Chihuahua, Chih.
Lo dijo muchas veces antes del 2016: No buscaré la candidatura al gobierno de Chihuahua.
A fines de ese año tomó la determinación de aceptar la propuesta realizada por Ricardo Anaya, a la sazón dirigente nacional del PAN. En el camino dejaría a Juan Blanco y a Mario Mata, en el PAN, y a quienes pensaron que a través de Unión Ciudadana -la agrupación cuyo dirigente principal era Jaime García Chávez y a la cual se habían adherido numerosos panistas y un sinfín de morenistas, entre ellos Víctor Quintana- podría lanzarse un proyecto apartidista a fin de disputarle a César Duarte y su candidato, Enrique Serrano, la hegemonía política en Chihuahua.
El gobierno de Javier Corral afronta dos fenómenos a cual más de nocivos, el financiero -del cual no ha podido sobreponerse, al contrario, a pesar del anuncio de su Plan de Inversión- y el de la creciente inseguridad, que nos ha llevado a que en la actual gestión el número de homicidios ascienda “a los 6 mil 255, cifra que proyectada, llevaría al estado a una tasa de 78.33 homicidios por cada 100 mil habitantes”, muy cercana a la del año 2011, el primero de Duarte. (Aserto 176, julio de 2019).
El mandatario chihuahuense pretende levantarse de los últimos lugares, del total de los gobernadores, en aceptación ciudadana y lanzarse, como su odiado antecesor César Duarte, a la siguiente aventura, en la capital del país, en busca de la dirigencia nacional de su partido, como escala para disputar la candidatura de su partido a la presidencia de la república en 2024.
No tiene otra explicación la rimbombante difusión del lanzamiento del “Plan de Inversión Chihuahua 2019-2021”, realizado por el gobernador Javier Corral, en la que, a partir de la reestructuración de la deuda, pretende gastar en obra pública en los siguientes y últimos 25 meses de su gestión cerca de los 19 mil millones de pesos, en los que van incluidos algunos miles de millones del presupuesto federal, del fideicomiso de puentes fronterizos, supuestos ahorros presupuestales, recursos generados por el ahorro en la reestructuración y lo aportado para obra pública del presupuesto estatal.
Lo dijo de pasadita en el acto celebrado el jueves anterior.
Merced a la reestructuración, el plazo para pagar la multimillonaria deuda dejada por César Duarte se prolongó, pero se cuidó de no decirnos que será más allá de las próximas tres administraciones estatales.
Corral sostiene que lograron tasas de interés más bajas que las contratadas por Duarte, pero hasta la fecha no han informado, con precisión, los ahorros anuales de la reestructuración, ni de los pagos anuales a efectuar, ni, tampoco, los años en que se concluiría -de llegar a esa meta- el pago de las deudas, la deuda directa -contratada con los bancos y cuyo aval son las participaciones federales- y la de los bonos carreteros.
La cantidad anunciada es el doble de lo supuestamente gastado en obra pública, con recursos estatales, hasta ahora.
En el curso de los primeros 34 meses de su administración se han empleado, también, recursos federales, así como los provenientes del fideicomiso de los puentes fronterizos, a los que ahora incluyó como parte de los recursos estatales a emplear dentro de su plan.
Esos recursos no forman parte de los ingresos estatales. Más aún, al apropiárselos -igual que hiciera Duarte- en la práctica está faltándote el respeto a los juarenses y en especial al ex alcalde, también panista, Francisco Villarreal, quien llegó al extremo de afrontar la cárcel en aras de defender que los recursos generados por el peaje de los puentes fronterizos fuera manejado por los juarenses y gastados en la ciudad que gobernaba.
Ahora su compañero de partido se los “apropia” y los clasifica como parte de los recursos que su administración “invertirá" en el antiguo Paso del Norte, como si se debiera a la eficacia de su gobierno la obtención de ellos, sin que hubiese cambiado un ápice la estructura del fideicomiso, diseñada por Duarte para que fuera el gobierno estatal el que determinara cuánto y en qué se gastarían los recursos generados por el peaje fronterizo y de ninguna manera los juarenses.
En el acto de lanzamiento del Plan se trataba de sobredimensionar lo que hará su administración en los próximos meses, justamente cuando la empresa Arias Consultores lo ubicó como el cuarto peor gobernador de país.
¿Podía hacer alguna cosa diferente, dada la magnitud del desastre financiero dejado por Duarte? Probablemente muy pocas cosas, pero una sí no podía eludir, y lo hizo, el recorte a todo lo suntuario, en especial los elevados emolumentos de los funcionarios de los primeros niveles y haberse aplicado mejor en reestructurar la deuda en los primeros meses del 2017, dejó ir muy valiosos meses.
Sobre todo porque en todos los círculos financieros se preveían malas noticias, en especial alrededor de las tasas de interés, vamos, entre las posibilidades a la mano estaba la de una nueva bursatilización de los peajes carreteros -merced a los excedentes-, no obstante las críticas que sobrevendrían, porque crecería el monto de la deuda, pero solamente la avalada por los ingresos del peaje, y que les pudieron haber generado poco más de los 5 mil millones de pesos, suficientes para sobrellevar el elevado déficit presupuestario, contar con los recursos necesarios para solventar el gasto corriente del 2017 y ahorrarse los elevados intereses de los créditos de corto plazo contratados a lo largo de la administración del “Nuevo Amanecer”.
Corral se ufanó de que “… desde nuestra llegada pusimos en marcha un acuerdo de austeridad, una eficiente operación recaudatoria así como una correcta gestión financiera de la deuda, lo que nos permitió avanzar en el saneamiento de las finanzas públicas”.
Es increíble la amnesia -o el dolo- del grupo gobernante.
El gobernador Corral dijo que sus medidas dieron paso “a que el Gobierno pudiera operar, a que se pudiera pagar las deudas a proveedores, poner en marcha programas prioritarios y poco a poco invertir en infraestructura en todo el estado”.
Sin embargo, a lo largo de todo el 2017, el año anterior y parte del actual, los escándalos y movilizaciones de diversos sectores sociales, derivados de los impagos, del atraso en el pago a distintos empleados de gobierno, a los proveedores y a los continuos créditos de corto plazo solicitados para tapar un hoyanco de las finanzas y abrir otros, que han llevado al pago de los montos de intereses mencionados por Corral, nos hablan de un manejo inadecuado de las finanzas públicas.
Hasta julio pasado, “… De acuerdo con el Registro Público Único de Financiamiento de Entidades Federativas del Gobierno Federal, el Estado de Chihuahua tiene pendientes de liquidar diez créditos de corto plazo por un total de 3 mil 770 millones de pesos, con tasas efectivas, en algunos casos, de hasta un 11 por ciento, todos aún vigentes”. (Nota de Javier Olmos, El Diario, Juárez, 23/VII/2019).
De esos, mil 500 millones de pesos fueron contratados en el presente año, mil de ellos a una tasa del 9%, y 500 al 8%, obtenidos “para cubrir insuficiencias de liquidez de carácter temporal”. (Ibídem).
No solo eso, la deuda de Chihuahua, se convirtió en la más cara del país, “por el costo de su “servicio” o suma de comisiones, intereses y demás cargos financieros. “De acuerdo con el más reciente resultado del sistema de alertas de la deuda pública en las entidades federativas, difundido el 30 de mayo por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Chihuahua pasó de destinar un 17.6 por ciento de sus ingresos de libre disposición para el ‘Servicio de la Deuda’ en el último trimestre de 2018, a un 20.6 por ciento en marzo pasado”.
Es decir, de los 34 mil millones de pesos de ingresos libres con los que cuenta el estado de Chihuahua, se destinan 7 mil 14 millones de pesos a pagar el servicio de la deuda.
Peor aún, tal indicador pasó del 13.1% en agosto de 2017, al 15.9 por ciento en noviembre de ese año, al 17.6 en el último trimestre de 2018 y ahora, al mes de marzo del 2019, al 20.6%. (Con información de nota de Sandra Rodríguez Nieto, El Diario, Juárez, 6/VI/19).
Corral lo aceptó. “… hasta al segundo trimestre del 2019 el Gobierno del Estado ha pagado 18 mil 721 millones de pesos”. (Plan de Inversión, 15/VIII/19).
Hay más acerca de la “eficiencia” en el manejo de la deuda:
“La deuda pública del estado, a finales del año pasado, registró un monto de más de 57 mil millones de pesos, pese a las estrategias de ahorro con planes de austeridad… Lo anterior, de acuerdo con el Informe Analítico de la Deuda Pública y Otros Pasivos durante el período del primero de enero al 31 de diciembre de 2018, publicados por la Secretaría de Hacienda de Chihuahua, en su portal transparencia fiscal. Es decir, la deuda ha incrementado 7.3 mil millones de pesos desde finales de 2016 hasta diciembre de 2018, a pesar de las estrategias de ahorro de la administración actual”. (Nota de Miguel Chavarría/El Diario, 22/IV/19).
Ese inusitado crecimiento se debió a que “Los créditos a corto plazo (se) incrementaron casi un 200 por ciento del tercer al cuarto trimestre de 2018, pasando de 900 millones de pesos a los 2.6 mil millones de pesos”. (Ibídem).
Hoy son 3 mil 770.
“La eficiente operación recaudatoria” descansó en hechos como el del cobro de las actas de nacimiento obtenidas por internet. El gobierno federal cobra 100 pesos, por 220 el estatal.
Hoy todo es esperanza en el grupo gobernante y sus seguidores.
El ’21 está a la vuelta de la esquina.
Están lejos de la realidad. Creen que podrán remontar las malas calificaciones y triunfar en ese año.
Así lo pensó en su momento César Duarte, no creyó que el rechazo popular había enraizado profundamente.
Hoy le sucede a Corral, tendrá tiempo para comprobar cuán equivocado está.
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