Chihuahua, Chih.
Lo protagonizado por la clase política -la nuestra y la nacional- en la semana es como para desmadejar a la sociedad entera. Es la mejor explicación de lo que ocurre en el país.
Justamente cuando el presidente Peña Nieto rinde su penúltimo informe, una de las mejores frases de su Secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, sirve para ilustrar la grave situación del país. Dijo, a propósito de uno de los picos de los homicidios ocurridos en los albores del gobierno de Javier Corral, que “Chihuahua se nos ha descompuesto”.
¡El país entero está así!
Vayamos por partes.
¿A quién se le ocurre dictaminar que los diputados y alcaldes, que buscan la reelección, no deban separarse del cargo en las campañas electorales, precisamente, en uno de los países que más problemas y antecedentes tiene del uso faccioso de los recursos públicos en favor de los partidos gobernantes?
Pues sí, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) -que volvió por sus fueros y se convirtió, nuevamente, en la “Tremenda Corte” de Rudecindo Caldeyra- se le ocurrió prohibir “las licencias forzosas para reelección”, al avalar un articulado de la Constitución de Yucatán, que establece tal norma: “Los diputados locales e integrantes de ayuntamientos que busquen su reelección no pueden ser obligados a separarse de sus cargos antes de los comicios respectivos”. (Nota de Víctor Fuentes, Reforma, 29/VIII/17).
¡Viva la clase política mexicana!
¿Se imaginan a los alcaldes en plena campaña electoral, en busca de la reelección? ¿A qué horas harán campaña y a qué horas se desempeñarán como alcaldes?
¿El cálculo electoral, a poco no, será el que prive en la toma de decisiones y en los actos de gobierno? ¿Los programas gubernamentales a poco no irán prioritariamente a las zonas en las que el partido gobernante esté en desventaja electoralmente?
¿A cuál acto irán los diputados, a la reunión de su Comisión legislativa, o al mitin de la colonia, de su campaña?
No hay vuelta de hoja, los presupuestos públicos se emplearán para llevar a la reelección continua a los gobernantes locales de hoy.
Los ejemplos del uso patrimonialista del presupuesto sobran. Sorprendentemente, en las elecciones presidenciales del 2006 (y en muchas estatales posteriores) el PAN obtuvo cifras históricas de votación en muchos de los municipios rurales.
Algunos medios de comunicación estudiaron el fenómeno y se encontraron una no menos sorprendente correlación entre la aplicación de millonarios programas federales de carácter social, incluso con cifras, también históricas, y la nueva votación alcanzada por el PAN.
Curiosamente, quien había sido la Secretaria de Desarrollo Social en el gobierno de Vicente Fox, Josefina Vázquez Mota, y encargada de tales programas, fue incorporada a la coordinadora de campaña de Felipe Calderón.
“En la lógica de la reelección está el que la ciudadanía valore el trabajo de los legisladores y me parece desde un punto de vista, no sólo razonable sino obvio, que no se separen del cargo porque explícitamente eso lo que se está valorando por parte de la ciudadanía en un sistema de reelección”, sostuvo el Ministro de la SCJN, Arturo Zaldívar.
¿Y porqué no separarlos del cargo, para evitar que usen los recursos públicos, propagandizando los buenos resultados de su gobierno?
Hay que prepararnos para recibir la andanada de explicaciones de los funcionarios públicos acerca de lo positivo que resulta el no separarlos de los cargos, sobre todo los chihuahuenses, máxime en el actual momento en el que se han llevado una enorme sorpresa por parte del Instituto Chihuahuense de Transparencia y Acceso a la Información Pública (Ichitaip).
Separar de la presidencia de este organismo a Rodolfo Leyva llevaba implícito otro objetivo, el mismo que los gobiernos anteriores, impedir que se convirtiera en un problema para el grupo gobernante, el que, a pesar de su discurso, tropieza cotidianamente con la falta de transparencia.
Igualmente, llevar a la presidencia del mismo a Alejandro de la Rocha, significaba -se pensaba en las alturas de Palacio, cree el escribiente- no tener esos riesgos, pero héte aquí que el Ichitaip le ha puesto la peor de las desconocidas al gobierno del amanecer y a absoluta mayoría de los gobiernos y dependencias gubernamentales del estado con la publicación de las calificaciones obtenidas por ellos.
Prácticamente ninguna aprueba. Los resultados del Ichitaip coincidieron, en el tiempo, con la publicación de los resultados de una encuesta del Gabinete de Comunicación Estratégica, empresa dirigida por el priista Liébano Sáenz, en la que la mayoría de los chihuahuenses reprueban al gobierno de Javier Corral, resultados, de inmediato, rechazados por la mayoría de los funcionarios y legisladores panistas interrogados al respecto, pues sostienen que “es muy pronto para hacer una evaluación”, sin caer en la cuenta que estamos a un mes del año del ejercicio gubernamental del amanecer.
La encuesta, también hecha un año atrás, muestra un resultado, por decir lo menos, pícaro. Le preguntaron a los encuestados si le confiarían las llaves de su casa al gobernador. Casi 70 (65.9%) de cada 100 dijeron que no, a diferencia del año anterior, en el que 82% contestaron lo mismo, pero en aquel caso al gobernador César Duarte.
Así que en esta atípica encuesta, Corral supera al ballezano por apenas el 13%. Sucede casi lo mismo en la aprobación de su gobierno, casi 60 de cada 100 chihuahuenses sostienen que no mantiene control sobre el estado.
No debe tomarse como un referente, consideró la diputada panista, Rocío González: “Es una percepción de la ciudadanía, sin embargo yo tengo que decirle a la ciudadanía que hay un trabajo de fondo, que las mejoras no se notan de la noche a la mañana. Para ver si estos trabajos tienen validez o no, vamos a tener que esperar un tiempo. Yo entiendo que es un tema de percepción pero la ciudadanía debe saber que se están trabajando en los temas de fondo para que en el corto plazo, en el mediano, puedan sentir cómo mejoran las cosas en nuestro estado”. (Nota de Itzel Ramírez, El Diario-Juárez, 31/8/17).
Ajá.
Más importante que la respuesta a lo de las llaves, la evaluación sobre el gobierno de Corral debiera encender los focos rojos en el grupo gobernante.
A menos de un año, una empresa encuestadora revela que el 41.6% y que más de la mitad -54 de cada 100- la desaprueba.
Pero si eso mostraba una empresa, digamos, “no amiga” del gobierno de Chihuahua, el Ichitaip, que no puede decirse que sea “enemigo” de la administración de Javier Corral, a menos, claro está, que el “asesor” del gobernador, Chacho Barraza, y su equipo, hayan acordado lanzar una ofensiva en contra del mandatario pues como es sabido, merced a sus antecedentes, el presidente consejero del Ichitaip, Alejandro de la Rocha, es de las confianzas extremas de quienes han dirigido la Coparmex chihuahuense durante décadas.
Pues bien, en las calificaciones de transparencia de las dependencias del gobierno de Chihuahua, Pensiones obtuvo un 0.28; la Junta Municipal de Agua, con un 38, superior al 31.45 de la Secretaría de Obras Públicas, semejantes al de Comunicación Social con un 34.24%.
Sorprende que los dos municipios mayores, Juárez y Chihuahua, también reprobaran ante el estudio efectuado por el Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (SIPOT), avalado por el Ichitaip, pues mientras Chihuahua obtuvo una calificación de 53.3 puntos, Juárez alcanzó 39.4 puntos.
Pero no son los únicos que están en problemas con los resultados de las encuestas. El escándalo mayor estalló en la joya de la corona de Morena.
Ricardo Monreal, el más adelantado de los aspirantes de este partido en todas las encuestas ajenas al partido de López Obrador, no resultó triunfador en la efectuada por “el equipo de especialistas interno” encargado de realizarlas para encontrar a quien será su candidato a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Sorpresivamente resultó triunfadora Claudia Scheinbaum, una de las colaboradoras más cercanas a López Obrador. Ante las protestas de Monreal, la actual delegada de Tlalpan arguyó que se debían a su carácter de mujer, “no protestarían si el triunfador hubiese sido hombre”, dijo, dando la espalda al que puede ser uno de los principales problemas de Morena, el de la designación de candidatos mediante mecanismos mercadotécnicos, o demoscópicos que solamente reflejan, de manera tangencial, las preferencias o simpatías por los candidatos.
De ese modo, Morena está a punto de desdeñar una oportunidad de oro para demostrarle a la sociedad mexicana que, efectivamente, se trata de un partido de la izquierda democrática, que le apuesta a la decisión de sus militantes, mediante procesos democráticos, creíbles, transparentes, como los realizados por el PRD de los primeros tiempos, cuando sus dirigentes le apostaron a la veta democrática de la izquierda mexicana.
Y, además, actuando de manera semejante al resto de los partidos, simulando que los triunfadores de los procesos internos, ya sea como consenso de los órganos de dirección, o como resultado de las encuestas propias, son “responsables de la coordinación territorial”, cuando en realidad se trata de candidatos encubiertos.
Mal.
Y así nos encaminamos a la elección presidencial.
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