Chihuahua, Chih.
Dos protestas -de las muchas que se le presentan al gobierno de Chihuahua-, realizadas en los últimos días, serán, además de ser emblemáticas del gobierno del panista Javier Corral, de las que más pesarán en el ánimo del gobernante debido a que se efectuaron en los lugares y entornos que más le interesan.
La primera, efectuada por los padres de jóvenes desaparecidas y/o asesinadas, en las instalaciones del CENCOS, la organización derechohumanista señera del país, fundada por el padre de uno de los amigos más cercanos de Corral, Emilio Alvarez, hoy diputado federal electo del PRD (José Alvarez Icaza creó el CENCOS y paradójicamente fue el creador de la leyenda usada durante muchos años para colocarse en las casas de los mexicanos: “Este hogar es católico, no aceptamos propaganda comunista”); en esa sede, efectuaron una conferencia de prensa en la que denunciaron la desatención del mandatario chihuahuense, de una dimensión tal que ni siquiera los ha recibido.
El colmo fue que, en presencia del presidente electo, López Obrador, quien, ante los reclamos de los padres, le dijo a Corral -“Recíbelos”- y el gobernador les firmó la promesa de ser recibidos ese día.
Incumplió su palabra, los padres lo denunciaron en uno de los foros más importantes de las organizaciones derechohumanistas de América Latina.
Luego, en la madrugada del 11 de agosto, la policía estatal efectuó lo que el gobernador César Duarte no se atrevió a hacer: Reprimir las protestas de los rarámuris, a pesar de los numerosos casos en los que comunidades de la Tarahumara protestaron por infinidad de cosas.
Los rarámuris de Lagunita, del municipio de Bocoyna, protestaban en contra de la empresa canadiense Transcanada, a la que le exigen una justa indemnización por el uso de sus tierras para la construcción y funcionamiento del gasoducto Encino-Topolobampo. La protesta consistía en la toma de una de las válvulas, fueron salvajemente desalojados en la oscuridad de la noche y avalados por una visitadora de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos.
El gobierno de Corral se propuso como intermediario en el conflicto y luego se retiró de esa posición.
Cómo nos recordó a Vicente Fox y famosa frase: ¿Y yo, porqué?
Los indígenas de Lagunita llegaron a Chihuahua y se plantaron frente a Palacio, acto que mereció una foto en primera plana del periódico La Jornada del 18 de agosto, en un giro que le importará sobremanera a Corral pues esas son de las noticias que tienen un profundo calado en los medios académicos, periodísticos, políticos y del mundo de la cultura de la ciudad de México.
Así, en dos casos el “prestigio" del gobernador de Chihuahua se puso en entredicho en esos círculos, los que más le pesan y develan la enorme incapacidad del actual gobierno, su ineficiencia se plasmó en dos de los sectores más sensibles del estado: Las víctimas de la violencia y los rarámuris.
¡Qué bárbaros!