Chihuahua, Chih.
Contrariamente a la versión oficial, en Juárez miles de derechohabientes del IMSS viven momentos de desesperación, causados por el hecho de que una farmacia, unidades dentales, consultorios y unidades familiares completas de atención a los derechohabientes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en la ciudad (Juárez) han tenido debido cerrar al público porque no hay quién los atienda mientras el personal titular goza de sus vacaciones, según denuncia del sindicato local de ese organismo.
La Unidad de Medicina Familiar (UMF) 65 tiene varios consultorios sin operar sobre todo en Atención Médica Continua, señaló Felipe Alcántara Martínez, secretario general de la Sección VIII del sindicato.
A su vez, UMF 47, de la colonia Chaveña, no tiene suficiente personal de limpieza, en tanto que la 48 es incapaz de prestar ese último servicio y la consulta dental, “porque, además, los aparatos adquiridos hace dos años están descompuestos”.
Tal información fue negada por el Jefe de Servicios de Desarrollo de Personal, Oscar Javier Corral Payán, lo que fue desmentido por el reportero de El Diario. (Nota de Fernando Aguilar, El Diario de Juárez, 4/X/17).
Las mentiras son más que evidentes, groseras. En la clínica 48 había un anuncio que sólo se aplicarían inyecciones, curaciones y retiro de puntos e invitaba “a las personas a pasar a Jefatura Clínica”. En tanto, a pesar de la información oficial -proporcionada por Miguel Alejandro Cadena, jefe de Servicios Administrativos- que en la unidad dental funcionan dos sillones odontológicos, “en el área de servicio dental hay un tercer mensaje que avisa que está cerrado”. (Ibídem).
Los funcionarios del IMSS entrevistados por los medios informaron que existen los recursos y el personal establecido para otorgar las consultas sabatinas los fines de semana en las unidades familiares.
¿Y luego? ¿Porque no se otorgan las consultas y a cambio están cerradas algunas de las instalaciones?
Según la versión sindical, las deficiencias en la atención a los derechohabientes obedecen a “una mala administración de los recursos en la que el personal sin base, contratado sólo para cubrir vacaciones, inasistencias, incapacidades y prestaciones afines se vuelve insuficiente”, debido a que, en el afán de no contratar nuevos trabajadores con los salarios y prestaciones a que tienen derecho todos los del IMSS, prefieren contratar a los suplentes con lo que consumen rápidamente los recursos destinados a ese fin y se terminan, de ahí las deficiencias y las unidades cerradas.
Ya desde septiembre se denunció que en los hospitales del IMSS faltaban desde especialistas y equipamiento, hasta batas para los derechohabientes.
Tal información fue desmentida por el delegado del IMSS, Cristián Rodallegas, quien aseguró que había un millón de pesos para pago de turnos extraordinarios y que la situación obedece a que el sindicato se opone a que haya una asistente médica por cada dos consultorios pues insiste en que, como había sido hasta la fecha, era una asistente por cada consultorio. (Nota de O. Chávez/F. Aguilar, El Diario de Juárez, 6/X/17).
¿Cómo está eso?
¿Se imaginan a la asistente médica entrando de un consultorio a otro, asistiendo a uno y otro médico en la atención de los pacientes?
¡Increíble!
¿Cómo explicar que en la noche del sábado, el Hospital General de Zona (HGZ) 35 se quedó solamente con dos de los cinco médicos que deben despachar en Urgencias?
Contrariamente a la versión sindical, la de la parte oficial sostiene que solo se está en espera de que el sindicato presente las propuestas de personal pues se cuenta con los recursos para las contrataciones tanto de médicos no familiares, así como de otras categorías de atención directa al derechohabiente. (Ibídem).
Lo único real son las deficiencias en la atención a los pacientes del IMSS, que no pueden encubrirse con falsas declaraciones de los funcionarios, las que deberán desmentirse, en todos los casos, con la prestación de un servicio eficiente y cordial y el mejoramiento de instalaciones y equipo, acordes con las aportaciones realizadas por trabajadores y patrones.
Frente a la desatención médica no hay pretextos ni justificaciones válidas.