Crisis institucional y bajan a fiscal “carnal”

Crisis institucional y bajan a fiscal “carnal” 7 de septiembre de 2'017

Luis Javier Valero Flores

Chihuahua, Chih.

El día de hoy se concretará la respuesta del PRI a la gravísima crisis política desatada en los últimos días, por las ambiciones partidarias, que llevó al Congreso de la Unión a no contar con las mesas directivas de las dos cámaras, la de Senadores y la de Diputados.

Ayer, el PRI ofreció alentar la aprobación de la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto que elimina el “pase automático” del titular de la Procuraduría General de la República (PGR) a fiscal general. Los coordinadores de este partido en ambas cámaras del Congreso de la Unión, Emilio Gamboa Patrón (Senado) y César Camacho Quiroz (Diputados) confiaron en que el jueves haya acuerdos, “sin boicots, sin chantaje y con compromiso por México”.

En el fondo de la disputa se encuentra la sucesión presidencial, y no sólo la elección del próximo año, sino el armado institucional que quedará después de ella.

Mientras el presidente Peña Nieto pretendía que el nuevo fiscal de la nación, que habrá de sustituir al Procurador General, de acuerdo con las reformas anticorrupción, fuera, en automático, el que ocupara la fiscalía anticorrupción, con lo que se aseguraría que uno de los suyos estuviese a cargo de todo el sistema nacional anticorrupción -y garantizarle, por tanto, impunidad a una de las administraciones federales más comprometidas con la corrupción-, el PAN intentaba enmendar el error cometido cuando, en años anteriores, había aprobado en la Cámara de Diputados que así se diera el nombramiento del fiscal anticorrupción.

Pueden los legisladores y funcionarios peñanietistas negar su pretensión, pero esa es la real explicación a que en la Cámara de Senadores, ante la propuesta del PAN de que dos de las senadoras del blanquiazul ocupasen la presidencia de la mesa directiva, cada una un semestre, el PRI se negara a la propuesta y buscara, entre los senadores panistas, quien estuviese decidido a aceptar ocuparla sin el apoyo de los panistas y traicionar, por tanto, a su bancada.

Lo encontró. Ernesto Cordero, secretario de Hacienda con Felipe Calderón, aceptó encaramarse al puesto, apoyado por otros cuatro senadores (entre ellos el ínclito Javier Lozano, subsecretario de la SCT en el sexenio de Salinas de Gortari, y secretario con Calderón y Roberto Gil Zuarth, ex secretario particular de Calderón) e impulsado por los votos de los priistas y sus aliados, y en contra del resto de los senadores del blanquiazul.

Cordero, Lozano y Gil y sus otros compañeros son parte del grupo impulsor de la candidatura de Margarita Zavala a la presidencia de la república.

Con su maniobra, paradójicamente, catapultaron al dirigente nacional, Ricardo Anaya, como el favorito para ser el candidato, a pesar de todas las trapacerías cometidas por éste en su afán por ocupar tal posición.

En el camino se ha encontrado, inopinadamente, el apoyo de la dirigencia de los restos del PRD, encabezado formalmente por Alejandra Barrales, la ex dirigente de las azafatas que llegara al partido del sol azteca de la mano de René Bejarano, hoy de vuelta en el apoyo a López Obrador, así éste no apareciera en el presidium del acto de Morena del domingo anterior, pero si su esposa, Dolores Padierna.

Pero la crisis al interior del PAN puede llevarlos al peor de los escenarios.

Margarita Zavala ha exigido la renuncia de Anaya a la presidencia del PAN y ha amenazado con postularse de manera independiente si no se efectúa un proceso limpio en su partido. El problema para el blanquiazul estriba en que son numerosas las encuestas en las que Zavala no baja muchos puntos en las preferencias electorales, si decidiera seguir el camino de El Bronco neolonés.

Y el PRI, que pretendía salirse con la suya en el tema del fiscal anticorrupción, y al mismo tiempo alzarse como el partido sin contratiempos internos -por aquello de la tormenta de Morena en el affaire de Ricardo Monreal-, ante la crisis institucional, debió ceder y resignarse a no llevar a aquella posición a quien se le considera como el hombre más cercano en los afectos de Peña Nieto, de ahí la campaña en su contra del fiscal “carnal”.

Po’s debiera haber seguido la norma lanzada por el ex gobernador chihuahuense, César Duarte, ¿Se acuerdan? aquella de que “los mejores al gobierno y los amigos y parientes en el corazón”.

¡Qué coincidencias! ¡Cómo nos juegan tantas malas pasadas, a los chihuahuenses, las cosas del “corazón”!

[email protected]; Blog: luisjaviervalero.blogspot.com; Twitter: /LJValeroF

Luis Javier Valero Flores

Director General de Aserto. Columnista de El Diario