Chihuahua, Chih.
El día de muertos es una tradición milenaria en México.
Desde la época precolombina diversas culturas rinden tributo a la muerte a la que se teme, admira e, incluso, es motivo de burla en las Catrinas de Posadas, y desafío en las famosas calaveras.
El culto a la muerte, al margen de las diferentes tradiciones que existen en las diversas regiones del país, tiene un principio común: la familia se reúne para dar la bienvenida a las ánimas y/o almas, colocar los altares y ofrendas, visitar el cementerio, asistir a oficios religiosos, arreglar las tumbas de sus difuntos y en algunos casos, compartir alimentos y bebidas que eran de su gusto y agrado.
El 1 de noviembre se rinde homenaje a los “santos inocentes” y el 2 a los difuntos adultos.
El Papa Francisco ´-- como gusta que le llamen-- hace una reflexión, a propósito del día de muertos que vale la pena valorar y compartir.
“El ser humano, dice el Papa, es extraño…se pelea con los vivos y lleva flores con los muertos. Queda años sin conversar con un vivo y se disculpa y hace homenajes cuando éste muere”.
“Critica, habla mal, ofende al vivo, más santifica cuando éste muere”
“A los ojos ciegos del hombre, el valor del ser humano está en su muerte y no en su vida”
Y concluye: “sería bueno que repensáramos esto en cuanto estemos vivos”
Lo dejo a su criterio. A qué le tememos y valoramos más… ¿A la vida o la muerte? Sea sincero con usted mismo
Como bien nos advirtió el poeta español Gabriel Celaya:
“Cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades…las bárbaras, terribles, amorosas crueldades”.