Desde la comodidad o desde la indignación

Desde la comodidad o desde la indignación 9 de marzo de 2020

Georgina Torres Nájera

Chihuahua, Chih.

Es más cómodo escandalizarnos por los desnudos y pintas de las protestas feministas, que por la tragedia de ser mujer en México.
Es más cómodo ser permisivos con el machismo y misoginia.
Es mas cómodo irse por la justificación, esto es más cómodo que visibilizar los 11 feminicidios diarios en el país (INEGI) o las 34 violaciones diarias de niñas, que en su mayoría son atracos cometidos por un familiar cercano (padre, primo, tío o hermano) y todavía cargar con un embarazado forzado y llegar al extremo de niñas pariendo niñas.
Además de las violaciones no denunciadas.
Mas cómodo es no pronunciarse. Este comportamiento tiene una explicación ancestral que es “el patriarcado”.
Los hechos ahí están, los feminicidios no se pueden borrar, las violaciones sexuales; tampoco las estadísticas y las denuncias se pueden ocultar.
Que la comodidad y el egoísmo no sean cómplices de la violencia, la que cada vez es más primitiva.
Los gobiernos ya tuvieron su oportunidad de cuidar de sus ciudadanas.

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Es pura simulación. Como ejemplo tomo la sentencia sobre los feminicidios del campo algodonero, emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, hace más de una década, que pretendía la NO repetición de los hechos, específicamente los feminicidios, creímos que con esta sentencia podríamos tener paz y decirle adiós al miedo y no, no pasó nada en el Estado Grande, Chihuahua.
Las cifras van en aumento, los métodos de matar a las mujeres son con más saña, el hartazgo se hace presente las manifestaciones; son masivas las demandas innumerables.
¿Nos da comodidad señalar a las feministas? Siempre, siempre las mujeres nos hemos beneficiado con sus luchas; la historia sostiene mi dicho.
El aborto, tema controversial, ya es un derecho por la vía de que la mujer es soberana sobre su cuerpo, y los derechos humanos no están en discusión.
Que la comodidad de los gobernantes nos indigne, que la comodidad de la iniciativa privada nos indigne, que la comodidad de tu representante o representantes religiosos te indigne.
No conviertas a la comodidad en tu cómplice; indígnate con ella, si te ves indiferente ante la tragedia de ser mujer en México, indígnate.