indianápolis; un festival de música en Las Vegas; salones de masajes en el área de Atlanta; una casa de gofres en Nashville; un club nocturno gay en Orlando, Florida; y una sala de cine en Aurora, Colo.
Incluso los tiroteos en las escuelas ocurren con tanta frecuencia que conocemos algunos de los nombres: Escuela Primaria Sandy Hook, Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas, Escuela Secundaria Oxford, Escuela Secundaria Santa Fe, Escuela Secundaria Columbine. La escuela primaria Robb en Uvalde se ha unido a esta horrible lista.
Si la violencia armada estadounidense ya no es sorprendente, todavía es impactante. En un día promedio en los EE. UU., más de 35 personas son asesinadas con un arma. Ningún otro país próspero del mundo tiene una tasa de homicidios con armas de fuego tan alta.
En total, las armas mataron a unos 45 mil estadounidenses el año pasado.
“En ningún otro lugar los niños pequeños van a la escuela pensando que les pueden disparar ese día”, dijo el senador Chris Murphy de Connecticut en un discurso anoche.
¿Por qué Estados Unidos es tan atípico? Los principales motivos, según sugieren los estudios, son la gran cantidad de armas de fuego en este país y las leyes laxas sobre su obtención y uso.
Sin duda, esta última tragedia dará lugar a un mayor debate sobre si esas leyes deberían cambiar de manera significativa.
Después de otros tiroteos recientes, la respuesta del país fue no.